TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)

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Parpadeo un par de veces para aclararme, no puedo quedarme sin hacer nada. Me levanto rápidamente para entrar al baño, cuando Paul ya ha llenado la tina y está controlando la temperatura. Me dedico a sacarle la ropa a Rose y llevarla dentro de la tina, se niegan a estar ahí, parece tener repelús ante la humedad que llega a su cuerpo. Deslizo mi mano por todos lados tratando de cubrirle en cada rincón con agua. Está muy caliente, la fiebre parece no tener intenciones de ceder. La abuela Grace entra al baño con su maletín, y busca algunas cosas en él. Saco a mi niña del agua cuando ella me lo indica, para rápidamente cubrirle con su ropa. Sirve unas gotas en una cuchara pequeña, y hace que Rose la beba. Le llevamos a la cama, y ella le revisa la garganta. La abuela pide que desalojen el lugar, hay demasiada gente y no puede trabajar a gusto.

—Tiene irritada la garganta —nos dice. —Colóquenle las toallas húmedas en la frente y manos. —Paul hace lo que ella indica. —Con el medicamento que le he proporcionado, la fiebre debería bajar en breve.

Nos quedamos esperando, ellos sentados en la otra cama, y yo a su lado, moviendo las toallas para que permanezcan húmedas. Pregunta si había tenido algún síntoma, pero lo único raro ha sido su irritabilidad con todos. Pasan los minutos, hasta que vuelve a colocarle el termómetro.

—Está en treinta y ocho, poco a poco se va restableciendo.

— ¿Crees qué debemos llevarle con su pediatra? Sé que eres médico y te dedicas a lo mismo, pero tú nos recomendaste a su doctora, lo digo para tener un mejor control. —Le digo.

—Claro, es recomendable. Y cariño, no me falta nada para retirarme, una vez que cuelgue la gabacha, no más, por eso consideré recomendarles a esa chica, no por nada fui su tutora, llévale. —Me mira, y sonríe. Recuerdo haberle pedido que fuese la pediatra de los niños, pero se negó. —Por ahora le hemos bajado la fiebre, he visto a la doctora en el cementerio, quizá puedan llamarle para sacar una cita mañana. Es lo mejor, para descartar infecciones o comprobar que es viral. Les voy a dejar el frasco de acetaminofén, si la fiebre regresa denle una cucharadita de esta —nos muestra la que tiene en la mano. —No excedan más de cuatro dosis, si la fiebre es persistente, acudan con la pediatra, en caso de que suba a los cuarenta grados y no baje, no duden en ir al hospital.

Me sostengo la cabeza con las manos, en serio que me duele terriblemente.

—Y Phoebe, recuerda que para cuidar a Rose, primero debes estar bien tú. Ni creas que voy a pasar por alto tu estado de salud. Ve a ponerte algo cómodo y ponte a descansar un poco. Antes de irme voy a revisar tu presión, a nadie se le ocurrió decirme que te habías desmayado nuevamente en el cementerio, te han traído aquí sin avisar.

—Ya. —Respondo con simpleza. — ¿Crees que esto tenga que ver con lo del abuelo?

—Los niños tienen formas distintas de expresar lo que sienten. Sin duda, su estado irritable o sensibilidad, tienen que ver mucho con eso. En cuanto a la fiebre, puede ser una reacción de su cuerpo a una infección o algún virus, puesto que tiene la garganta bastante irritada, lo extraño es que no dijo nada sobre si tenía dolor o le costaba tragar, y por supuesto, la fiebre que le subió así. Que duerma, le ayudará a reponerse. —Se acerca a mí dejando sus manos sobre mis hombros. —Y usted muchachita, vamos a la habitación para que pueda revisarte.

—Yo me quedo con Rose, cariño. —Besa mi frente. —Ve con tu abuela.

No quiero.

En contra de mi voluntad, avanzo hasta la habitación para buscar mi pijama, no hay mejor comodidad que usarle, me cambio de ropa en el vestidor. Y al salir me encuentro a la abuela Grace con el tensiómetro listo, me pide que me siente en la cama, deja que pasen unos minutos para poder hacer la prueba. Está un poco baja, y me advierte que así a continuar constantemente si no me cuido, pero, ¿Qué puedo hacer yo?