Elizabeth Olsen

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Título: Casualidades.
Parte: II/III
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Ya habían pasado dos semanas desde tu accidente, ya estabas mejor de tu pierna y hablabas seguido con Lizzie, ella era una chica muy carismática y divertida pero con una agenda algo ocupada así que no habían podido vuelto a salir después del accidente ni siquiera a tomar un café.

El proceso de publicación de tu libro iba en marcha, te sentías feliz por ello, los directivos de la editorial dijeron que les encantaría que tú dieras una charla sobre el libro así que saliste a buscar un atuendo adecuado para el evento. Cuando entraste al almacén de ropa notaste muchos vestidos estilo overol que te encantaron, así que decide comprar uno color rojo oscuro en conjunto con una camisa azul pálido que combinaban muy bien.

Saliste del almacén y de casualidad pasaste por una vitrina de una tienda donde vendían perfumes de mujer y lociones de hombre, fue ahí donde viste impactada a Lizzie, era ella en esa vitrina promocionando un perfume, un póster gigante de ella en un vestido rosado de plumas y bien maquillada.

Estabas sin poder creerlo, Lizzie jamás te había dicho que trabajaba de modelo, a pesar de que tú sí le habías contado de tu trabajo como escritora y demás, ella solo te había dicho que ella trabajaba en una empresa de publicidad, jamás pensaste que ella era la publicidad como modelo.

Decidiste caminar por el centro comercial perdida en tus pensamientos, todo estaba revuelto en tu cabeza, muchos pensamiento cruzaron; "soy la amiga de una modelo", "¿por qué no me habrá comentado algo así?", "quizás no sale conmigo porque le daría vergüenza salir con alguien no tan famosa como ella", "o alguien tan fea como yo", "¿debería decirle que la vi en una vitrina?", y muchos pensamientos más.

Llegaste a la zona donde vendían muebles ya que afuera de esa tienda tenías que esperar el autobús que te llevaría a casa, pasaste al lado de la tienda y de repente la puerta se abrió de golpe tirándote al suelo muy fuerte.

-¡Ay no!, soy muy despistada, perdóname... ¿TN?

Viste que quien te había tirado al suelo era ni más ni menos que la mismísima Elizabeth Olsen, Lizzie para ti; ésta se agachó a tu lado y te ayudó a pararte con mucho cuidado y te quejaste dando un pequeño grito.

-¿Qué?, ¿qué pasa?

-Creo que me quebré el brazo...

Asustada al ver como te tomabas tu brazo derecho, Lizzie rápidamente te llevó a su auto para que te vieran de urgencia en el hospital, repitiéndote mil veces que lo sentía en el camino.

(...)

Parecía un deja vú, estabas en la camilla sentada con tu brazo enyesado porque, efectivamente, te lo habías quebrado.

-Tendrás que tener el yeso al menos 15 días TN.

Suspiraste y le asentiste al doctor que te vio, estaban en tu habitación junto con Lizzie quien escuchaba todo atentamente.

-Gracias doctor, le agradezco su atención.

-De nada, te dejaré en recepción unas pastillas calmantes para los calambres que te podrían dar en estos 15 días.

Asentiste y después de despedirse el doctor salió de ahí dejándolas solas al fin.

-De verdad lo lamento TN, te lo juro que no te vi, si te hubiera visto no hubiera abierto la puerta de esa manera.

Negaste haciendo una mueca.

-Está bien, no importa.

Murmuraste sin verla y ella se preocupó por ello.

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