"Ni en mis mejores sueños" (Thomas-Brodie Sangster)

Capítulo 11

LLegué a casa y me tiré en la cama, eran las 18:00, tomé el teléfono y le marqué a mi mamá.
—¡__________!
—Hola mamá, ¿cómo has estado?
—Extrañandote, mucho. ¿Qué tal te la estás pasando tú?

"Ni te imaginas pensé"

—Bien, hoy empecé el curso, la universidad es hermosa, mucho mejor que en las fotos que vimos un millón de veces, además todos fueron muy agradables.
—Estoy muy feliz por ti hija, dime ya ¿has hecho amigos?
—Sí la verdad sí, Sol. También es estudiante de intercambio, es muy agradable, espero puedas conocerla algún día.
—Me encantaría hacerlo.
—Cómo están en casa? ¿Papá? ¿Mi hermana?
—Todos están bien, extrañandote de igual forma.
—¿Mi hermana extrañandome?
—Bueno, supongo que a tu manera, se la pasa en tu habitación todo el día.
—En cualquier momento se adueñará de ella y tendré que dormir en el jardín cuando regrese.
—Oh no, eso no va a ocurrir, tranquila. Yo la cuido por ti.
—Gracias mamá, te extraño mucho
—Sí, de seguro, Estás en la ciudad de tus sueños, a puesto que ni has pensado en mi.

Me sentí mal, la verdad es que con tantas cosas en mi cabeza, no había pensado mucho en mi familia.

—Es broma, tranquila. Tú solo tienes que disfrutar lo que más puedas mientras estás ahí, cuando regreses tendremos mucho tiempo juntas.
—Eso espero mamá. Oye iré a repasar las cosas que aprendí hoy, te hablo mañana, lo prometo.
—De acuerdo, te quiero mucho.
—Adiós mamá, también te quiero.

Corté el teléfono con un poco de nostalgia Mi mamá y yo siempre habíamos sido muy cercanas y la verdad me dolía mucho no tenerla conmigo. Miré mis cuadernos y suspiré, tal vez una siesta antes de ponerme al día no me haría daño. Pero la verdad es que la siesta no era lo que podía lastimarme, el sueño que tendría si que iba a hacerlo.

—Oh vamos _________
—No, olvídalo.
—Yo sé que también quieres.
—No Claro que...
Era demasiado tarde Sam ya me había tirado con él a la piscina.
—Eres un tonto ¿Lo sabías verdad?
—Pero me quieres, ¿no?
Sonreí.
—Claro que sí.
Sam se acercó a mi y me dio un gran beso en los labios.
—Eres hermosa, quiero estar contigo siempre.

Abrí los ojos de golpe, me toqué la cara mojada y me di cuenta que estaba llorando. Me levanté y fui a lavarme la cara. cómo odiaba esos sueños, había dejado de tenerlos hace mucho tiempo. Esos momentos tan vívidos en mi cabeza se presentaban en el peor momento.

Me puse pijama, ya estaba oscureciendo, me amarré el cabello y me senté en el escritorio, estuve estudiando un buen rato. La verdad es que las cosas que nos habían enseñado hoy ya las había visto en mi otra universidad, solo que aquí era más específico, por lo que no era mucho lo que debía meterme en la cabeza. Al terminar me senté en el Sofa con el teléfono en la mano. Vi que Sol había subido una foto nuestra a Instagram, yo salía mirando hacia un lado en el patio y ella sonreía a la cámara. Recordé la conversación que habíamos tenido y me pregunté si ya habría hablado con Mark.
Supuse que no sería una buena idea hablarle para preguntarle porque podía estar hablando con él en ese preciso instante.
Pensé también en la segunda parte de nuestra conversación. Thomas. Tal vez debía llamarlo, la conversación de anoche había sido muy extraña y no quería que él pensara que me molestaba su compañia o su interés.

Miré el registro de llamadas y vi el número desconocido. Lo medité un par de segundos y apreté el botón de llamar, ya era demasiado tarde, no podía arrepentirme ahora. Comencé a escuchar el tono de espera mientras algo en mi estómago se revolvía. Cuando iba en el tercer tono, pensé en cortar sin embargo cuando iba a apretar el botón rojo alguien contestó.
—¿Hola, _____?
—Hola Thomas... sí, soy yo.
—Sé que eres tú, tengo tu número.
—Cierto, ¿cómo estás?
—Estaba bien, ahora estoy mucho mejor ¿y tú?.

Me sonrojé y me tape la cara con una mano pensando que el podría verme.

—Bien, gracias.
—Cómo te fue hoy?
—Bien, estupendo. Todos fueron muy agradables y la Universidad es muy hermosa.
—Me alegro mucho.
—Thomas.. te llamaba por la conversación de anoche.
—Tranquila no pasa nada.
—No, si que pasan algo, No supe que contestarte, esto es muy extraño para mi, no te conozco de nada. Más que por haber visto tu rostro en unas cuántas películas, pero me gusta estar contigo, digo... es cómodo, como si te conociera de antes.

Esta vez Thomas se quedó en silencio y me sentí como una estúpida.
—Lo siento, tengo verborrea.
—No, solo me sorprendiste.
—Pues, sorpresa.

Estúpida. Pensé.

—Dime _________ ¿Te gustaría salir a comer?

¿Seguía dormida?

—¿Cuando?
—Mañana, luego de que salgas de la universidad, ¿te parece?
—Claro. ¿dónde?
—te enviaré un mensaje con la dirección. Nos vemos a las 19:00?
—Sí, de acuerdo.
—Suenas extraña ¿estás bien?

Oh si claro, todos los días me invita una estrella del cine a cenar.

—Sí, lo estoy. Es solo que estaba calentando comida y lo olvidé debo colgar.

Escuché a Thomas reír por el otro lado del auricular.
—De acuerdo ____, nos vemos.

Thomas colgó y me quedé mirando al vacío ¿Seguiría sintiendome como si estuviera alucinando cada vez que hablara con Thomas?

Probablemente.
Me acerqué a la cocina y puse a calentar agua. Me temblaban las rodillas y caí al piso. ¿Ataque de pánico? No, definitivamente no era eso, aunque si sentía que me faltaba el aire.