Capítulo 29

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Pedí ese fin de semana libre en el trabajo, dije que estaba enferma y que no era bueno que anduviera dejando mis gérmenes en un lugar donde vendían comida, así que estuvieron de acuerdo.
—May, ya vámonos. No puedes demorarte tanto en salir, porque sé que te demoraras mucho más en escoger un maldito vestido y no podemos llegar tarde al evento.
—Tranquila, las tiendas no irán a ninguna parte ¿o sí? Y necesito uno igual de lindo que el que tienes ahí en el closet.
—No puedo usar ese, oh mierda tendré que gastar dinero extra otra vez.
—Tranquila, yo te regalaré uno, considerando que no estaré aquí para tu cumpleaños.
—Pero May, no puedo.
—Sí, claro que puedes, esta noche iré a un evento dónde estaré rodeada de estrellas de cine solo por ser tu amiga, así que tu puedes recibir un maldito vestido de mi parte.
Sabía que no servía de nada discutir con May así que salimos del hotel rumbo a la tienda de vestidos dónde había comprado el que use la noche que conocí a Thomas.

Entramos y May se puso eufórica, no dejaba de revisar cada estantería y sacar vestidos.
—¿Que tal uno rosa? o no, ya sé uno negro. Tal vez debería llevar ese rojo que está por allí
—May, cualquiera está bien
—¿Cuál llevarás tú? Deberíamos ir a juego, para llamar la atención
—Se supone que lo ideal es que no llamemos la atención, no deberíamos estar ahí para empezar
—Oh vamos sabes a qué me refiero, somos dos chicas en un lugar donde estará lleno de gente famosa, no es que vayamos a resaltar mucho después de todo.
—Está bien, me gusta ese gris de allá.
—¿El largo?
—Sí, creo que es sencillo pero muy hermoso. Además está dentro del presupuesto que puedo hacer gastar a mi amiga
—Te dije que no te preocuparas por el dinero.
—Lo haré quieras o no, pero hablo en serio, ese me gusta mucho.
—Iré a ver, quizás hay alguno parecido o de otro color.

Tomé mi vestido y me aferré a él mientras May seguía buscando por la tienda, la chica que ordenaba el desastre que iba dejando a su paso parecía estar perdiendo la paciencia asi que cada vez que May sacaba un vestido yo volvía a ponerlo en su lugar.

—¡Este!

Me enseño un vestido muy parecido al mío pero de color negro.
—Me encanta, pruébatelo.
—Solo si tú te pruebas el tuyo
—De acuerdo.

Entramos a dos probadores paralelos y salimos dos minutos después con nuestros vestidos puestos.
Después de todo May tenía razón, no tenía nada de malo querer sobresalir en una fiesta en donde casi seríamos invisibles.

Nos fuimos a casa y comenzamos a prepararnos. La hora pasaba rápido considerando que habíamos perdido gran parte de la tarde en la tienda, Thomas iba a enviar un coche a recogernos ya que por razones obvia no podíamos llegar con él a la fiesta.

No recordaba cuándo había sido la última vez que yo y May habíamos salido juntas, ya que en los últimos años comencé a evitar las fiestas porque me quedaba los fines de semana estudiando y porque la mayoría del tiempo mi amiga estaba con Chris.

Ya estaba bañada y maquillada, pero seguía con el pijama puesto, ya que quería ponerme el vestido al último para evitar accidentes.
—¿Irás con el pelo liso?
—Lo tengo Liso.
—Ondúlate las puntas, me encanta como se te ve el cabello así.
—No lo sé May, además no tengo onduladora. Sabes que nunca me hago cosas en el cabello.
—Pero yo si tengo, porque tu sabes que yo siempre me hago cosas en el cabello.

Ambas reímos y accedí. Mi amiga me arregló el cabello mientras yo me daba los últimos retoques con un brillo labial
—Perfecta
—¿Tú quieres hacerte algo?
—Yo quiero exactamente lo mismo, no bromeaba cuando dije que iríamos a juego.

Cuando terminamos de arreglarnos nos miramos en el espejo, realmente nos veíamos bellas y elegantes. Pese a que nuestros vestidos no eran de diseñador eran totalmente adecuados para el evento al que asistiríamos.

El teléfono del comedor sonó y fui a contestar; Era el bedel avisandonos que el auto ya había llegado por nosotras.
Al salir de la habitación me encontré con Mark, llevaba un paquete de palomitas.
—Guau, ¿Dónde vas?

Dude de mi respuesta, ¿Mark sabía lo mío con Thomas? Tal vez Sol ya se lo había dicho, pero no quería decir algo que podría generar muchas preguntas.
—Vamos de fiesta, ella es May. Mi mejor amiga, viajó este fin de semana para estar conmigo y quiero hacer que valga la pena su estancia aquí en Londres.
—Cualquiera pensaría que van a ir a conocer a la reina.
—Gracias, supongo. ¿Qué hay de ti? ¿Qué harás esta noche?
—Voy al departamento de Sol, tenemos una cita de películas.
—Qué la disfruten
—Gracias, pásalo bien y cuídate.

Bajamos por el ascensor ya que los zapatos que May me había obligado a usar no eran aptos para bajar las escaleras. Cuando llegamos al vestíbulo sentí un escalofrío al ver que toda la gente que se encontraba allí se volteaba para vernos.
—May, creo que exageramos.
—No digas tonterías
—Todos nos están viendo
—Sí, porque somos hermosas.

Caminamos hasta el auto y el conductor nos abrió la puerta.
—Buenas noches señorita ________.
—Buenas noches, vamos a..
—Sé dónde van, tengo instrucciones de dejarla justo afuera del lugar.
—Gracias.

De camino May tomó como mil fotografías. En un semaforo se inclinó hacia delante para tomarse una foto con nuestro chófer. Al principio me incomodé pensando que podría molestarse, pero él aceptó con una gran sonrisa, luego nos fuimos charlando con él y supimos que su nombre era Simon.

Sin darnos cuenta el auto se detuvo y Simon apagó el motor.
—Llegamos señorita, espero que disfruten su noche.

"Ni en mis mejores sueños" (Thomas-Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora