Capítulo 3

2.6K 162 117
                                    

Casi no pude contener la respiración cuando estuve frente al Big Ben, la famosa torre del reloj de Londres.

—Es...

—¿Hermoso?, ¿maravilloso? ¿Fantástico?, ¿todo lo anterior y mucho más?

—Todo lo anterior y mucho más.

Sol y yo sonreímos, no podíamos estar más emocionadas.

Caminamos un rato y nos hicimos unas cuantas fotos juntas, parecía que llevábamos tiempo siendo amigas, nadie hubiera creído que nos habíamos conocido hace tan solo unas horas.

—¿Tienes planes para hoy?

—Bueno, creo que no, solo me quedaré en el hotel

—¿Bromeas? Es viernes, En Londres. Debemos ir a un fiesta

—¿A qué fiesta vamos a ir? No conocemos a nadie

—Vi una publicación en Twitter de una gran fiesta en Mayfair, es un lugar muy conocido, hasta podríamos encontrarnos con gente famosa.

No lo sé Sol... no traje ropa adecuada para ir a un lugar como ese.

—Eso no importa, podemos ir de compras.

—Sí, pero debe ser caro.

—Buscaremos empleo mientras estamos aquí, yo tampoco creo que me alcance con lo que traje.

—Pues...

—Vamos ______, anímate

—De acuerdo.

—¡Bien! ¡Vamos, vi una tienda de vestidos cuando veniamos caminando hacia aquí!

—Bueno, vamos.

Nos devolvimos sobre nuestros pasos y efectivamente habíamos pasado junto a una tienda de vestidos.
Al entrar Sol parecía una niña en una juguetería.
—Oh, son todos demasiado hermosos.

—Y caros

—¡______! Solo será por esta vez.

—Como digas

—Pruébate este.

Sol me alcanzo un vestido color sandía y entré en un probador.
Me puse el vestido y grité hacia afuera.
—¡No me gusta el color!

—Déjame verte

Salí haciendo muecas y Sol me silbo.

—Guapa, pero tienes razón, tal vez en otro tono.

Se alejo y regreso con un vestido azul en sus manos
—¿Qué tal este?

Lo tome y repetí la acción del vestido anterior, cuando me miré en el espejo no pude evitar sonreir, me gustaba mucho el azul y el vestido era muy bonito.
Como nunca comencé a girarme en el espejo, el cabello me llegaba hasta la cintura, un punto a mi favor, ya que el vestido no tenía espalda y me hacia sentir extraña.
—¿Cómo te quedo?

Salí al pasillo y Sol me quedó mirando con la boca abierta
—Maldición ______, pareces una princesa.

—Vamos, no exageres.

—Tendré que llevar algo muy bonito para no sentirme opacada a tu lado.

—Sol, eres preciosa, no podría opacarte.

No mentía, aquella chica era muy hermosa, tenía la piel blanca y el cabello oscuro con rizos y unos ojos color avellana.
—Supongo que lo llevaras.

—Solo porque alimentó mi ego.

—Me probaré este y compramos juntas.

—Okey.

"Ni en mis mejores sueños" (Thomas-Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora