Capítulo 18

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Thomas cambió de posición pegándome a uno de los muebles de la cocina, nos besábamos desesperadamente como si se nos fuera la vida en ello. No sé cuánto tiempo llevábamos así, pero me estaba costando respirar así que tuve que incorporarme para dejar que el aire entrara a mis pulmones.

Thomas me miró asustado, como si hubiera hecho algo mal, al ver su cara de culpabilidad tomé su rostro entre mis manos y volví a besarlo, él me correspondió de inmediato.

Podía sentir el calor de su cuerpo y escuchar los latidos de su corazón que iban a mil kilómetros por hora, aunque bien podrían haber sido los míos.

Esta vez fue él quien dio un paso atrás haciendo que nos separáramos.
—No sabes cuántas ganas tenía de hacer eso.
—Creo que puedo hacerme una pequeña idea

El sonrió satisfecho.
—Eres muy especial _______, lo digo en serio.
—¿Especial en qué sentido?
—Si pudiera describirlo todo sería mucho más fácil
—Tranquilo, no es necesario.

Thomas volvió a acercarse para besarme cuando su teléfono comenzó a sonar.
—Lo siento, debo contestar.

Sacó el celular y lo acercó a su oído
Espero que sea importante

La voz al otro lado del teléfono le dijo algo a Thomas que no logré escuchar.
¿Cuando?

Miraba a Thomas con impaciencia, la verdad no me interesaba la conversación solo quería que me besara otra vez
De acuerdo, te llamo luego.

Algo en su rostro había cambiado y eso llamó mi atención
—¿Todo bien Thomas?
—Sí, si lo siento, ¿en qué estábamos?

Thomas volvió a besarme y la electricidad volvió a correr por mi cuerpo, podría haberme pasado el día entero besándolo.

Luego de unos minutos me miró mientras acariciaba mi rostro.
—Debo irme

La ilusión se esfumo en ese momento, no tenía pensado que se quedara, pero tampoco quería que se fuera tan pronto.
—De acuerdo

Creo que mi cambio de ánimo fue muy drástico porque él notó de inmediato que algo andaba mal.
—Lo siento mucho, te lo compensaré
—¿Ah sí?
—Sí, lo prometo.
—¿Cómo?
—Te invito a salir mañana
—¿Dónde?
—Es una sorpresa
—Está bien

Thomas se acercó otra vez para besar suavemente mis labios.
—Te veo mañana
—Adiós

Sangster salió del departamento y mis rodillas cedieron, caí al piso con la espalda contra la pared.
—Oh, por Dios

Había dado muchos besos en mi vida y unos muy buenos, pero no recordaba nada que se pareciera a esto.
Me quedé pensando varios segundos y me di cuenta que ese era el primer beso que daba desde el último.
Cerré los ojos y recordé el preciso momento.

Estás loco
—Estoy enamorado, es diferente
—No, esto no tiene que ver con amor, es una locura
Miraba a Sam fijamente a los ojos mientras él sonreía
—¿Acaso no quieres? Porque eso cambiaría todo
—No he dicho eso
—Entonces, ¿Serás mi esposa?
—Por Dios, tenemos 18 años.
—¿Y? Nuestros abuelos se casaban a los 15 años y míralos pasando los 50 años de matrimonio
—Es diferente
— ________, no lo es. Es exactamente lo que quiero contigo, toda una vida juntos y empezando desde ahora.

Miré a Sam a los ojos y las lágrimas rodaron por mis mejillas.
—Okey, acepto
—¿Qué?
—Que sí, que seré tu esposa.

Abrí los ojos de golpe y por primera vez no sentí tristeza, solo nostalgia.
¿Qué hubiera pasado si ese día no hubiera llegado de sorpresa a la casa de Sam?
Tal vez nunca me hubiera enterado que él la engañaba, me hubiera casado con él y jamás hubiera viajado a Londres y mucho menos me habría besado con Thomas en mi cocina.

Sonreí ante ese hecho.
—Wow, acabo de besar a Thomas Sangster en mi cocina.

Vi la hora en el reloj de la pared, eran las 23:07.

Limpie la mesa y me fui a la habitación, me puse el pijama y me acosté. No sé si fue producto del cansancio por no haber dormido bien el día anterior o la enorme cantidad de endorfinas que debí haber liberado aquella tarde pero dormí como un bebé.

A la mañana siguiente desperté unos minutos antes de que sonara la alarma, pero no me molesté como era de costumbre. Me levante y me metí a la ducha, estaba muy feliz, nada podría arruinar mi día, ni siquiera Verónica

Sol pasó por mi y extrañamente no me preguntó nada, solo sonrió cuando me vio. Llegamos a la Universidad y entramos a clases, a la hora de ir al almuerzo me pidió si podíamos comer solas en el patio en vez de ir al comedor con los demás.
Acepté y caminamos juntas
—Tengo una cita hoy
—¿Sí? ¿Con quién?
—Con Mark, ayer fue a verme al departamento y dijo que quería hacer las cosas bien. Así que saldremos a comer.
—Estoy muy feliz por ti Sol
—Gracias, ahora cuéntame como salió tu cita de ayer

Me mordí el labio evitando una sonrisa.
Sol abrió los ojos como platos.
—¡¿Lo hicieron?!
—Ay no Sol, no pasó nada de eso.
—Tu cara me dice otra cosa
—Nos besamos
—Oh por Diossssss
—No empieces con que es..
—No _______, eso da igual. Solo estoy emocionada de que por fin lo hayas besado, ya te estabas tardando

Golpee a Sol en el brazo y ella se quejó mientras reía.
—No nos está yendo nada mal ¿eh?

Sonreí y asentí.
Mi teléfono vibró en el bolsillo y al sacarlo comprobé que tenía un mensaje de texto.
Paso por ti a las 7

¿Es Thomas?
—De hecho sí, saldremos hoy otra vez.
—¿Dónde irán?
—No lo sé, dijo que era sorpresa
—Espero que sea un motel muy bonito
—¡Sol, ya basta!

No pude evitar reírme Sol sabía que me irritaba con esos comentarios y disfrutaba haciéndolo.
El resto de la tarde pasó tranquila hasta la hora de salida, nos fuimos a casa en autobús y al llegar cada una se fue a su habitación para alistarse.

Me puse unos jeans azules con unas botas color café, una blusa blanca y una chaqueta de cuero negra.
Entré al baño y me miré al espejo, me sentía de maravillas.
Sentí el timbre de la puerta e intenté no correr, pero de todas formas apresuré el paso.
Al abrir ahí estaba Thomas, también llevaba una chaqueta negra.
—Hola
—Hola

Antes de que pudiera decir algo más sus labios ya estaban otra vez sobre los míos

"Ni en mis mejores sueños" (Thomas-Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora