Capítulo 20

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Al día siguiente no vi a Thomas y no lo veria ya hasta la próxima semana porque el sábado y domingo tenía que trabajar en el Restaurant con Sol.
Ese día llegamos y saludamos a nuestro jefe, que sorprendentemente, era un hombre bastante agradable, después de todo no sería tan terrible trabajar ahí.
Se presentó con nosotras, su nombre era Simon, nos entregó nuestros uniformes y nos indicó las reglas principales:
1. Cabello amarrado
2. Sonreír
3. El cliente siempre tiene la razón.

Cuando el local abrió, las personas comenzaron a llegar, deje que Sol atendiera la primera mesa, más que una cortesía, fue un intento de salvación para mi.

Luego volvió a abrise la puerta, era una familia de 4, parecía un matrimonio con dos niñas pequeñas. Me acerqué y luego de que se acomodaran, les tomé el pedido en mi inglés que cada día mejoraba más.

—Hola, soy ___________. Yo tomaré su orden el día de hoy ¿Qué desean?
El hombre me contestó.
—Hola, mucho gusto. Queremos la orden del día, los cuatro.

Uf, Gracias a Dios algo fácil.
—¿Algo más?
—Sí, queremos una Coca-Cola grande y una ensalada surtida, pero sin tomate.
—Okey, ¿Alguna otra cosa? —

tal vez hablé demasiado pronto.

—Sí, de postre queremos helado, Marie y Susy lo quieren de chocolate y Vainilla, Susan uno de Manjar y yo uno de frutilla.
—Listo.

Miré a la familia deseando que no pidieran nada más. El hombre asintió y me dio las gracias, entonces comprendí que ya había terminado.
Fui a la cocina y le repetí la orden al cocinero.
Mientras tanto me dediqué a llevar los cubiertos a la mesa.

El día pasó sorprendentemente rápido, solo trabajamos hasta las 7, así que cuando faltaban 10 minutos, me puse a limpiar las mesas vacías.
Estaba sacándome el delantal cuando un chico se me acercó.
—Hola, ¿eres ______, verdad?
—Hola, si. ¿Nos conocemos?
—No, creo que no, solo te he visto en fotos. Eres la novia de Sam ¿no?

La sonrisa que había traido en el rostro todo el día para los clientes se desvaneció en ese mismo instante.
—No, ya no lo soy.
—Oh vaya, lo siento. No sabía que habían..
—Terminado, sí. Hace varios meses de hecho.
—Oh, es una pena. No veo a Sam hace mucho, éramos amigos de pequeños, pero siempre veía sus fotos en las redes sociales. Qué pequeño es el mundo, encontrarte aquí.
—Sí, ¿estás de viaje? —Intenté responderle de la manera menos apática posible, el no tenía la culpa de nada.
—No, de hecho me mude hace unos años con mi familia
—Que bien, me alegro por ti.
—Siento haberte incomodado __________, es una pena lo de Sam.

Torcí la boca intentando sonreirle.
—No te preocupes, debo irme. Fue un placer

El chico me sonrió y se fue de regreso a su mesa.
Fui a los camerinos para cambiarme de ropa y me encontré a Sol.

—¿Qué te ocurré?
—Nada, ¿Por qué?
—Por la cara que traes, ¿tan malo fue tu día?
—No, la verdad no. No lo había sido hasta ahora
—¿Ese chico te hizo algo? Porque puedo ir a romperle la cara ahora mismo.
—No,no. Él no hizo nada, fue lo que dijo.
—¿Qué cosa?

Respiré, hace mucho tiempo no hablaba de Sam con alguien y no sabía a qué grado podría afectarme.
—Es amigo de mi ex novio.
—Oh, no me habías dicho que habías tenido novio antes
—Sí, lo tenía y no solo eso. Iba a casarme con él
—¡¡¿¿QUÉ??!! Pero si no tienes ni 20 años __________.
—Ya lo sé, fue una estupidez, estábamos enamorados. Bueno, al menos yo lo estaba, fui a su casa un día y lo pillé con otra.
—Bastardo.
—Sí.. Bastardo.
—Bueno, debes darle las gracias ¿sabes? Tal vez no estarías aquí de no ser por eso.

Me sorprendió que Sol dijera aquello, hace no más de dos noches yo había pensado en lo mismo.
—Sí, la verdad sí.
—Y no tendrías a ese bello actor de cine en tu vida.

Me sonrojé ante el comentario y la sonrisa volvió a mi rostro.
—¿Ya ves? Si con solo nombrarlo te iluminas.
—Ya vámonos Sol, quiero descansar.

Caminamos a casa, ya que no estábamos a más de unas cuántas calles de distancia. Cuando llegué al departamento me puse el pijama y fui a la cocina a prepararme una taza de café. Escuché el teléfono sonar a la distancia así que mientras hervía el agua fui por él.
—¿Aló?
—No sé que pude haber hecho para que Dios me castigara con una hija tan ingrata.

Oh no, mi mamá la reina del drama.
—No soy ingrata mamá.
—Claro que sí, no me has llamado, debo imaginar que no tienes tiempo para una vieja mujer.
—Eres muy exagerada ¿Lo sabías? Y no eres vieja. Acabo de llegar del trabajo, iba a marcarte en un rato.
—¿Encontraste trabajo?
—Sí, soy camarera en un restaurant por aquí cerca. No está mal.
—Me alegró, no llevabas tanto dinero contigo y lo necesitarás.
—Sí, me ayudará bastante. ¿Qué tal todo en casa?
—Bien, ayer vino tu tía con Jess, ella estaba eufórica, no dejaba de hablar sobre un video que le enviaste sobre ese actor que le gusta tanto. No puedo creer que le haya mandado un saludo, es increíble que te lo encontraras.

Sí... Encontrarmelo.

—Sí, fue suerte supongo. No estaba ocupado
—Es muy guapo
—Sí, lo es.
—Bueno hija, ahora acompañaré a tu hermana a comprarse ropa. Tiene un evento en la escuela mañana y ya sabes como es.
—Sí, ya sé, querrá ser la mejor vestida.

Ambas reímos y me dio un vuelco en el corazón. Extrañaba mucho a mi mamá.
—Te quiero hija y te extraño.
—Y yo a ti mamá.

Colgué el teléfono y unas lágrimas cayeron por mis mejillas, la verdad es que evitaba llamar a mamá porque me provocaba deseos de volver a casa.

volví a la cocina, me senté en una silla a disfrutar mi café cuando el teléfono volvió a sonar. Esta vez vi la pantalla antes de contestar.
Inevitablemente sonreí, era Thomas.

"Ni en mis mejores sueños" (Thomas-Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora