08. ¿Muriendo?

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Zaek

A la mañana siguiente esperé paciente que mi hermana saliera de su habitación para poder conversar.

Después de todo, seguíamos teniendo clases, así que no demora mucho en salir y al hacerlo me mira con sorpresa ya que normalmente no la espero.

Ella tiene su auto y también un novio, así que entiendo su reacción.

—Buenos días —saluda rodeando el sofá donde me encuentro y abrazándome por los hombros —¿Me estabas esperando?

—Sí, necesito que hablemos —respondo.

Ariadne ladea una sonrisa y asiente mientras camina al sofá frente a mí y se sienta.

—¿Qué sucede?

—Primero que nada, necesito el libro.

Frunce el ceño —¿Qué libro? Tengo miles, sé más específico, hermano mío.

Nuestro libro, el libro que Dios le dio a mi padre cuando nos entregó a él.

¿El libro de nuestra creación? ¿Por qué? Ahora mismo no lo tengo conmigo, está en el castillo.

—No es cierto, estuve ayer en tu habitación con Cristina buscándolo por muchas horas y jamás lo encontré.

—Espera, espera ¡¿Qué?! —estalla —¿Por qué diablos irrumpieron en mi habitación? Más les vale que hayan dejado todos mis libros en su lugar y segundo... ¿Cómo que no lo encontraron? Ese libro siempre está en mi sofá, jamás lo guardo.

—Pues no estaba.

—Zaek, ya dime que está ocurriendo —demanda.

—Nuestro padre nos oculta cosas, Ariadne, estoy seguro de que él conoce la razón por la cual nuestras parejas están muriendo lentamente.

¿Muriendo? —repite —No, ellos no están-

—Ariadne, te daré un minuto para que proceses la información y unas tus cables en esa cabeza llena de información tuya.

Mi hermana me mira de manera asustada y se cruza de brazos esperando a que yo siga hablando.

—Los estamos consumiendo, Ariadne, nosotros...

—Somos los hijos de la muerte y ellos son simples mortales —concluye por mi entendiendo todo —¿Cómo no me di cuenta antes? Zaek, ¡están muriendo por estar tanto tiempo con nosotros!

Mi hermana se pone de pie y comienza a caminar de un lado a otro por la sala.

—¡No puede ser, no puede ser! —se detiene y me señala —¿Tú para que quieres el libro? Allí no hay nada sobre eso.

—¿No lo hay? —me pongo de pie ella niega —¿Ni siquiera en la parte en la que se habla de nuestras ayudas idóneas?

—¡No! —sube las manos con fastidio —Yo me sé ese libro de inicio a fin, no se menciona nada, créeme que si hubiera sabido que al encontrar mi ayuda idónea la mataría lentamente con mi presencia no estaría muy tranquila junto a él todo el tiempo.

—Y nuestro padre sigue sin aparecer —recuerdo y me siento nuevamente en el sofá de mala gana.

—Ponte de pie, iremos por él.

—Ariadne, el hombre es omnipresente y sabes muy bien que no se deja ver si no quiere.

Mi hermana me dirige una mirada enojada como si le costara creer lo idiota que soy.

—¿Eres imbécil o solo es tu faceta del día?

—Auch, tu agresividad me lastima.

—Pero es que me enoja y mucho que tú sabiendo todo esto no me dijiste nada, y ¿sabes que más me enoja?

Destinados por la muerte #3 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora