Zaek
—Odio esto —se queja.
Dejo el libro que estoy ojeando en su lugar al no ser el que necesito y me giro para ver a la rubia.
—Cristina, si dejaras de quejarte podríamos terminar más temprano y acabar la agonía de estar atrapados los dos en esta habitación.
—Bien —la veo arrojar un libro en el sofá cama de mi hermana y me señala con su dedo acusador —Pero quiero constatar que si algo se sale de control y Ariadne se enoja por estar invadiendo su privacidad diré tú y sólo tú tienes la culpa y yo solo fui víctima de tus persuasiones.
—¡Continúa buscando!
—¡Eso llevo haciendo por más de tres horas! —Cristina gruñe sonando su zapato de tacón derecho contra el suelo y veo sus manos formarse en puños sobre sus caderas —Es como buscar una aguja en un pajal ¿¡Cuantos estúpidos libros tiene esta chica!?
Frunzo el ceño ligeramente al comprender que tiene razón y yo soy el que no he notado como el tiempo transcurrido ha sido demasiado.
—Ariadne se lee aproximadamente veinte libros por mes —le comento de manera resignada —Saca tus cuentas tomando en consideración que mi hermana tiene más de mil años.
—Si no quisiera encontrar respuestas tanto como tú, ni siquiera habría accedido a venir.
Cristina bufa y se aleja para ir al estante opuesto del que estamos. Sus tacones resuenan por el piso hasta que se detiene y solo por curiosidad me giro a verla.
Estira una de sus manos lo más que puede y toma un libro seguido de otro que deja caer al suelo de manera molesta.
—Ten cuidado, algunos libros son demasiado viejos, si se dañan Ariadne encontrará la manera de matarme.
Espeto con dureza. Si bien a mí no me importa en absoluto el cuidado de los ejemplares, sé que a mi hermana le enojaría demasiado ver que lo más preciado para ella este dañado.
—Todo aquí es muy viejo, incluyéndote —contraataca —Así que cierra la boca.
Cristina me mira con cara de pocos amigos y estira su mano nuevamente mientras saca otro libro y lo arroja sobre los demás en el suelo. Sonríe con malicia al ver mi rostro de seriedad y se gira para seguir sacando más.
Le doy la espalda y prosigo en la búsqueda, ya no iba a darle importancia su mal genio conmigo.
debía encontrarlo, era imposible que un libro tan importante haya desaparecido como si nada y me enojaba el hecho de nunca importarme en donde mi hermana lo guarda.
Quizás porque antes de que Giselle y Kenneth enfermaran me era indiferente leer el libro de nuestra creación.
—Esto es una pérdida de tiempo —dice Cristina al cabo de unos minutos y escucho como camina hasta mí nuevamente con los brazos cruzados sobre su pecho. —Si mis cálculos no fallan, y nunca lo hacen, esta enorme habitación no tiene ni siquiera un tercio de la cantidad exacta de libros que se supone debe haber leído esta chica —sus ojos buscan los míos y entonces dejo de mirar sus uñas pintadas de esmalte negro —Zaek, solo dile la verdad y que te dé el maldito libro, no lo vamos a encontrar, por lo menos no en los próximos cinco años.
—Ese es el problema Cristina, no hay una "verdad" —hago comillas con mis dedos al decir la última palabra —Esto solo es algo que yo intento descubrir y necesito saberlo por mí mismo, si involucro a mi hermana y resulta que no tengo razón entonces creerá que solo hago quedar mal a mi padre.
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Destinados por la muerte #3 [✔️]
ParanormalTercera parte de Adoptada por la muerte. "Los secretos al parecer son las columnas que sostienen el castillo, porque las mentiras siempre estuvieron aquí. Están aquí..." Recomendación: No leer si no ha leído las dos primeras partes. TODOS LOS DERE...