30. ¿Qué hay de divertido en eso?

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Zaek

Dieciocho horas sin noticias.

Dieciocho horas en las que Tessabeth no ha dado una sola señal de ella.

Más que molesto, estoy desesperado, que no dé noticias me está volviendo loco. No saber de Zahiel me tiene al borde del colapso.

Empujo las puertas del bar y voy directo a la barra siendo seguido por Giselle, Rachell y Jehiel.

—¿Algo de suerte? —cuestiona Kharter al vernos llegar.

El bar es nuestro punto de encuentro. Cada dos horas nos reunimos todos aquí para saber qué lugares se han cubierto y cuales quedan por inspeccionar.

—Nada —le responde Jehiel y toma asiento en uno de los taburetes —Dame un whisky.

Tomo asiento a un lado de Jehiel y apoyo los codos en la barra. Giselle llega hasta mí y pasa las manos por mi estómago pegándose a mi espalda.

Cierro los ojos ante su tacto y trato de tranquilizarme, ya que, si yo no la estoy pasando bien, ella mucho menos.

—¿Mi padre está aquí? —le pregunta Rachell a Kharter y abro los ojos para mirarlo responder.

—Sí —dice —Está en su oficina.

—Iré a indagar si ha tenido algo de éxito —dice la rubia a nadie en particular y se apresura a ir.

—Parece que alguien tuvo una noche salvaje —comenta Jehiel cuando Kharter se gira a darle su trago —¿Quién es la desafortunada?

Frunzo el ceño al no entender la pregunta, pero otra rápida mirada a Kharter me hace ver en su cuello marcas muy conocidas por aparecer después del sexo.

—Oh —sonríe con gracia —Una vieja conocida, no es nadie en particular. ¿Alguno de los dos quiere un trago? —pregunta en dirección mía y Giselle.

Ella rápidamente le dice que no y yo niego.

—¿Alguna noticia? —pregunta Ariadne de repente al entrar al bar tomada de la mano de Kenneth mientras Cristina camina detrás de ellos.

—No —le responde Jehiel de manera seria y se lleva el vaso de cristal a la boca para tomar de un solo trago el whisky sin dejar de observarla.

Ariadne lo mira fijamente y Jehiel también a ella.

—¡Me estoy volviendo loca! —se queja Cristina parándose en medio de ambos bloqueándole la vista a uno del otro, obviamente de manera intencional —¿Por qué no aparece, hace su teatro dramático y peleamos para recuperar a Zahiel?

—¿Qué hay de divertido en eso? —dice Kharter y todos lo miramos —Sé que no es de mi incumbencia y honestamente no podría importarme menos todo este asunto, pero deben ser más astutos, Tess es una de nosotros —se señala a él mismo y luego a Jehiel —Sabe que si no da señales logrará lo que está ocurriendo... Que se desesperen —se apoya en la barra y nos mira con pereza.

Analizo sus palabras más de lo que debería, mi mente busca cabos sueltos en todo lo que dijo y entonces la realización me golpea. Él es un demonio y por ende una humana no podría hacerle un solo rasguño, se necesita mucha fuerza para dejar una marca, por mínima que sea, sobre su piel.

—Nuestro padre no ha tenido suerte —informa Rachell volviendo hasta nosotros.

—Cariño... —susurro en dirección a Giselle —Por favor apártate de mí.

—¿Qué ocurre? —pregunta y me suelta.

No le respondo. Me pongo de pie y miro a Kharter seriamente.

Destinados por la muerte #3 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora