03. El anuncio

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Giselle

Al día siguiente era el momento para anunciar el compromiso a nuestros padres.

Miro el reloj en la mano izquierda de Zaek y veo que son las cinco y cuarenta de la tarde.

Zaek y yo estamos sentados en la mesita del jardín trasero de mi casa. Un gigantesco paraguas que se encuentra incrustado en medio de la mesa nos cubre del sol que aún está presente.

Es un lunes muy bonito. Todo conspira a ser bueno.

Sebastián juega con Joshua y Adam. Los veo correr por todo el patio lanzándose objetos extraños con las pistolas de juguetes de mi hermano.

Los hermanos Ryder atacan a mi pobre hermano menor y lo veo gritar de desesperación al correr detrás de uno de los arbustos de flores de mi madre.

—¿DÓNDE ESTÁ KENNETH? ¡NECESITO REFUERZOS! —grita Sebastián a la vez que asoma la cabeza por encima de las flores y dispara un par de veces a Joshua.

—¡Ay, me diste!

Zaek se ríe mientras ve a Joshua caer al suelo dramáticamente como si de verdad lo hubieran herido de bala.

—La pregunta es válida. ¿Dónde está Kenneth? ¿Dónde están los demás? Ariadne siempre es muy puntual —le comento a Zaek.

—No tengo idea, pero no te preocupes, ya vendrán.

Veo a mi madre y Chloë salir al patio por la puerta de la cocina. Ambas con charolas grises y en ellas varios vasos con limonadas.

—¡Alto al fuego! —grita mi madre en dirección a los tres que juegan a unos metros —Vengan por una bebida.

Ambas llegan hasta la mesa y dejan los vasos allí para que todos tomemos uno.

Zaek me pasa el mío y le agradezco con una sonrisa.

—Mami, ¿a qué hora viene mi papá? —Sebas está todo sudado y con el cabello pegado a la frente. Lo veo dejar la pistola de juguete en la mesa y mi madre sube los hombros en respuesta —Quiero decirle que necesito una pistola de juguete más grande —hace un puchero.

Mi madre rueda los ojos y le extiende un vaso de limonada que mi hermano toma gustoso.

—Si quieres yo te puedo llevar mañana después de que yo salga de la universidad y tú de la escuela a comprar uno —ofrece Zaek y se inclina un poco en el asiento para revolver el cabello de mi hermano —¿Cómo a esta hora te parece bien?

—¡¿En serio, Ezequiel?! —grita, emocionado, y comienza a brincar —Sí, ¡gracias! Eres el mejor hermano mayor del mundo.

—¡Oye! —exclamamos Adam, Kenneth y yo a la misma vez y al notarlo nos reímos.

Kenneth y Ariadne están caminando hasta la mesa tomados de la mano y solo hasta que están junto a nosotros se separan.

—Hola señora, Melyna —Ariadne saluda a mi madre y le da un corto abrazo.

—Hola, mi niña —responde rápidamente —¿Quieren una limonada? —pregunta ahora mirando a Kenneth y Ariadne a la misma vez.

—Yo sí —responde ella —Kenneth no creo que tolere cítricos por el momento, así que no.

—¿Estás bien? —pregunto mirándolo y todos me imitan al escanearlo.

—Estoy bien —bufa —Relájense todos.

—No es verdad —Ariadne rueda los ojos —Se la ha pasado vomitando toda la mañana, de hecho, esa es la razón por la cual Cristina aún no llega, se fue con Rachell a buscarle algo a una farmacia por aquí cerca.

Destinados por la muerte #3 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora