11. Cruel

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Giselle

El cardiograma mantiene un calmado y constante bip cuando me encuentro abriendo los ojos.

Mi vista está nublada y cuándo logro parpadear para adaptarme a la fuerte luz blanca, lágrimas de dolor se me resbalan por las mejillas ya que siento una presión en mi pecho.

Miro a mi costado izquierdo y veo a Joshua dormido en un sofá pequeño de dos personas y bajo su brazo se encuentra Chloë igual de dormida acurrucada sobre el regazo de su novio.

Mi mejor amiga tiene una manta blanca pequeña sobre el estómago cubriendo la parte inferior de su cuerpo ya que los pies los tiene encogidos sobre el sofá.

Me acomodo mejor en la cama y al querer quitarme el cable que me tiene atada al cardiograma la voz de Ariadne me detiene.

—Si yo fuera tú, no haría eso.

Volteo a ver en dirección a la puerta y está allí recostada de la misma con un gesto de seriedad.

—Me duele —hago una mueca, pero aparto la mano.

—Puede que sí, pero es por tu bien.

Miro la habitación con cautela y cuándo mi vista cae nuevamente en la chica de ojos azules me limpio las lágrimas.

—¿Llevo mucho tiempo aquí? —me toco la cabeza ya que me siento mareada.

—Más de 20 horas —responde —No despertabas desde que te desmayaste ayer, pero tus signos vitales se encuentran bastantes normales.

Los recuerdos antes de mi desmayo aparecen de golpe y pienso en Liam. Ruego en mi mente que esté mejor que yo.

—Tu madre se ha mantenido aquí con Sebas, ni siquiera salían de la habitación para comer —prosigue a decir —Junto con Joshua y Chloë tuvimos que convencerlos para que fueran a casa —asiento. Nos quedamos viendo en silencio, por lo que continúa hablando. —Tu padre, Rosie, Rachell, Cristina y Adam también se han pasado a verte —ladea una sonrisa forzada —Kenneth está en casa descansando, pero se ha mantenido en contacto con Chloë para saber de ti.

—¿Qué mierda me está pasando, Ariadne? —pregunto rápidamente ignorando todo lo que ha dicho —Es como si últimamente cada vez que Zaek está junto a mi yo...

La veo negar y caminar para sentarse en el borde de la camilla.

—¿No crees que es mejor hablar directamente con él? —pregunta.

—Lo haría si pudiera, pero al parecer en los últimos días ha tenido mejores cosas que hacer —frunzo el ceño en su dirección —Ambos parecen estar muy ocupados.

—Giselle, tú no entiendes —dice rápidamente.

—Pues claro que no entiendo, si no me dicen nada como quieren que no piense mal ¿Acaso tiene otra chica?

Ariadne me mira como si repentinamente me hubiese salido otra cabeza. Luce escandalizada y diría que hasta un poco molesta.

—Está mal que pienses así, muy mal —dice y se pone de pie para alejarse de mí y volver a la puerta donde estaba anteriormente.

—Ariadne, dime algo, lo que sea —pido desesperada —¿No ves que me estoy volviendo loca tratando de entender? Hace una semana todo estaba bien, ahora siento que no estoy en la misma página, que volvemos a esos días en los que Zaek me odiaba y tú... Tú nunca me decías nada —me quito la sábana de encima y me siento de manera erguida en la cama —¿Acaso va a dejarme? ¿Es eso? —pregunto con un hilo de voz.

La mirada de Ariadne se suaviza viendo un punto detrás de mí, pero luego me mira rápidamente.

Instintivamente observo la esquina de la habitación viendo a la nada. Mi piel se eriza y mi vista recorre de arriba a abajo la pared vacía.

Destinados por la muerte #3 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora