Zaek
Al cruzar el portal quedamos en lo que parece ser un callejón.
Está totalmente oscuro, con un cielo estrellado y una enorme luna llena, dando a relucir la diferencia horaria. Lo único que alumbra a medias el lugar son los postes de luz a lo lejos.
Escucho risas y un par de botellas rompiéndose. Mi hermana me da una mirada y yo le extendiendo mi mano. Ella la toma, juntos nos hacemos visibles y caminamos para salir de entre los muros.
Al estar afuera podemos ver el enorme letrero de lo que efectivamente es un bar llamado ''La Muerte y Tequila''. Está en medio de varios locales y las paredes son de ladrillo dándole un toque antiguo al igual que todo a nuestro alrededor.
Hay hombres y mujeres a lo largo de la calle y sus risas son todo lo que logro distinguir, pensar que su estado de euforia solo es producto del exceso de alcohol en sus sistemas es algo sorprendente.
—Parece que estamos en un pueblo, no en la gran ciudad —comenta Ariadne.
—Eso mismo concluí —le doy la razón.
Puedo oler las diferentes cosas que cocinan los vendedores ambulantes en la calle y observo con cuidado todo nuestro alrededor.
Mi hermana tira de mi mano y me guía a la entrada del bar. No hay ningún tipo de seguridad custodiando así que logramos adentrarnos al lugar con facilidad.
Dentro, el local está parcialmente lleno, un par de personas por allí y un par por allá, pero se puede caminar sin tropezar con nadie y eso me basta para guiar mis pasos por toda la barra buscando alguna señal de mi padre.
Ariadne deshace nuestro agarre cuando observa detenidamente al cantinero, quien limpia con un trapo la superficie de madera de la barra.
—¿Kharter? —pregunta con un hilo de voz. Yo frunzo el ceño al reconocer de inmediato la cara familiar del demonio —¿Qué haces aquí?
—¿Tomando un descanso de torturar almas en el averno? —me burlo.
Kharter sube la mirada a nosotros y ladea una sonrisa perezosa. Deja el trapo en la barra, apoya los brazos sobre la misma y se inclina para que solo nosotros oigamos lo que dirá a continuación.
—Torturar jamás deja de ser mi prioridad, solo que en el mundo humano lo hago de manera diferente —la malicia en su voz me hace querer terminar esta conversación —En fin... ¿Un trago? —ofrece señalando detrás de nosotros —La casa invita.
—Paso —me cruzo de brazos.
—Yo si quiero uno, he tenido una mañana muy revuelta —Ariadne toma asiento en uno de los taburetes vacíos.
—Oh, lamento oír eso, cariño —le guiña el ojo. Ladeo la cabeza y lo miro de manera amenazante —Pero no te preocupes, aquí te puedo dar todos los tragos que quieras, ya que, después de todo... Este es el bar de tu padre.
Toma el trapo consigo y se gira para preparar la bebida de mi hermana.
Ariadne me da una mirada de completa confusión.
—¿Acaso dijo...? —Ariadne señala a Kharter.
—Lo dijo —asiento.
Me giro sobre mi eje y comienzo a caminar por todo el bar en busca del hombre que me oculta muchas cosas. Mi padre.
Algunas personas dejan de hablar cuando paso por sus lados, pero los ignoro. Ya me he acostumbrado bastante a que se me queden viendo cada que piso un establecimiento nuevo. Mi aura es demasiado fuerte y mi presencia intimida, siempre será así.
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Destinados por la muerte #3 [✔️]
ParanormalTercera parte de Adoptada por la muerte. "Los secretos al parecer son las columnas que sostienen el castillo, porque las mentiras siempre estuvieron aquí. Están aquí..." Recomendación: No leer si no ha leído las dos primeras partes. TODOS LOS DERE...