Destinados por la muerte #3 [✔️]

25. Visión de la muerte

Giselle

Me muevo con lentitud disfrutando del roce de nuestra piel.

Zaek lleva sus manos a mis caderas y comienza a guiar mis movimientos en una costumbre que tiene desde la primera vez.

Lo veo morderse el labio inferior mientras acelero el ritmo y no pasa mucho cuando un gemido se le escapa.

Sonrío mientras me sigo moviendo sobre él.

—¡Joder! —gruñe y rápidamente cambia de posición conmigo ahora abajo.

Mis piernas se abren dándole todo el espacio que necesite. Sale y entra de mí con precisión y mis gemidos no se pueden controlar.

—Bésame —pido.

—Tus deseos son ordenes —responde y besa mis labios sin dejar de entrar y salir de mí.

Mis pechos suben y bajan al ritmo de sus embestidas mientras rosan su piel en el proceso. Zaek baja a mi cuello succionando y besando el área provocando mis usuales escalofríos y excitación.

—Quiero oírte gemir mi nombre —pide entre jadeos.

Nuestras respiraciones chocan irregulares.

—Za... Zaek —me las ingenio para decir.

De inmediato siento como baja la intensidad de las embestidas y frunzo el ceño.

—¿Qué? —sonríe con burla —¿Acaso quieres más? —se inclina a mi seno izquierdo y succiona el pezón con lentitud —Si quieres más, pídelo —susurra brevemente antes de continuar pasando su lengua.

Jadeo ante el placer que estoy sintiendo y también ante la agonía de sentir más.

—Zaek...

—¿Sí? —pregunta, subiendo su mirada a mí y masajeando con ambas manos mis pechos en caricias lentas.

—Más —le digo —Quiero más.

Sonríe y llevo mis manos a sus mejillas para atraerlo a mí nuevamente, comienza a moverse más rápido, entra y sale mientras ahogo mis gemidos sobre sus labios.

Digo su nombre una y otra vez pidiendo por más, él se mueve al compás de mis gemidos.

Internamente agradecía el que rentáramos una mansión privada en unos de los bosques de Francia porque así podía gritar todo lo que quería por el resto de esta semana.

Me siento llegar al clímax cuando mis piernas comienzan a tensarse.

Un par de embestidas más fueron suficientes para llegar al borde y gemir su nombre en el proceso, así como tanto le gusta.

Le beso el cuello y bajo rápidamente a su hombro mordiéndolo suavemente mientras sigue moviéndose dentro de mí en busca de su orgasmo final.

—Me voy a correr dentro de ti hoy y para el resto de nuestras vidas —dice y seguidamente lo hace.

Se corre dentro de mí soltando un suspiro al hacerlo. Me siento llena de él y aferro mis brazos a su cuerpo cuando se acuesta con cuidado sobre mí.

Nos quedados así unos segundos tratando de normalizar nuestras respiraciones.

Recuerdo que antes yo era la única que se encontraba así después de terminar, pero desde que Zaek descubrió cómo respirar parece hacerlo más seguido y por ende termina igual o más cansado que yo.

Su parte humana cada día florece más de lo que alguna vez lo hizo.

—Me voy a salir, no quiero aplastarte —avisa y lentamente sale de mí.