capítulo 3

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"Salem"




He perdido la cuenta de lo mucho que he caminado por el sendero del bosque.  Me duelen los pies y mi ropa ha quedado húmeda por la llovizna que hubo hasta hace unas horas.  Me detengo ante un árbol y respiro profundo.  «tú puedes,  tú puedes.»
Ya está anocheciendo y aún no encuentro una salida,  me siento perdida y sin una pizca de fuerzas para seguir avanzando. 

Busco entre mi bolso algunos frascos de lo que  había creado y saco uno en especial,  para reforzar y despejar todo lo malo. Tomo un poco  y guardo lo que queda. 

Ojalá no envenenarme con mi propia medicina.  Sería el colmo. 

Rápidamente me siento con más energía y la vitalidad regresa a mi.  Respiro de nuevo el aire de la naturaleza y el olor de tierra mojada.  Es increíble y me encanta. 

Me encanta todo lo que tenga que ver con la naturaleza y si podría vivir alejada de la peste de la humanidad, lo haría.  Después de todo no es tan mala mi idea.  O quizás debería buscar un nuevo pueblo en donde nadie me encuentre. 

El camino cada vez oscurece pero una algo en mi va guiandome hacía la salida.  No dejo de caminar aunque escucho los sonidos terroríficos que suelen asustar a más de uno en una película de terror.  Por fortuna tengo una creencia diferente y es:  no le temas al muerto,  teme del vivo. 

Mientras esquivo ramas y árboles siento que alguien me observa y eso si me asusta en verdad.  No me gusta sentirme acosada porque puedo pensar lo peor.  Si yo fuese en verdad una bruja,  significa que existen muchas más cosas por descubrir.  Quizás hombres lobos,  vampiros o chupacabras. 

Creo que este mundo y su gente me tienen delirando. 

A minutos de seguir el camino veo una luz de un farol y una carretera que me llena de esperanza para encontrar un aventón.  Agradezco tener mi ahorro en mi bolso y así poder comprar algo útil en el camino. 


Finalmente llego a la orilla de la carretera y sigo en la línea caminando.  Esto está solitario y solo escucho las lechuzas y a  las aves nocturnas del bosque.  Me abrigo,  la temperatura aumenta y lo que llevo puesto no es muy acogedor. 

Llevo alrededor de media hora caminando hasta que escucho unas ruedas en la vía.  Me detengo a mirar y de mi lado contrario viene un auto...,  es mi oportunidad. 

—¡Pare!  —grito haciendo señas y él auto va disminuyendo la velocidad como intentando mirar a que desconocido subirá al auto—. ¡Hey!  —grito y este se detiene,  me acerco a la parte del copiloto y la ventana baja.  Dentro veo un señor como de algunos cincuenta años,  parece que anda con una joven que está dormida en el asiento copiloto. 

—¿Que haces por esta vía tan sola?  —me pregunta frunciendo el ceño. 

«Pues fíjese,  me echaron del orfanato por que supuestamente soy una bruja que mató a su amiga,  y ya ves,  aquí me tiene. » pienso irónicamente. 

—Discutí con mi ex y me dejó abandonada aquí,  ya sabes usted como son  los novios tóxicos —mentí con total seguridad.  Él analiza un momento y finalmente asiente. 

—¿A donde vas?  —pregunta y justo no sé a donde voy. 

—Para serle sincera estoy perdida,  pero podré quedarme en el próximo pueblo y pagar un hotel —dije y este bufa. 

La Bruja Y El Guerrero De Hielo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora