capítulo 4

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"Un gato muy raro"



Ya tengo una semana con mi Mauro peludo hermoso,  estar con él ha sido bastante bueno,  puesto que me hace compañia e incluso me escucha.  Es atento,  divertido y juguetón.  Hasta ahora es el único gato que no es aburrido,  me refiero a que no se la pasa dormido en una esquina durantes horas,  aunque sí me encuentro extraño que le he comprado comida de gato y siempre la rechaza,  cuando le puse el arenero para hecer sus necesidades,  él no quiso y se fue oculto,  pero bien oculto por el patio,  en donde yo no lo viera.  Comprendí que le gusta su privacidad,  e incluso lo sorprendí bañándose  y no sólo una vez,  diariamente.  Que se bañe no es lo extraño,  es que hay pocos gatos que le guste el agua,  pero a este le encanta y además de lo más raro es que se ducha en mi baño.  ¿Pueden  creerlo? 

—¡Mauro!  ¿Donde estás,  peludito?  Ya que no quieres comerte tu comida de gato te he comprado un cereal —grité y enseguida salió de su escondite,  estaba detrás del sofá.  Lo veo caminar hacia mi y me arrodillo para mostrarle su nuevo cereal.

Se ve animado y con mucha hambre,  no ha comido nada en el día.  Él se deja acariciar y le pongo el cereal en su tarro. 

Me sorprendo como se acerca,  huele y empieza a comer,  parece que le gusta. 

—Yo sabía que la tuna de gatos no te gustaba,  por eso mismo te traje cereal de gatos, yo misma lo hice con un poco de carne de ratón —bromeo con él porque sé que no me entiende,  pero este enseguida empieza a vomitar y hacer un extraño sonido con su garganta.  Se ve asqueado y me lanza una mirada de desprecio para luego correr. 

Lo sigo pero su agilidad lo lleva al patio,  en donde hay una tina de agua,  se mete ahí y empieza a tomar el agua del grifo. 

—Oye era broma,  que sensible,  ya no aguantas nada —digo acercandome —. Es normal que los ratones coman gatos o que los capturen,  no entiendo porque eres tan afeminado —reprocho pero este me ignora saliendo y sacudiendo sus pelos. 

¡Miau miau miauuuuu miauuuuu!  —grita como si me intentara decir que lo iba a envenenar. 

—Ay que exagerado eres Mauro,  yo sólo quería darte comida.  Además ese cereal tiene fósforo,  o sea,  carnes de pescado,  tuna,  y muchas vitaminas que te harán bien.  Si no comes morirás de hambre —le dije pero este sigue el camino hacia la puerta y lo sigo. 

—¡Miau miau!  —vuelve a decir pero no entiendo  el idioma gatuno,  sólo veo como toca la nevera con su patita derecha,  entonces la abro para saber que es lo que quiere.

—A ver,  ¿qué es lo que quieres? 

Él entra y salta hacía donde están las carnes y señala un paquete de salchichas de pollo. 

—Ah ya entiendo,  quieres salchichas y carnes —digo y él asiente como si fuese un humano,  cada vez me sorprendo. 

Lo cargo y lo pongo encima de la isla de la cocina y luego de limpiar mis manos tomo una pechuga de pollo cruda y se la pongo en el plato delante de él,  pero su mirada era idéntica a algún meme llamado póker face.  Se veía aburrido y enojado. 

—¿No quieres?  —niega con su cabeza y echa el plato hacia un lado.  —¿La quieres cocida? —pregunto y su mirada es de emoción. 

La Bruja Y El Guerrero De Hielo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora