capítulo 49

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Llegar a casa cada vez se hace  más lento de lo que me esperaba,  ¿saben por qué?  Por que don Nerón quiere controlar  a Blaise en todo.

—Escuchame cara de papa,  vas a manejar lento porque mi hija y mi mu... Aisha,   están atrás y no quiero que por tu culpa pase algo —le dice Nerón y Blaise respira  profundo. 

—¿Puedes callarte de una puta vez?  Estoy a un segundo de convertirte en rata —le grita Blaise y pido paciencia.

—Como si pudieras —se burla Nerón y Blaise respiró profundo.

—Ignoralo Blaise,  la que lo va a convertir soy yo si sigue molestando.  Me tiene cansada —espeto hastiada por completo.

—Ignirili Blisi —me imita con voz chillona e iba a hacer un conjuro pero Bastián me detuvo.

—Ya déjalo —dice y asiento.

—Lo odio —susurro.

—Yo también te amo —dice en voz alta.  Y giro los ojos. 

En cuanto llegamos Bastián sale primero y yo después,   Blaise hace lo mismo y luego Nerón. 

La bebé enseguida estira los brazos hacia Blaise y él le sonríe cargandola,  pero Nerón mira la escena enojado y dolido.

—Esto es el colmo —espeta cerrando la puerta de un golpe en seco.

—Nerón,  es mi auto no seas tan brusco —le reclama Bastián.

—Lo siento,  cualquier daño te lo pago.

En vista de que ya estamos en invierno pero que por el calentamiento global no tenemos nieves,  si no lluvia,  había empezado a caer pequeñas gotas de agua y el cielo comenzó a tronar. 

Blaise corrió con la bebé y le seguimos detrás,  pero un charco de agua me hizo resbalar y antes de caer Nerón me tomó de la cintura y nos quedamos inmóvil unos segundos. 

—Sueltame —le digo mientras el agua aumenta sobre nosotros. 

—Se dice gracias,  mal agradecida. 

Lo ignoro y sigo corriendo hasta llegar a la entrada de la casa,  Bastián abre la puerta y juntos entramos,  subimos por la escalera  antes de avanzar siento una mano sobre mi brazo y cuando giro mi cabeza es Nerón quién sube unos escalones hasta quedar más o menos a mi altura.  Y tiro de mi brazo hasta pegar su rostro cerca del mío.

—Tienes muchísimas cosas por explicarme —me dice con su voz ronca y amenazante.  Lo miro con desagrado.

—Lo haré cuando yo pueda y cuando se me pegue la puta gana.  Y no me toques,  imbécil.

Lo empujo liberandome y subo rápidamente hasta dar con la puerta que ya está abierta.  Al pasar me libero del abrigo y lo engancho mientras que los demás hacen lo mismo,  y claro,  Nerón siempre dándose a relucir,  pues se quitó el suyo y no lo colgó,  más bien  lo lanzó en el piso.

—Nerón —le digo  y me mira como si no pasa nada.

—¿Si,  querida?

—A mi no me hables con confianza,  y te digo de una vez que ésta no es tu casa para que vengas a lanzar tus cosas en mi piso —le reclamo y mira el abrigo.

—Pero no hay espacio —dice haciendo pucheros con carita de cachorrito y giro los ojos. 

—Recogelo ya,  o te  vas de mi casa —amenazo y se agacha tomando el abrigo,  retira el de Blaise del tendedor y coloca el suyo.  Luego le lanza el abrigo a Blaise quién acaba de bajar a la niña en la alfombra.  Blaise se levanta y lo mira más enojado de la cuenta.

La Bruja Y El Guerrero De Hielo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora