—¿Ahora pides las cosas por favor, Rick?
Dominic agitó la cabeza como si estuviera decepcionado y paró junto a la hoguera central. Yo me moví un paso, porque necesitaba verle mejor y con Enkar delante no podía.
Por un segundo, pensé que había vuelto a equivocarme de persona. Parecía un chico de unos veinticinco años, con el pelo castaño de punta y una camisa negra de manga larga que llevaba arremangada, además de unos vaqueros oscuros. No era tan alto como Enkar ni de lejos, pero sí tenía los hombros anchos y lo poco que veía de sus brazos me parecían definidos. En cualquier caso, no me pareció mi asesino hasta que me miró, con el reconocimiento brillando en los ojos amarillos.
Encajó perfectamente en la única imagen mental que tenía suya. Él se había inclinado sobre la montaña de cadáveres a la que me habían tirado y le había prendido fuego. Él me había sacado de allí y me había llevado a Nuskadia.
—He oído que me estabas buscando.
La frase de Dominic iba dedicada única y exclusivamente a mí. Había ignorado completamente al Alfa de los lobos. De hecho, se cruzó de brazos como si toda aquella gente no pudiera importarle menos.
—Lárgate, Dominic —insistió Rick, mientras Enkar volvía a colocarse delante, de forma protectora.
—Eres impresionante, Selene —siguió Dominic. Y no pude evitar preguntarme cómo sabría mi nombre—. Primero consigues quitarle el trabajo a Nicky y reinar en la fortaleza, y ahora has conseguido un ejército de lobos...
—Y luego te mataré a ti —aseguré, empujando un poco a Enkar para poder encarar al vampiro.
Dominic me miró de arriba abajo y luego soltó una carcajada muy ofensiva. Me había olvidado de que ya no quería matarle, pero me ponía furiosa que hubiera ido allí, con toda la cara del mundo, a buscarme.
—Muy bien, Selene. Tener objetivos te mantendrá con vida de momento. Veamos, Rick. No tengo intención de hacer nada, así que diles a tus perros que no me salten por la espalda. Esta camisa es nueva y si mato a tus chuchos, voy a cabrear a mis amigos.
—No le ataquéis —insistió Rick, sin mucha energía en el tono.
—Bien. Ahora dile a tu otro chucho que se quite de delante de la chica.
—No pertenezco a su manada, no puede darme órdenes —se negó Enkar.
—Pues díselo tú, Selene —se burló—. Solo quiero hablar. Si quisiera hacer algo malo, tendría a mi ejército detrás que, no es por presumir, viejo, pero es mucho más grande que el tuyo.
Salí voluntariamente de detrás de Enkar, porque sabía que no me servía de nada esconderme de Dominic. Me había encontrado dos veces y seguiría haciéndolo siempre que quisiera.
—¿Tampoco pretendías nada malo cuando mandaste a tus vampiros ayer a por mí? ¡Mataron a una mujer inocente! —le acusé.
Dominic me pareció genuinamente sorprendido. Luego puso una cara indescifrable. ¿Y si no había sido él? No, seguro que se estaba haciendo el inocente.
—Me han dicho que eres buena negociando. ¿Por qué no lo hacemos, Selene? —me ofreció, ignorando mi exabrupto—. Tú tienes algo que yo quiero. Realmente, me da igual que te quedes con tu lobo. Pero necesito tener una charla con Arkra.
—¿Por qué? —pregunté desconcertada.
¿Eso quería? Werner dijo que Arkra era un arma, ¿para eso lo quería? ¿Para hablar con él? En cualquier caso, Werner me había parecido mucho más peligroso, Dominic me estaba decepcionando un poco.
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Crónicas de Morkvald: Luna de Sangre #1 - *COMPLETA* ☑️
FantasySelene despierta en un lugar que no conoce, sin recuerdos y sabiendo que alguien ha acabado prematuramente con su vida. Sin embargo, cuando nadie parezca interesado en descubrir qué ha pasado con ella, tendrá que luchar por desentrañar el misterio d...