La niña estuvo a punto de caerse del columpio cuando un extraño señor pelirrojo se plantó justo delante. Trató de frenarse con los pies y eso casi la lanzó hacia el suelo. Ni siquiera tenía que estar allí, porque era de noche cerrada ya. Su padre se había tenido que ir corriendo por una emergencia, así que decidió esperar en el jardín de casa a que volviese.
Aquel hombre... le resultaba familiar. Se parecía un poco a su padre, quizá, pero llevaba una ropa muy rara y una barba ligeramente larga y desordenada que su padre jamás llevaría.
—¿P-por qué está en mi casa? —tartamudeó la niña, asustada.
Miró hacia la casa, en busca de su madre, pero debía seguir dormida.
—No tengas miedo, Samantha. —El hombre se arrodilló delante de ella, para quedar a su altura, porque no había llegado a levantarse del columpio—. Soy un amigo de tu padre.
—¿Le ha pasado algo?
—Sí, Samantha. Le ha pasado algo. Pero no te preocupes, yo cuidaré de ti.
—¿Q-qué le ha pasado? ¿D-dónde está? ¡¿Mamá?! —gritó hacia la casa.
—Escúchame, Samantha. Los mismos que le han hecho daño a tu padre, van a venir a por ti. Por eso yo voy a protegerte. No dejaremos que te cojan.
Y, como si sus palabras hubieran sido las detonantes, una docena de luces brillaron en el patio, alrededor de ellos. Eran hombres y mujeres con enormes alas negras, que hicieron parpadear a Samantha sin entender nada.
—Es ella, es la única descendiente de Ketiel —informó una mujer al resto.
—Lo siento, Samantha, pero es la única forma de protegerte.
El extraño hombre apoyó una mano en la cabeza de la niña y ella gritó de dolor.
CONTINUARÁ...
¡Pues ya hemos acabado Luna de Sangre! ¿Qué os ha parecido? ¿Dudas, opiniones, críticas?
La segunda parte ya está disponible en mi perfil.
¡Espero que os haya gustado!
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Crónicas de Morkvald: Luna de Sangre #1 - *COMPLETA* ☑️
FantasySelene despierta en un lugar que no conoce, sin recuerdos y sabiendo que alguien ha acabado prematuramente con su vida. Sin embargo, cuando nadie parezca interesado en descubrir qué ha pasado con ella, tendrá que luchar por desentrañar el misterio d...