No estaba segura de por qué Darren me había enseñado el teletransporte. Quizá no esperaba que lo dominase tan rápido, pero lo había hecho con relativa facilidad. Había leído al respecto y quizá sí que aprendí a hacerlo en otra vida. Era difícil saberlo.
En cualquier caso, pasé por una docena de ubicaciones para confundir mi rastro, repitiendo un par de veces por los mismos sitios y mezclándome en otras ocasiones en sitios muy llenos de gente. Al final llegué a Morkvald, porque tampoco quería arriesgarme a que se me hiciera de día en plena calle.
O que Darren decidiera adelantar el ataque por mi culpa.
Sabía que si iba a la zona de aparición iban a detenerme, así que lo hice directamente en el patio de la Fortaleza. La verdad, esperaba que Enkar estuviera allí, sería mucho más fácil de explicárselo a él, seguro, y me escucharía más que el resto.
Pero no estaba. Había un grupo de lobos. Miré el cielo. Al día siguiente debía ser luna llena y estaban practicando. Y, un segundo después, tuve a un lobo desconocido apuntándome con una espada en el cuello por la espalda. Aunque se giró lentamente para verme la cara. Llevaba una manta blanca y la cabeza completamente rapada, cejas incluidas. Era fornido, pero no muy alto.
—Quiero hablar con Broderick —le dije, moviéndome lo justo para asegurarme de que podría esquivarle si decidía decapitarme.
—¿Por qué? —me preguntó él.
Y, su voz grave, me resultó muy familiar. Estaba segura de no haberle visto antes por Nuskadia. Casi parecía una cruel coincidencia. ¿Era posible que fuera él? ¿La mano derecha de Werner? ¿Mi torturador? ¿Cómo era posible?
—¿Qué pasa, Millard? —Florine salió de la fortaleza, con un vestido más ligero de lo habitual, como si fuera el de dormir. Debía haber sentido mi magia.
¿Había dicho Millard? ¿Era el maestro de Enkar? ¿Acaso él había estado de verdad metido en todo aquello? No había querido creerlo, pero reconocí a Millard.
—Os van a atacar, Florine. No tengo tiempo para explicarlo, pero un vampiro está organizando un ejército para matar a Dominic, Werner y Zacarías. Saben que están aquí.
—¿Y por qué tenemos que creerte a ti? Eres una traidora —me acusó Broderick, saliendo también.
—No es verdad. Tú estabas con Werner en el hexágono —acusé al lobo, sin poderme contener más, usando la mano para apartar su espada de mi cuello.
Él retrocedió un par de pasos, como si se sintiera descubierto, y lo supe. Sí que era él. ¡Ese tipo me había torturado durante años!
—¿De qué habla, Millard? —preguntó Florine desconcertada.
Broderick no parecía menos extrañado que ella. Me alegró ver que no parecían saber nada de lo que pasaba. Al menos no toda la Fortaleza estaba al tanto... Solo Enkar y su maestro. ¿Por eso viajaba tanto? ¿Enkar quería seguir allí para secuestrar gente para él, por eso no se había podido ir conmigo? Zacarías me había dicho que había desaparecido un lobo poco antes de que yo llegase. Como los que nos llevaban al hexágono para practicar...
—No lo sé... —Se revolvió incómodo.
—¡Miente! Él y Werner se dedican a torturar gente. La gente que ha desaparecido de aquí, ha sido culpa suya —le acusé.
Se vio acorralado, quizá porque a Broderick y Florine les cuadró de alguna forma. Y, entonces, Millard se movió demasiado rápido. Con un único gesto de espada, decapitó a Florine y su cabeza rodó hasta mis pies. Salté hacia atrás, horrorizada.
—¡Lobos, detened a la traidora! —ordenó, mientras atacaba a Broderick, que le esquivó sin problema.
—¡Huye, chica! —me ordenó el líder de la Fortaleza, conjurando un mandoble enorme.
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Crónicas de Morkvald: Luna de Sangre #1 - *COMPLETA* ☑️
FantasySelene despierta en un lugar que no conoce, sin recuerdos y sabiendo que alguien ha acabado prematuramente con su vida. Sin embargo, cuando nadie parezca interesado en descubrir qué ha pasado con ella, tendrá que luchar por desentrañar el misterio d...