Martín ( VI )

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Es martes cuando Martín se para frente a Miguel y demanda una explicación. El chico se encoge de hombros, desvía la mirada por un segundo y luego lo mira con frío desinterés.

-Porque no, Martín. Simplemente ya no.

Miguel entierra sus manos en sus bolsillos. Simple, como explicando que los naranjales dan naranjos y el agua moja.

Martín frunce el ceño, confundido y sintiendo como su pecho se hincha con rabia. Llevan más de un mes en esa pequeña relación clandestina y aunque Martín no esperaba que durara para siempre, tampoco pensó que Miguel tendría los nervios para pretender que no era nada.

Martín bufa y su boca se tuerce en un intento de sonrisa burlona y una mueca de incredulidad.

-¿Eso eso todo lo que tienes que decir? Te aburriste y punto.

-Sí. Me aburrí, ¿cual es el problem–?

Miguel no termina su oración porque Martín le asesta un puñetazo en el estómago que lo deja sin aire y lo tira contra una pared. Aún cuando intercambian un par de golpes y gritos–antes de que el profesor de coro detenga su pelea–ningún moretón o hematoma en la mejilla se compara a el sinsabor que las palabras de Miguel le dejan en el estómago a Martín.

No Me CantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora