Manuel ( XIV )

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Ir al colegio es insoportable, porque ahí no puede evitar a Miguel. No puede evitar que le ruegue que lo mire, que le responda cuando le habla. Se siente horrible; sin palabras para describir exactamente esa maraña de odio y dolor que se apila dentro de él. Tiene que aguantar a Miguel arrastrándose detrás de él, pidiéndole que por favor, por favor, por favor....

-¡Manuel, por favor!

Grita Miguel, estrellando su puño contra el casillero de al lado mientras Manuel cierra de un portazo el suyo y se da la vuelta, pretendiendo que no existe otra vez. Manuel agradece que en el pasillo no se encuentren más que ellos dos y la señora de limpieza.

Los dedos de Miguel rozan su brazo cuando intenta detenerlo. Manuel no se aguanta.

-No me toques.

-Solo escúchame, ¿si? No se que me paso. Lo siento mucho, te prometo que no fue por hacerte daño.

Manuel bufa, deja salir una sonrisa sarcástica mientras se da la vuelta con intención de dejar a Miguel hablando solo otra vez.

-Claro, Miguel. Claro que lo sientes...

-No, Manuel. Por favor, entiende–fue un error. No se en que mierda estaba pensando. Te prometo que–

-Tus promesas no valen nada, Miguel,- gruñe Manuel entre dientes. -Tu no vales nada.

-¿Que quieres que te diga, Manuel?- Grita Miguel, mientras apresura el paso tras él.-¡Ya se que esto es mi culpa, ya se que la cague!¡Pero entiende--entiende que no puedo dejar que todo se vaya al demonio porque te amo!

-¡Por supuesto, Miguel, por supuesto que me amas!¡Me amas tanto que fuiste y te revolcaste mil veces con un tipo que conoces desde hace un par de meses!

Manuel grita, su voz retumba en el pasillo y Miguel se queda estático mirándolo con los ojos abiertos. Su boca tiembla, pero no dice nada. Manuel solo retrocede, frunciendo el ceño antes de seguir su camino.

-Se acabo. Se acabo, Miguel.

No Me CantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora