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"Tu amor no lo encontré, todavía lo estoy buscando"

***

Suena la alarma y Soraya la apaga.

–¿Que hora es? — pregunto minutos después.

–Las nueve y media.

Al escuchar eso, y ella escucharse a si misma, nos levantamos las dos de un tirón.

–¡Mierda llegamos tarde! — gritamos a la vez.

Nos levantamos rápidamente y nos vestimos mientras desayunamos. Como es de costumbre nos maquillamos en el coche mientras vamos de camino al trabajo. Cuando llegamos entramos a nuestro despacho sin que nadie se de cuenta, creo que desde que trabajamos aquí llegamos todos los días tarde, por lo cual mejor que nadie nos vea.

Nos ponemos al día con las firmas, los planos y todo el trabajo pendiente que teníamos. Soraya y yo somos las diseñadoras  de la empresa.

Después de una hora el jefe entra a nuestra oficina.

–Buenos días señor — decimos las dos levantándonos de nuestro sitio.

–Buenos días señoritas, ¿dónde estabais a primera hora? Vine a hablar con vosotras y no os encontré.

Soraya y yo nos miramos de reojo, esta claro que si se entera de que hemos vuelto a llegar tarde nos despide con los ojos cerrados.

–¡Ah ya!, estábamos abajo, desayunando, es que no nos ha dado tiempo a desayunar en casa — le miente Soraya.

–Ya veo, está bien, ¿tenéis los papeles que tengo que asignar?

–Si señor — cojo las hojas y se las extiendo, pero el no las coge.

–Acompáñame a mi despacho por favor.

Hago lo que me pide y le sigo por detrás con las hojas en manos. Cuando llegamos me hace sentar en uno de los sillones y el se sienta en su silla al otro lado del escritorio, pongo las hojas encima y se las empujo hacia el.

–Por favor, lea también la letra pequeña.

–Esta claro señorita Mayers.

En unos minutos, cuando el jefe está leyendo atentamente, entra una rubia.

–Señor Martín, ya han llegado los mecánicos.

–Esta bien, que esperen.

La rubia me echa una mirada de arriba abajo y se acerca hasta el jefe parándose detrás de el.

–¿Que haces Owen?

¿¡Perdón!? ¿Se acaba de poner detrás del jefe y le ha llamado por su nombre o soy yo? Que yo sepa el jefe esta casado y tiene a un hijo.

–Firmar unos papeles. Por cierto, Raquel, ella es Leticia, mi nueva secretaria.

–¿Su nueva secretaria?

–Si, creo que ya te habrás enterado de lo sucedido con Joel y Tatiana.

–Si señor, pero Tatiana lleva años trabajando con usted.

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora