"¿Y si me acostumbro a pensar siempre en ti?
***
–¿Que tal el co..? — interrumpe Ethan sin terminar la frase al ver la escena entre Edward y yo.
Ambos nos alejamos de inmediato incorporándonos.
–Bien, ya está listo — responde Edward volviendo al coche.
Ethan se acerca y mira con desprecio a su amigo. Yo no pierdo más tiempo y me subo en mi coche despidiéndome de los chicos.
–Espero volver a verte de nuevo por aquí — me dice Ethan al otro lado de la ventana. Miro a Edward y el también me está mirando, creo que el también quiere que vuelva por aquí.
–Tendrás que pedir cita — bromeo y este se ríe, Edward también sonríe y eso me causa ternura.
De camino a casa llamo a Soraya y conecto el móvil al coche para escucharla sin coger el móvil.
–¿Se puede saber donde estas?
–Soraya, lo siento, estaba con los chicos en su casa mientras Edward me estaba arreglando el coche, estoy de camino en casa.
–Esta bien, tu y yo tenemos que hablar.
Al oír eso deduzco que quiere hablar conmigo sobre mi primo, siempre que se enfadan me dice lo mismo y acaba explicándome toda su pelea de principio a fin, pero gritándome. Al llegar a mi calle y aparcar entro en mi edificio. Mientras espero al ascensor reviso mi móvil hasta que Marc se para delante de mí.
–¿Cómo estas vecina? — me sonríe.
–¡Hola! Muy bien, ¿y tu?
–Muy bien.
Marcos es mi vecino desde que vine a vivir a este piso, tiene veintitrés años, vive con su madre, no trabaja y se pasa los días en la calle fumando y bebiendo con sus amigos. Marcos siempre ha intentado tener algo conmigo, pero nunca le he dado la oportunidad por el simple echo de no ser mi tipo. Me gustan los chicos más formales, respetuosos, educados y sobretodo inteligentes y atractivos. Marcos es todo lo contrario.
Cuando me despido de el entro en el ascensor y me miro en el espejo mientras sube, al llegar a la puerta la abro y entro.
–¡Ya estoy en casa! — digo cerrando la puerta.
–¡Raquel! — Soraya se acerca a mi corriendo — ¿como estoy? — lleva un vestido corto negro brillante, el pelo medio recogido y maquillaje oscuro que combina con el vestido.
–¿Dónde vas? — me sorprendo.
–Óscar va a venir a casa, necesito estar sexy para el — da una vuelta — ¿y bien?
–Estas tremenda — le dedico una cara perversa y ella se ríe.
–Raquel, cuando venga Óscar necesito que entres a tu habitación.
–¿Por qué?
–¿Quieres estas de aguanta velas?
–¿Y vosotros no podéis entrar en tu habitación?
–Tengo pensado empezar en el salón y acabar en la habitación.
Gruño y entro en mi habitación. Linda está dormida en mi cama, se ve hermosa durmiendo. Me tumbo a su lado y la acaricio, ¿qué haría yo sin esta preciosidad? Después de ponerme el pijama y sentarme en el escritorio para empezar con el trabajo me llega un gmail.
De: Owen Martín.
Para: Raquel.
Asunto: Exposición.
Nota: ¡Buenas tardes Señorita Raquel!Quería informarle de que el viernes será la exposición del nuevo proyecto en el que habéis estado trabajando, estaremos todos, espero que sea algo nuevo y original.

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No me dejes
Ficção Adolescente"El destino quiso que se cruzaran, no que se quedaran." Raquel trabaja en una gran empresa de coches junto a su compañera de vida, Soraya. Las dos son unas jóvenes muy coquetas, les encanta vivir la vida y ser felices. El mundo de Raquel se viene ab...