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"Ojalá tu."

***

EDWARD LÓPEZ
Cojo mi maleta de dentro del autobús y la dejo en el suelo para subir la manilla y arrastrar la. Por fin he llegado a Málaga. Mientras voy adentrándome en la ciudad poco a poco me llegan esos malos recuerdos junto a Leticia y las veces que la he perseguido por estas calles. Cuando estoy casi por llegar a casa de mi madre me paso por el bar de un amigo.

-Veo que esto sigue estando igual de como lo dejé - digo entrando en el bar captando la atención de mi amigo Julen.

-¡Edward! - se acerca sonriendo con los brazos abiertos para darme un abrazo - ¡cuanto tiempo amigo mío! - me da palmadas en la espalda.

-¡Que solo han sido un par de meses exagerado! - me río.

-Se te echaba de menos cabeza piedra.

Cabeza piedra, así me llamaba él desde que nos conocimos a los dieciséis años, según el soy muy cabeza dura.

-Yo no os echaba de menos - bromeo examinando el bar de Julen - ¿cuando piensas hacerle una reforma a este sitio amigo?

-No tengo tiempo para reformas, necesito ahorrar mucho dinero.

-¿Y esas prisas?

-¿No lo sabes?

-¿Que tengo que saber?

-Edward amigo mío, me voy a casar.

-¡¿Que dices?! ¿Hablas en serio?

-Si tío, hablo enserio.

-¿Y quien es la desgraciada? - bromeo.

-¿Desgraciada? Dirás afortunada, pivones como yo ya no quedan chaval - nos reímos - se llama Florencia, es una universitaria.

-Vaya vaya, ¿y es guapa?

-Pues claro que es guapa bobo, encima es súper inteligente.

-Joder, mira que bien.

-Ya ves, ¿y tú? ¿Has encontrado alguna madrileña guapa por allí o que?

Entonces aparece Raquel en mi mente, joder, parece que este viviendo en mi cabeza.

-No, ninguna madrileña guapa.

-¿Y has vuelto a saber algo de Leticia? Ella ya no está en Málaga.

Julen también sabe mi historia con Leticia, sabe lo de mi trastorno y todo de mi.

-Si.

-¿Sí?

-Ha estado trabajado en la misma empresa que yo.

-¿Hablas en serio?

-Si, en fin, ya te contaré toda la movida, ahora mismo estoy muerto, solo quiero llegar a casa, ducharme y dormir.

-Vale tío, descansa y mandale saludos de mi parte a tus padres.

-Vale.

Cuando llego a la puerta de casa me quedo parado mirándola de arriba abajo, la verdad es que es una pena que no esté Raquel a mi lado. Me imaginaba una vuelta a mi casa con Raquel a mi lado cogida de mi mano dispuesta a conocer a mi familia, pero joder, todo ha tenido que acabar mal.

Toco el timbre de casa y puedo escuchar a mi madre gritar desde el interior de la casa un "vooy", cuando ella abre la puerta y su mirada se choca con la mía de inmediato me abraza.

-¡Mi niño te echaba de menos!

-Yo también mamá.

-Entra cariño.

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora