✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ ｎｃｔ•

✞𝖂𝖍𝖊𝖓✞

𝕳acía mucho tiempo que nadie visitaba a Siwon. Quizá porque desde hace tiempo es su secretaria Irene era la que hace la mayoría de las cosas. La postularía para próxima ministro, sería una grande.

Se sorprendió cuando justo el día de descanso de la chica, un par de chicos, un defensor y un artesano, se pararon junto a su oficina.

—Ministro...soy Huang Renjun ¿Me recuerda? Nakamoto Yuta es mi mentor.

De inmediato lo reconoció, aunque lo había conocido cuando recién llegaba, era más pequeño y menudo. No había cambiado demasiado, seguía siendo pequeño y menudo.

—Renjun ¿Qué haces aquí?—preguntó el ministro— y tú...¿Quién eres?

La pregunta iba dirigida hacia el defensor. No lo recordaba de ningún lado, pero la expresión del chico parecía molesta.

—Wong Yukhei.
—Ah claro, eres el muchacho de los Wong. Vamos a entrar, me intriga saber que los trae por aquí.

El hijo de los Wong y el protegido de Taeil juntos. Debía ser importante.
Se adentraron a su oficina y el apenas Siwon puso el culo en el escritorio, Renjun le dió un libro delgado y recién empastado.

—Que bonito...
—Ministro, por favor, le pido que lo lea. Dentro tiene una antigua leyenda india...quizá sean cosas mías, pero eran muy relacionadas con lo que está ocurriendo.

Siwon observó el libro de nuevo. Tenía el lomo blanco y las portadas azul turquesa. Las costillas eran doradas como las letras y sus cantos. Era un libro muy bonito, siendo un intelectual tenía conocimiento sobre ellos, pero nada que presumir.

—La leyenda del Yakshasa...
—Yo debo irme...salí sin permiso, no se lo diga a nadie, por favor...

Siwon entonces lo miró sin decir nada un momento, Renjun tenía miedo. Probablemente Taeil ya sabía que no estaba, pues habían tardado casi dos horas en llegar.

—¿De qué hablas, estuviste aquí?

Renjun al fin sintió su alma volver a su cuerpo, y con un largo suspiro negó con la cabeza, y salió del edificio del brazo de Yukhei.

—Ven conmigo Jun, te llevaré a mi casa en la aldea del agua. No creo que Jeno y Jaemin te reciban con los brazos abiertos, y Taeil no va a dejar que estés solo en tu hogar.

Renjun asintió y se subió al caballo del defensor, antes de que Yukhei se subiera con él, alguien lo llamo.

—Hey, Johnny ¿Qué haces por aquí?

Renjun vio que otro defensor le sonreía con melancolía. Se veía triste y demacrado, pero no quitaba lo apuesto que realmente era.

—Lucas ¿A dónde llevas a ese niño?

Renjun rodó los ojos. ¡Ya tenía veinte años, no era un niño!

—Es un amigo. Lo llevaré a su casa.
—Si claro, y yo nací ayer.

Yukhei se veía nervioso, mientras que el tal Johnny estaba tan tranquilo, aunque no apartaba esa expresión sonriente.

—¿Pasa algo John?
—Nada importante, solo Taeil está buscando a un tal Renjun como loco y dijo que tú ibas con él. Me parece una simple coincidencia que lleves a un desconocido a caballo.

Yukhei soltó una risa forzada, y sin darle tiempo a pensar golpeó a Johnny en la cara y subiéndose a su caballo cabalgó hacia la salida con Renjun.

—¿Qué demonios Xuxi?
—No lo sé, entre en pánico.

Genial. Habían golpeado a un defensor y habían huido. Como si Renjun no pudiese tener más problemas. Cabalgaron hasta llegar a la puerta que llevaba a la aldea del agua, Renjun nunca había estado ahí, pero sabía de antemano que sería lujosa, quizá más que la capital. Al parecer Johnny no los había seguido y cuando cruzaron la puerta no hubo problema.