✞𝕻𝖗𝖊𝖘𝖘𝖚𝖗𝖊✞

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Jeno alcanzó a Renjun cuando este apenas se había internado al bosque.

—Jeno...— se sorprendió el castaño al verle.

—No te puedes seguir escapando, recuerda que estamos juntos en esto.

Por primera vez el pelinegro no tenía una expresión severa, si no más bien comprensiva. Al parecer su reencuentro con Mark lo había aliviado un poco.

Renjun le sonrió radiante, causando a Jeno una confusión momentánea por su belleza. Renjun brillaba por si mismo, no tan radiante como Jaemin pero había algo diferente en él que lo hacía único. No necesitaba ser el sol para ser tan deslumbrante. Era un chico sencillo y precioso, lo que le daba un aspecto atrayente.

—Gracias por estar conmigo— se sincero el chico— no se que haría sin ustedes.

Después de eso siguió caminando recto en busca de sus amigos. El bosque no parecía ser tan grande asi que explorarlo no sería difícil.

Huang llevaba el corazón latiendo rápidamente, con un nudo en la garganta. No podía creer que después de tanto tiempo, volvería a ver a sus mentores. A aquellos que le enseñaron coreano y le abrazaron durante las noches cuando recién había llegado. Sentía esa sensación de necesidad a flor de piel, donde lo único que quería era volver a tenerlos.

Caminaron un poco y sin darse cuenta pasaron a un lado de un largo arbusto. La imagen de dos chicos acostados en el espeso pasto de la mano les hizo parar en seco. Estos al escuchar un ruido extraño se levantaron inmediatamente, dejando a relucir sus identidades.

Yuta y Taeyong lucían confundidos. El japonés había sacado una daga y apuntaba a los intrusos solo por mero instinto. Jeno había actuado de la misma manera, poniendo a Renjun detrás de él y quedándose en frente por cualquier situación. Sin embargo, el pequeño chino aún lograba sobresalir de la imponente figura del azabache.

—¡Hyungs!— gritó el terrano apartandose de su escondite y corriendo hacía los mayores. En cuanto lo reconocieron, ambos quitaron su posición defensiva y recibiendolo con los brazos abiertos.

Era una escena adorable. Comenzaron a llorar mucho antes de cualquier explicación. Las palabras sobraban cuando se habían extrañado tanto. Jeno se sintió fuera de lugar, quedando como un mal tercio.

Quiso entonces dejarlos solos pero a penas se iba a disculpar, Renjun se apartó de los chicos para tomarle de la mano, evitando que se fuera.

¿Por qué lo había hecho?

No estaba seguro. En algún punto creyó relevante presentar a Jeno como su amigo frente a la que básicamente era su familia, incluso sabiendo que estaban lejos de ser amigos por el odio que el menor le tenía. Sin embargo esa necesidad de que no lo dejara solo, fue un acto reflejo de su cuerpo.

Con aquello Jeno no se fue, pero tampoco se unió al momento, si no que se recargó en un árbol mientras observaba el conmovedor reencuentro. Él no odiaba a Renjun ni mucho menos. Simplemente que detestaba ser tan débil ante aquella carita suplicante. Cuando tiró el trabajo de Jaemin mientras cabalgaba se enfureció tanto que pensó que ni eso era suficiente para perdonar a Jun, pero cuando vió que el mayor se dedicó a darles un libro hecho por él mismo se sorprendió de que en realidad estaba arrepentimiento, y no se había olvidado de Jae, si no que realmente busco compensarlo.

El trío siguió hablando un poco sobre cosas que Jeno no entendía y un poco sobre cómo habían llegado ahí, tan solo unos minutos cuando Taeyong cayó en la presencia del chico, y lo miró con ojos amables. Muy diferente al ceño fruncido de Yuta.

—¿Quién es tu amigo, Junnie?— preguntó el coreano.

Renjun se separó de ellos para ponerse a lado de Jeno y hacer a este dar un paso al frente.

✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ nct• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora