✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ ｎｃｔ•

✞𝕸𝖔𝖙𝖍𝖊𝖗✞

-¿Madre?- preguntó Chenle asustado.

La mujer que lo había traído al mundo, que lo había educado y que le había dado todo de si, estaba increíblemente asustada. Corría de un lado al otro empacando cosas y guardando todo en una pequeña pero fina maleta.

-Lele, por favor, apresúrate, tenemos que irnos.

El menos asintió aliviado, al menos no dejaba de tratarlo como su pequeño bebé. Estaban atareados, debían salir lo más pronto posible de Jeong y adentrarse en la ciudad vecina. Así que lo más rápido que pudo, se vistió y tomó su propia maleta que no había siquiera logrado desempacar de su último viaje, la diferencia era que esta vez, ya había gente buscándolos por la pequeña pero increíblemente poderosa y rica ciudad.

-¿Listo?- preguntó su mamá y él asintió - entonces vámonos.

Salieron de aquella posada, pagaron la habitación y un carruaje ya los esperaba con antelación. Dentro, Tao lo recibió.

-Principe- dijo el chico haciendo una reverencia- suba.

Al adolescente algo le removió los pensamientos. Miró hacia atrás, dónde su mamá le daba la maleta a su confiado chófer. YanAn tomó el objeto y lo subió aparte.

-¿Por qué no subes madre?- preguntó a la mujer.

Ella contenía las lágrimas, Chenle lo sabía.

-No puedo ir mi amor, debo quedarme a distraerlos mientras tú sales.

Le quiso negar aquello. Quiso implorar por que la mujer lo acompañara, pero era imposible. Él era alguien muy importante, y lo habían educado de tal forma que lo primero, fuese su supervivencia. Así que asintió, abrazó por última vez a la mujer y subió al carruaje.

-Irá a la aldea del fuego, de Seon. Mi primo vive ahí, pero él no podrá ayudarnos ahora, así que entraremos como ciudadanos nacionales en busca de nuevas oportunidades. La ciudad ahora está algo desequilibrada pero es la única cercana que no tiene acuerdos con Shanghai. Estará a salvo.- aseguró Taozi.

Chenle dudaba mucho que algún día pudiera estar a salvo. Pero decidió no pensar más en ello, y tratar de dormir un poco antes de llegar a su próximo destino.

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-¿Quién es usted?- preguntó Taeyong asustado.

Un hombre de edad avanzada, los miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Considerando que LuHan era un joven guapo y bien formado, les sorprendió ver a aquel anciano con túnica recibirlos. ¿Acaso ese era el Kai del que Han les había hablado?

-¿Eres el guardián del portal?- preguntó Jungwoo con ilusión, la cual fue rota cuando el hombre negó- entonces ¿Quién es usted?
-Me llamo Fu. Y soy el buda nómada del Tibet. Todos aquí somos de la misma dimensión ¿No es genial?

Les sonrió con sus pocos dientes y todos se miraron entre sí, confundidos.

-¿A usted también se lo tragó un portal?- Mark habló inseguro, algo alertado por aquel hombre de pinta fraudulenta.
-Asi es- contestó- estaba en un viaje, a punto de entrar a la ciudad de Luoyang, cuando la puerta me trajo a esta dimensión. Cuando llegué, el guardián del portal estaba haciendo maletas para hablar con otro de los guardianes. Regresará cuando termine sus asuntos.
-¿Le dijo cuánto tardaría?- esta vez habló Yuta.
-Unos quinientos años.