✞𝕳𝖔𝖜✞

368 69 8
                                    

𝕹o había rastro alguno de Lucas desde hacía horas. Renjun se estaba preocupando de que los defensores lo hubiesen atrapado. No sabía con exactitud tampoco sobre que pensaba hacer su amigo. Pero no se quiso preocupar. Miró un rato la casa. Se sirvió algo de lo que parecía ser estofado de ternera y se sentó en el enorme comedor de la cocina.

El libro que le había dado al ministro Siwon, tenía todo sobre la leyenda del rakshasa. Todo coincidía con los hechos que habían ocurrido en la ciudad.

Apenas logro meter la cuchara en el plato, y un sonido proveniente de la entrada lo sacó de lugar. Alertado, se levantó y de dirigió hacia la puerta principal. Puso el ojo en la mirilla, sorprendiendose de encontrar al mismo hombre, que momentos antes Lucas había golpeado, con un pañuelo cubierto de sangre deteniendo la hemorragia de su nariz.

Renjun se alertó, separandose de la puerta, supo que la casa de Lucas tampoco era segura. Sus piernas temblaban, nunca había hecho algo tan arriesgado en su vida, nunca se había metido en tantos problemas. Tomando sus cosas, subió al piso de arriba. Johnny parecía estar solo, pero no dudaba que si no abría, llamaría a la brigada de seguridad del agua para sacarlo de ahí a rastas.

Desesperado de seguir escuchando los toques en la puerta, y los llamados que John hacía. Parecía convencido de que Yukhei le abriría, así que tenía tiempo en lo que se cansaba de llamar. Miró a su al rededor, el unico escape que tenía, era de nuevo huir por la ventana, pero consecuentemente caer al río. Fue al closet de Lucas, pero la ropa era demasiado grande, así que cuando vio una gran capa azul celeste, la tomó sin pensarlo. Tenía miedo de que hubiese criaturas que vigilaran el agua, algo que le pudiera hacer daño, pero apartó aquellos pensamientos y tomando su bolso, abrió la parte inferior del ventanal, y se lanzó al agua sin pensarlo dos veces.

El río estaba tranquilo, así que no le costó trabajo nadar hasta la primera orilla que vio, sin embargo, había otro grupo de defensores. Si quería salir de ahí, debía hacerlo por agua.

Suspiró, de verdad que no era muy fan de nadar, aprendió por obligación e insistencia de Yuta, pero él siendo un Terrano, adoraba sentir el piso bajo sus pies, el cosquilleo del pasto, en ese momento tenía la ropa mojada y la mitad de sus cosas estropeadas. Sacó entonces lo que ya no le servía, como su varita trueno que se había dañado con el agua. Rápidamente, sacó entonces algo que si le serviría. Era un cangrejo de fuego. Había comprado uno en su estadía con Jaemin y Jeno, y sería perfecto para darle tiempo de escapar entre las calles y buscar alguna ruta donde huir en el agua.

Tomó el animal, a pesar de su nombre, parecía más una tortuga cubierta de joyas en el caparazón, sin embargo, cuando estaba en amenaza, desprendía fuego.

Así que lo hizo, metió el dedo dentro del caparazón para molestar al animal, y segundos después, lo lanzó en dirección a los guardias. Las llamas alertaron a los defensores, quienes huyeron despavoridos a ocultarse mientras el humo los cegaba. La poca gente que transitaba en las pequeñas calles a las orillas, se tiraron con él al agua, haciendo más fácil que pudiera mezclarse con ellos.

La gente gritaba hasta que el fuego bajó, Renjun se mezcló entre la gente. Se cubrió bien entre su capa rodada y esperó a que los defensores les ayudaran a salir del agua. Nadie reparó en que fuera un intruso, no parecía distinto con la capa de la aldea. Se exprimió un poco la ropa y agradeciendo, camino en dirección a la salida de la aldea.

No estaba muy seguro de a dónde ir, pero se sorprendió que la gente a penas le presta atención puesto que estaba mojado, al ver la ausencia de miedo al tirarse al agua de la gente, y su indiferencia con él caminando empapado, supuso que los habitantes de esa aldea confiaban su vida al agua cuando estaban en alguna situación de peligro, y que ver personas mojadas no era cosa del otro mundo.

Siguió su camino con cuidado de no ser visto, incluso se atrevió a gastar lo poco que le quedaba de dinero, rentando un viaje a un lanchero que se ofreció a llevarlo en su bote hasta la salida de la cuidad. No estaba muy seguro, pero incluso si debía cruzar y aparecer en otra dimensión, lo haría porque así quizá, no sería tan buscado. Taeil parecía más obstinado en buscarlo a él que en buscar a sus amigos, así que no le molestaría caer en la dimensión donde ellos estaban, si eso significaba verlos otra vez.







♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪
𝕳𝖔𝖜
♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪







—Este lugar es increíble— Chen miraba la increíble ciudad de Bangkok.

Habían llegado sanos y salvos a Tailandia, el portal los había llevado directamente al país, desalojando en Surin, y después de ser tratados, otro portal los llevó hasta la ciudad natal de Chittaphon por la urgencia que tenian.

El país de por sí era increíble, pero Bangkok era excepcional. La gran influencia de la religión induista se presentaba en las increíbles estatuas de piedra. Era como estar en las montañas del aire en Seon, pero mucho más impresionantes. Con templos llenos de color y ostentosos a más no poder.

En Tailandia, era bien conocido que no había distinción de aldeas, así como en varios países, en aquel lugar solo había un solo elemento que predominaba en todas las ciudades, y ese era el aire.

Los gurú de ahí, entrenaban el alma y toda la energía y chakras de su cuerpo. Eran sanadores de espíritu, y los únicos hechiceros se entrenaban para abrir portales y hacer los encantamientos de cierre en las fronteras. Al igual que en Seon, la educación de los niños era únicamente de los monjes.

—Hay que apresurarnos a llegar al palacio del Buda. — pidió Ten al hechicero. Si querían llegar al palacio, debían subir unas escaleras infinitas que para Chen, parecían nunca acabar.
—¿Vamos a conocer a Buda? Creí que ya pues...ya sabes, está muerto.
—Quizá hablas de Siddhartha Gautama, el fundador del budismo. Pero en realidad, Buda es el término de iluminado, alguien que ha logrado a un estado completo y pleno de estabilidad mental. En total hay tres actualmente, uno aquí en Tailandia, otro en la India y el último es originario del Tibet, pero se desconoce su paradero pues está viajando por el mundo para predicar su palabra. Dicen que ha alcanzado la iluminación más allá de lo posible, y que habla más de cien lenguas incluyendo las extintas.

Jongdae estaba impresionado por escuchar la historia. Toda su brigada se había quedado en reposo en una posada, ellos dos serían los únicos en dar la cara por Seon.

Era la segunda ciudad más grande del mundo y una de las más importantes, por lo que él mismo buda en persona los recibiría para brindarles su incondicional apoyo. Unas cien escaleras arriba, Dae ya no daba para más, sin embargo, al fin estaban frente la puerta del templo sagrado. Una escultura de Ganesha, el Dios de la sabiduría indú, con cabeza de elefante, les daba la bienvenida al templo sagrado de Bangkok.
┊ ┊ ┊ ┊ ┊ ˚✩ ⋆。˚ ✩ ° ┊ ˚ ✩. ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ┊ .✫ ° ┊ ⊹ ┊ ┊
┊ ✫. ┊ ° ┊ .✫ ┊
┊ ⊹ °┊ ⋆ ┊. ˚ ˚✩

˚✩






;RACHELRED✞

✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ nct• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora