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𝖄uta parecía ser el más contento mientras más se acercaban al cielo. Sin embargo, aún con todo ese positivismo del hombre de las montañas, Taeyong pudo notar que Jungwoo estaba más disperso que de costumbre. Miraba al piso y soltaba suspiros. En varias ocasiones resbaló entre la empinada colina mientas subían en dirección a aquel famoso Kai.

-¿Estás bien Jungwoo-ssi?

Aquella pregunta tomo desprevenido al chico, quién resbaló con una roca. Yuta actuó rápido y lo tomó del brazo antes de que impactara contra el filo del suelo. Lo estrechó entre sus brazos, pero el menor no parecía ni darse cuenta que estaba recargado en el pecho de Yuta, se veía tan distraído.

-¿Qué ocurre?-preguntó preocupado el de origen japonés.
-Es sobre Minseok- habló el menor con aire disperso.

Mark y Tae se acercaron a la escena, igualmente preocupados.

-Es triste lo que pasó con LuHan, pero no es nuestra culpa- dijo Mark, pero Woo negó con la cabeza.
-Es que...su nombre me parece tan familiar, no sé porque. Pero cuando trato de recordar, algo en mi mente se obstruye. No me permite ver más allá.

Ambos habitantes de la tierra se miraron con curiosidad. ¿Una obstrucción? Acaso... ¿Era posible eso?

-¿Te obstruye?- preguntó Mark y el nombrado asintió.
-¿Desde qué edad tienes recuerdos?- preguntó Taeyong.
-Hablando de eso...no recuerdo mucho de antes de los quince. Solo tengo vagos recuerdos de mi vida con Doyoung, pero sinceramente, no recuerdo haber convivido con mis padres. Mi hermano dice que es porque soy muy distraído y olvidadizo.

Yuta y Taeyong lo supieron entonces. Los recuerdos de Jungwoo habían sido alterados, y probablemente ese tal Minseok tenía algo que ver. Aunque lo más probable es que estuviera muerto. Nunca se confirmó a quien pertenecían los restos encontrados fuera de la ciudad, pero se suponía que era de ellos.

-Continuemos- hablo Kim, levantándose y alejándose del japonés- no podemos perder más tiempo por mi culpa, me haría sentir peor. Aún debemos llegar a la cima de la montaña y al fin salir de aquí.

Los demás no parecían muy convencidos, pero el chico no quería hablar, así que no lo obligaría tampoco. Solo esperaban que estuviera bien.

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La cara de Donghyuck era un enigma. Estaba entre contento por ver a su amigo, y entre molesto por las circunstancias.

-¿Qué haces aquí tonto?- preguntó bastante confundido.
-Es una larga historia- habló el chico, sentándose en el sofá de la oficina de Ten. Parecía agotado de estar huyendo durante todo un día de los defensores- ¿Hay algo de comer? De verdad que tengo hambre.

YangYang le ofreció arroz y plátano. Dado a qué el templo aire no se consumía nada de origen animal. Renjun se arrepintió de no haberle dado ni un bocado a su estofado de ternera que Lucas le había dejado.

Después de comer y de hidratarse, fue cuando todos los presentes le exigieron una explicación. Les contó su historia con Lucas, a lo que Sicheng pareció dejar de desconfiar y pido seguir con su relato.

-Luego de cruzar la frontera sin permiso, Taeil me prohibió salir de casa de Jaemin y Jeno. Yo estaba bastante enojado, así que me puse a leer un libro que compré mi primer día ahí, pero lo que leí fue algo mucho peor...era un libro de leyendas de la india, la leyenda del Yakshasa.- les dió un leve resumen del libro, y la cara de estupefacción de los presentes lo alentaron a continuar con algo menos fuerte- me escapé con ayuda de Yukhei a la capital, ahí le entregué el libro al primer ministro Siwon. Él fué el mentor de Yuta, mi propio mentor, y confío plenamente en él. Cuando salimos, Lu me llevó a su casa mientras él buscaba una solución. Con en simple hecho de que no lo vieran conmigo ya es ganancia, pero sigo preocupado por él.
-Pero eso no explica porqué tienes el documento de la familia real del agua.

Huang rascó su nuca algo avergonzado y apartó la mirada.

-E-en realidad, cuando estaba en casa de Lucas, llegó Johnny, otro defensor. Cuando estábamos huyendo, nos detuvo, así que Lu lo golpeó. Lo ví en la entrada de la casa, corrí a buscar algo que ponerme para salir. Encontré una capa azul y me la puse, salí por la ventana, caí en el agua y burlé a los guardias. Cuando llegué a la frontera de la tierra, sentí que algo no se había mojado en la capa robada. Era un bolso secreto e impermeable, dentro tenía el pergamino. Supuse que si estaba en un lugar a prueba de agua, debía ser importante. Se lo mostré al guardián de la entrada y me dejó pasar.- Jun suspiró- pasé a mi antiguo hogar para cambiarme la ropa mojada y tomar más cosas que perdí cuando me lancé al agua. Mi única opción para pasar la noche era Donghyuck, así que vine para acá.
-Fue una gran idea-dijo Hendery- creo que vamos a cambiar nuestro plan, y tú nos servirás mucho Renjun.

El chico asintió, después de escuchar la información que aquel grupo había revisado, sugirió el mismo dibujar el retrato hablado para Hendery y Sicheng, de la chica del fuego que era la traidora. Ahora que sabían que era algo delicado, era preferible mantenerlo en secreto, podía haber traidores en la ciudad, así que solo comunicarían los avances con gente de confianza.

Los que habían visto a la sospechosa del fuego, la describieron al pequeño chino. Después de un rato, un muy bien hecho retrato de la mujer estaba listo. Quedaron en que Kun, haría su guardia normal en la aldea del fuego, con la excepción de que se llevaría el retrato para preguntar a toda la aldea por ella. Sería mejor que no vieran a un grupo grande haciendo esas preguntas, además de que al ser un defensor, era mucho menos sospechoso y menos probable que los vincularan a todos. Mientras ellos mantendrían oculto a Renjun incluso de Taeil.

Era muy importante que no saliera la información a alguien más que ellos, en lo que encontraban más datos. Por ello, también, Ren propuso tener palabras clave, para que no sufrieran algún robo de cuerpo y pudieran delatarse.

Cada quien tenía una contraseña cambiante, que se relacionaba entre si.

Las palabras de Haechan por ejemplo, eran las estaciones del año, comenzando por invierno, primavera, verano y otoño.
Las palabras de Renjun eran la santísima Trinidad: Padre, hijo y espíritu Santo. Las de Hendery, la trimurti: Brahm, Vishnu y Shiva.

Entre otros. La idea de que cambiara, era para que si alguien la escuchaba, no la pudiera repetir.

-Me parece que todo está bien planeado. Recuerden que nada de esto debe salir de aquí ¿Entendido?

Todos asintieron.

Haechan y YangYang fueron a dormir. Sicheng y Xiaojun discutían sobre las heridas que había tenido Hendery, mientras esté junto con Kun y Renjun revisaban exhaustivamente los expedientes de la misión de Tailandia. El chico de la tierra impresionó a los mayores al ser increíblemente hábil para percibir incongruencias. Descubrió que al menos había dos involucrados más, y sugirió que en vez de buscarlos, Hendery podía mandar a revisión de rutina los papeles al juzgado de la aldea del fuego. Si no reportaban anomalías, significaba que había alguien inmiscuido en la cámara de justicia. Y en caso de ser detectadas, se mandarían a investigar estás personas, y se pediría que se arrestaran para investigación en Tailandia.

No lo sabían entonces, pero en el instante en que Renjun entró al juego, la guerra había comenzado.
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