✞𝕷𝖎𝖌𝖍𝖙✞

311 68 9
                                    

𝕷a aldea del fuego estaba extrañamente tranquila. La gente paseaba por los alrededores y nada parecía perturbar su paz.

Kun montaba a su caballo mientras llegaba al mercado de pulgas dónde Sicheng había perdido su brazalete.

Estaba siguiendo el plan, a la mañana siguiente de su investigación, se dirigió a la aldea del fuego a hacer su guardia, Sicheng se quedó en el templo del aire junto con Renjun, a quien Haechan había escondido en una escotilla secreta que él mismo había creado para guardar sabía Dios qué.

Se acercó a un hombre en el mercado que vendía especias en un pequeño puesto. Bajó de su caballo y se acercó con una sonrisa.

—Buenos días—saludo amable el hombre— ¿Buscaba algo para la comida de hoy?
—En realidad, busco a alguien.

Le mostró el retrato hablado que Renjun había dibujado. Era el único que habían hecho y el único que pensaban hacer pues no pensaban tener pruebas de nada que fueran físicas. No iban a meter más gente y no confiarían en nadie más que en ellos. Esas eran las reglas.

—Parece que la loca Je logró que la policía le hiciera caso— el mercader hizo una mueca cuando vio el rostro en el papel, Kun sintió un pinchazo en su costado, al parecer había encontrado algo.
—¿La loca Je?
—Si, la mujer que vive a las orillas de la aldea. ¿Acaso no es ella quien los mandó?

Kun se encogió de hombros, tratando de lucir lo más casual posible.

—No tengo detalles, solo me pidieron que buscara información de esta chica. Al parecer estuvo aquí hace un tiempo.— el hombre parecía molesto por algo, y la curiosidad del defensor se intensificó.
—Es lo que dijo hace unos meses. Pero al parecer nadie más que ella la vio.
—¿Más que la loca Je?
—Exacto— el sujeto dejo de contar monedas de una caja, y su vista se clavó directamente en el chino— La loca Je es una chica joven en realidad, tendrá unos veinti algo. Hace unos años, su hermana desapareció de la faz de la tierra. Nadie la vio salir, fue como si se hubiera disuelto.

La gente pasaba sin percibir lo que ocurría. Nadie hubiese podido saber la importancia de lo que parecía ser una plática cualquiera, pero Kun no estaba muy seguro. Se acercó al hombre y viendo en todas direcciones, le pidió todo lo que sabía. Lo tendría que recordar y poner atención, toda la información permanecería en su mente.

—La loca Je pasó años buscando a su hermana, las autoridades la dieron por muerta, pero hace unos meses, dijo que la vió, pero que huyó de ella. Nos ha acusado de esconderla, pero no es más que su delirio. No la hemos visto desde entonces, quizá se mató.

La ligereza con la que lo dijo, le pareció cruel. Aún así, no dijo nada más sobre aquello, le agradeció y le preguntó dónde podría encontrar a aquella mujer.

—Esta a las afueras, cerca de la entrada sur. Vas a reconocer el lugar, antes era un restaurante, se llamaba el dragón azul, ya verás porque.






♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪
𝕷𝖎𝖌𝖍𝖙
♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪*•.¸¸.•*¨¨*•.♪ღ♪








—Buda, agradezco profundamente, pero me cuesta creer lo que dices— comentó Ten.
—Es lo que he visto— el buda, cuyo nombre era Santusht, le obsequió una sonrisa, que extrañamente lo llenó de calma— no me malinterpretes. Yo creo en la iluminación propia, y que cada quien debe seguir su camino a mano propia, pero en ti veo la luz, Nikaaldiya*, ese será tu nombre de profeta, como el próximo buda.

Después de una amena charla en el templo, Santusht le había pedido que lo fuera a ver sólo, al día siguiente. Cumpliendo con las indicaciones, aquel hombre se arrodilló ante él, y con las más poéticas palabras, le dijo que para salvar a sus amigos, debía convertirse en un buda, pues era la nueva reencarnación de Vishnu, el dios preservador, y él lo había visto con solo atrapar sus ojos.

✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ nct• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora