𝖄uta era el que más animos estaba aportando al grupo. Había comenzado a ser el que buscaba en el cielo algún indicio de estrellas que los pusieran guiar, sin embargo en las noches, estás parecían ignorar sus esfuerzos por volver a casa y el cielo se nublaba, impidendo que pudieran observarlas.
—Quizá hoy el cielo este menos nublado, creo que ayer pude ver a Orión—dijo Yuta mientras caminaban sin rumbo.
Ya llevaban dos semanas perdidos, no caminaban dependiendo de la comida, habían decidido irse a lo largo de un gran río que ninguno sabía dónde llevaba, pero era su fuente de agua, además de que podían pescar y bañarse sin problema. No había muchos animales, aunque Yuta había visto unas sirenas muy en el fondo de este.
—No mientas Yuta, llevamos dos semanas caminando en busca de algo y el cielo se nubla. No hay forma de ver estrellas.
Mark habló mientras le daba la última manzana a Ban, su pequeño burro al que trataban muy bien, lo cuidaban y le daban de comer lo mejor que podían, el animal los ayudaba a cargar las pocas especias que iban recolectando. Si lograban volver a casa, llegarían con muchísimas plantas nuevas que no había cerca de Seon. Yuta simplemente suspiró ante la falta de espíritu y esperanza en su grupo y dejó de hablar. Toda la gente en la ciudad debían pensar que estaban muertos, no parecían realmente animados, probablemente pasarían el resto de sus vidas fuera de casa, y probablemente sus vidas no durarían mucho.
Se detuvieron cuando la noche cayó, Jungwoo se veía nervioso pues tenía constantes pesadillas que no lo dejaban dormir, así que buscaron un lugar algo oculto, algo que no pareciera una cueva de lobos o algo por el estilo, entraron a una pequeña cueva que no tenía indicios de habitad, no había serpientes o animales, así que hicieron la fogata afuera y comieron su pescado dentro del lugar, estaba cálido así que apagaron la fogata para que ningún animal los molestara y pudieran dormir a gusto.
—Yo haré guardia—dijo Jungwoo nervioso, abrazándose a si mismo con temor—no se preocupen, los despierto si algo pasa.
—llevas dos días seguidos haciendo guardia Jungwoo, necesitas dormir— Taeyong sonaba preocupado, pero Kim negó decidido.Yuta se acercó a él, quitándose algo del cuello y extendiéndose lo al aldeano del agua. Jungwoo lo sostuvo con cuidado, viendo una cruz dorada, al abrirlo, un trébol de cuatro hojas y una imagen de San Patricio iluminaron sus ojos.
—A veces los duendes les lanzan hechizos a los viajeros para que tengan pesadillas, así que puedes tomar a mi San Patricio si quieres, él mantendrá a los duendes alejados de tu cabeza.
Jungwoo lo miró agradecido y se acostó a un lado de Mark, este este permitió que recargara su cabeza en sus piernas mientras le acariciaba el cabello. Dos semanas habían bastado para que los cuatro se hicieran cercanos. Estaban juntos en el mismo barco, lo único que podían hacer era agrandarse y tratar de hacer cómodo el ambiente.
Antes de dormir, como cada noche, Mark rezó un padre nuestro, un ave María y se persinó tres veces antes de caer rendido ante el sueño. Mark aún se aferraba a Dios, era lo único que les quedaba a todos por lo que habían comenzado a imitarlo, esperando misericordia del cielo, algo que les brindara la mínima esperanza de volver.
—Te vez pensativo ¿Sigues buscando a Orión?—preguntó Taeyong a Yuta, el japonés hacia salido de su cueva para mirar el cielo como todas las noches, y de nuevo, estaba nublado.
—Cualquier estrella estaría bien. Vamos ¡Salgan a trabajar inútiles!—Taeyong lo codeó sin poder parar de reír.
—Baja la voz, están dormidos los chicos.Ambos compartieron risas, como si estuviesen viendo el cielo desde su hogar.
—Yukkuri-ah, extraño mucho a Jun.
—Yo también, nuestro niño ahora debe estar ligando lindas doncellas en nuestra ausencia.
—¿De qué hablas? Seguramente lo están conquistando a él.
—¿Qué insinuas?
—Es obvio, a Renjun le gustan los niños, lo descubrí cuando miraba al vecino.
—Bueno, es que todo el mundo se enamora de JongIn cuando lo ven, no es culpa del muchacho.
—Tienes razón.
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✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ nct•
FantasíaSeon Village 𝕰n un mundo donde la fantasía es realidad, donde todas las criaturas pueden existir, los humanos simplemente somos los niños consentidos de Dios, y las demás criaturas, producto de su inequidad. 𝖀n día, varios habitantes de la ciudad...