✞𝕾𝖊𝖔𝖓𝖁𝖎𝖑𝖑𝖆𝖌𝖊✞ ｎｃｔ•

✞𝕲𝖔𝖔𝖉𝖇𝖞𝖊✞

Mientras Renjun se acercaba más a la puerta, vió como el cielo se movía junto a él, no sabía cuánto tiempo le quedaba para llegar a la puerta, pero no era mucho, y tampoco tenía mucho tiempo para que el portal que aquel ser le había ofrecido se cerrara.

Esta era su última oportunidad de encontrar a Yuta y a Taeyong. No podía fallar, lo único que le quedaba era aceptar el abandonar su hogar y aventurarse solo a un lugar que no conocía. Debía estar loco si pensó en que podría hacerlo, pero tampoco eso tenía mucho sentido.

Fue entonces que un par de kilómetros tras él, a gran velocidad se hayaban cuatro personas cabalgando en su dirección, buscando justamente al chino.

Yukhei, Johnny, Doyoung y Jaehyun lo alcanzarían en cualquier momento pues ellos llevaban la ventaja del caballo, sin embargo a medio camino, dos jinetes se les unieron a la misma velocidad.

—¡Jaemin, Jeno ¿Qué hacen aquí?!— gritó Jaehyun a los recién llegados— ¡no tienen permitido estar aquí!.

No dejaban de avanzar y les era complicado hablar, pero tampoco podían parar, había riesgo de perder a Renjun por completo.

—¡Tengo que hablar con Renjun!— gritó Jaemin— ¡Tiene que saber que lo perdono, que puede volver sin problema!

Ambos líderes se miraron. Jaehyun se veía preocupado pues aquellos chicos no sólo eran cercanos a Mark, si no que el también les apreciaba, así que lo único que dijo con aquella mirada a Doyoung fue básicamente pedirle permiso de dejar a los menores acompañarles. Kim rodó los ojos, aceptando indirectamente aquello.

—¡Solo no estorben!— les gritó.

Así siguieron rápidamente, hasta que a lo lejos, vieron a una pequeña figura acercándose peligrosamente a su destino. Era casi una mancha verde que entre más se acercaban, notaron que se trataba del mismísimo Huang Renjun.

—Parece que no hay nadie cubriendo la puerta por alguna razón— dijo Johnny apenas audible.

Yukhei se mordía frenéticamente los labios, quería salvar a Renjun pero tampoco quería que lo odiase por unirse a Doyoung. Además, no sabía la razón por la que Jeno y Jaemin estaban tan interesados en el chico. Tenía muchas cosas en la cabeza, que pronto se desvanecieron cuando alcanzaron a Ren justo para cerrarle el paso hacia la puerta. Todos se bajaron de los caballos, casi rodeando al chico, quién una vez acorralado miraba a todos lados, en busca de cualquier cosa.

—Renjun, no te haremos daño pero tendrás que acompañarnos...—comenzó a hablar el líder del agua, sin embargo fue interrumpido por el mencionado.

—¡Deben dejarme cruzar la puerta, no hay tiempo, sé dónde están todos!

Aquellas palabras tensaron aún más el ambiente. Nadie sabía que pensar, todos estaban parados, sin atreverse a mover.

—¡Tengo que cruzar el portal!

—¿De qué portal estás hablando?— inquirió de nuevo Young.

—¡La puerta es el portal!— gritó desesperado el artesano— ¡Debo cruzar para encontrarme con ellos!

Ninguno de los presentes se movió. Estaban estáticos en su lugar. Renjun era la clave, de eso estaban seguros, pero dejarlo ir significaría dejarlo todo en las manos de un menudo muchacho que a penas alcanzaba la mayoría de edad. Era un peso demasiado grande para cargarlo el solo.

—Renjun— está vez y por alguna razón, fue Jaemin quien le habló— no estamos enojados contigo, puedes volver con nosotros, no te vamos a juzgar, sabemos que lo que hiciste no fue con malas intenciones...