Amour Inattendu (Suerte #6)

23| solo tienes dos opciones

Cap (2/2)

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Aun era temprano y era domingo por lo que en cualquier otra ocasión Anne Marie habría continuado durmiendo hasta tarde. Sin embargo después de los sucesos de la noche anterior no había podido dormir demasiado y estar sola en su habitación le causaba un poco de ansiedad. Necesitaba saber que pasaría a continuación y sobre todo necesitaba saber que su tio favorito seguía con vida...después de todo era poco usual que bebiera y la noche anterior se había pegado una buena borrachera. Ya podía imaginarse cuando despertara...hizo un mueca.

Entró a la habitación de Adrién sin tocar porque no creía que el mayor apreciara el gesto. Lo primero que vio fue a Jeanluque durmiendo en una postura incómoda sobre el sofá ¿acaso no habría sido más fácil dormir en la cama con Adrién? Apostaba a que ni se le pasó por la cabeza.

Pasó por su lado en silencio y no se detuvo a estar a los pies de la cama. Adrién estaba acostado sobre su costado derecho, abrazaba una almohada con fuerza y Anne no pudo evitar preguntarse si acaso en sus sueños esa almohada era alguien más.

Bueno la chica no iba a mentirse a si misma. En el fondo aun le causaba impresión y desasosiego saber que su tio adorado era gay...pero no había mentido al decirle a Jeanluque que no dejaría de quererlo por eso. Si, era difícil aceptar que la persona que creías conocer no era más que una mascara...dolía sobre todo al imaginar lo difícil que debía ser para Adrién guardar las apariencias todo el tiempo. Soportar las pláticas prejuiciosas de se propio padre....

Si bien una pequeña parte de ella se negaba a aceptar la homosexualidad, también estaba esta parte que se sentía culpable, triste por Adrién. Porque el era familia por sobre todas las cosas, él era quien la cuidó cuando era pequeña y su padre debía irse de viaje. Era quien estuvo a su lado luego de que su madre murió, cuando se negaba a hablar y lloraba todo el tiempo. ¿Acaso no fue Adrién quién la abrazó en sus noches de soledad diciéndole que no estaría sola, diciendo que la protegería? Si, fue él...el mismo al que lastimo con sus caprichos y prejuicios. Era ahora que comprendía que sus acciones no solo lastimaron a Billy y a su novio. Sino que también hirió a su tio, a su propia sangre y eso la avergonzaba. La hacía querer ponerse de rodillas y rogar por perdón.

Se secó las lágrimas que rodaban por sus mjillas y se sentó al porde de la cama. Estiró su mano y la hundió en el suave cabello del mayor, quien hizo un mohín en medio del sueño y murmuró un nombre...

—Oscar...— había tanta tristeza y anhelo en su voz que la chica lo sintió como propio.

—Lamento que las cosas resultaran de esta manera —susurró— y se que tal vez es tarde para decirlo, que debí ser mejor antes, para cuidar de ti como tú lo hiciste todos estos años por mi. Porque después de papá eres a la persona que más amo en el mundo— soltó una risita — no se lo digas al tio Jean ¿De acuerdo? —Adrién se abrazó más a la almohada, pero no despertó. —Pero te prometó que ahora si haré las cosas bien, estaré ahí para ti si me lo permites. Quiero ayudarte...quiero que seas feliz. No te odio y no podría hacerlo nunca, creo que es más probable que tu llegases a odiarme a mi...pero ambos sabemos que eres demasido bueno para hacer algo como eso; te amo y eso no cambiará nunca.

Se inclinó para depositarle un beso en la frente. Lo mejor sería ir en busca de un poco de café, analgésicos y agua para cuando Adrién despertara porque seguro tendría la resaca de los mil demonios. Estaba a nada de irse cuando  escuchó un sonidito... busco a su alrededor hasta que noto el teléfono del mayor sobre la mesa. La pantalla estaba iluminada. Se acercó solo un poco y vio que se trataba de la entrada de un texto.

"Chiot" se leía en el remitente. Arrugó la frente preguntándose a quien podía pertenecerle el sobrenombre de "cachorro". Entonces su boca se abrió en una perfecta "o" y tomo el aparato en sus manos. Seguramente se trataba de el novio de su tio...uh, aun era un poco difícil imaginarlo teniendo un novio. Pero no era el momento para eso.