Extra 2: Maravillosa coincidencia

15.6K 1.4K 384
                                    

Adrién suspiró observando el estante empotrado contra la pared y sonrio satisfecho. Había terminado de acomodar sus libros y demás cosas en el que sería su despacho. Oscar había insistido con que se quedara el del primer piso, que era más grande y el se quedaría con el de arriba.

Tomó las cajas vacías y las llevó al pasillo en donde estaban apiladas las demás que luego se encargarían de reciclar junto con algunas otras cosas.

Aun era un poco alucinante estarse mudando. De hecho esa sería la primera noche que pasarian en la nueva casa. Se habían tomado el día para organizar todo y recibir a los de la mudanza. Estuvieron trabajando desde temprano, pero hacia casi dos horas desde que Adrién se había metido a su despacho para organizarlo, así que no tenía idea de lo que su novio estaba haciendo.

Lo buscó en la cocina y luego en la sala pero al parecer no estaba en la planta baja, así que subió por las escaleras y se asomó al que era el despcho de Oscar. Los libros estaban puestos en las estanterías y casi todos era sobre medicina veterinaria. Aun habían algunas cosas fuera de lugar, pero Oscar no estaba ahí.

Entonces se encaminó hacia la habitación principal. Sonrio bobamente al pensar en que tenia una habitación para compartir con Oscar. Bueno, si...en el apartamento también compartían habitación, pero esta vez era oficial. Puesto que no solo dormirían en la misma cama, sino también el closet y todo el espacio en general. Y en realidad toda la casa le daba esa sensación de realidad, porque el nombre de ambos estaba en las escrituras. Porque sería el inicio de una vida juntos, una vida en la que no tenían porque limitarse a cuatro paredes para demostrarse amor. Ya  que Adrién se sentía más libre que nunca, porque ahora podía salir a la calle y tomar la mano de Oscar sin temor alguno.

Ya no debía preocuparse por lo que su familia pudiera pensar.

Abrió la puerta de la habitación y su sonrisa se hizo más grande cuando vio la imgen frente a él. Oscar y Velkan estaba tendidos en la cama completamente dormidos. Se acercó sin dudarlo y se sentó en la orilla de la cama justo al lado del pelinegro. El can lo escuchó llegar por lo que levantó la cabeza, pero volvió a dejarla caer casi de inmediato.

Su novio por otra parte estaba acostado sobre su costado, con una de sus manos hundida en el pelaje en el cuello del perro. Apostaba a que había estado hablando con el can y luego simplemente se quedó dormido. Joder, era tan hermoso. Se inclinó y le besó la sien, Oscar se removió ligeramente y siguió durmiendo.

Adrién aprovechó para observarlo tranquilamente. Su cabello negro que estaba ligeramente más largo que antes. Su incipiente barba desaliñada y ese lunar en su mejilla que volvía completamente loco a Adrién.

Los ojos avellanados del mayor se desviaron hacia la mano izquierda de Oscar, la que descansaba cerca de su rostro. Pero más en que en su mano, la atención de Adrién estaba sobre el dedo anular del chico. Desde hace unos días había estado imaginándolo con un anillo enroscado ahí.

Su corazón se aceleró con la sola idea de que Oscar fuera más que su novio. Vamos que el pelinegro ya era su mejor amigo, su mundo entereo, pero...¿y si fuera su esposo? Una abrumadora emoción lo invadía cada que pensaba en ello. Y quizá fue precisamente esa emoción la que lo hizo ponerse de pie.

Fue hasta el el despacho de Oscar en busca de una de las notitas adesivas que habían había visto sobre su escritorio. Tomo una junto a un bolígrafo y se dispuso a escribir. Luego volvió a la habitació y pegó la notita sobre el pecho de Oscar quien se había acomodado sobre su espalda.

Le dio un suave beso en la mejilla y entonces salió de la casa. Cuando estuvo dentro de su auto se detuvo un momento para buscar en su teléfono un listado de las joyerías disponibles en la ciudad.

Amour Inattendu (Suerte #6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora