Amour Inattendu (Suerte #6)

26| Reconquistando un corazón herido

Antes de dejarl@s con el capítulo quiero decirles algo:

En vista de que a much@s les gusta la pareja Jeanluque x James...vamos a confirmarlo. Tendremos historia de ellos, pero los detalles se los daré en el futuro.

Ahora si, disfruten el capítulo.

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Se ajustó la chaqueta azul sobre los hombros viéndose a través del espejo asegurándose de lucir impecable. No es que quisiera usar su buena imagen para tratar de ablandar lo suficientemente a Oscar, pero...vale, tal vez solo un poco. Sin embargo no iba a aceptarlo en voz alta. Así que cuando estuvó seguro caminó hasta la cama y tomó el obsequió que tenía para Oscar.

No tenía la más minima idea de como reaccionaría al ver tal obsequió. Igual no perdía nada con intentarlo, lo único que esperaba era que el primo de Oscar no estuviera alrededor porque eso si que haría las cosas más difíciles. No quería recibir otro puñetazo porque cabe resaltar que le había dolido como la mierda y la marca violacea que manchaba una de las comisuras de su boca demostraban lo fuerte que James Cross era.

Sacudió la cabeza para centrarse y salió de la habitación. Jean se había empeñado en rentar la suite más grande del hotel que había escogido para quedarse. El lugar Incluso tenía una cocina. No lo culpaba, estana seguro de que estaba acostumbrado a tener su propio espacio, pero aun así le parecía un gasto innecesario.

Llegó a la pequeña estancia en donde su hermano mayor estaba sentado en la mesa con su portátil abierta y con el teléfono pegado a la oreja mientras hablaba sin parar. Sin embargo cuando lo notó, Jean le dedicó una mirada divertida, sobre todo al ver lo que apretujaba en sus brazos.

—Dame un momento — dijo Jean a la persona con quien hablaba por teléfono para luego colocar el aparato contra su pecho para cubrir el auricular. — ¿Seguro qué quieres ir solo?

—Si, te lo dije antes. Me sabe mal que dejes tus asuntos por ayudarme.

—Y yo te dije que no me importa— se encogió de hombros — Además creo que sería mejor si te acompaño.

Rodó los ojos con diversión, sabía lo que Jean se traía entre manos y de cierto modo le hizo gracia. Le recordaba a aquellos viejos tiempos donde Jean y Marco se encargaban de actuar como verdaderos guardespaldas y perseguir a sus compañeros de la escuela que se encargaban de molestarlo. La expresión que Jean mostraba en ese preciso momento bien podría ser comparada con la de un matón de secundaría.

—Se lo que realmente quieres— se burlo. —Esperas toparte con el primo de Oscar y desquitarste ¿no es así?

—¿Y si es así qué?— levantó la barbilla de manera desafiante.