28| Petición sorpresiva

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Uf, Addi reportandose después de varios días. 😀 Disculpen por la espera, pero tuve un bloqueo medio brutal que no me dejaba escribir agusto (además de que me enganche con un libro y no pude parar de leer hasta que lo acabe).

Que disfruten el cap.
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Oscar deslizó sus labios por cuello de Adrién y sonrio cuando obtuvó a cambio un sonido que era mitad gemido, mitad gruñido. Mordisqueó la piel con suavidad al tiempo que meneaba sus caderas sobre las del francés.

Estaban en la que había sido su habitación en casa de sus tíos y Oscar se sentía como un adolescente desobediente que estaba montándoselo con su novio, mientras la casa estaba vacía. Y el solo pensamiento disparó fuego por sus venas. Empujó los hombros de Adrién hasta hacerlo quedar tendido sobre la cama, luego se inclinó sin dejar de mover sus caderas de esa manera tan sugerenten que los estaba desquiciando a los dos.

Chiot...— se quejó el mayor aferrándose a su cintura. El pelinegro se separó solo lo suficiente como para sacar fuera del camino la camisa de mezclilla que Adrién llevaba puesta. Y cuando tuvo al alcance de su lengua el pecho del mayor, no dudó en repartir besos y mordidas centrándose en sus tetillas.  —Oh, Dieu...Sigue así, sigue así.

Alcanzó la cinturilla de sus vaqueros y los desabrócho para luego meter su mano para aopoderarse del palpitante miembro del mayor. Sonrio al notar su dureza y la punta humeda, definitivamente le encantaba hacer de Adrién un desastre excitado. Volvió a buscar su boca y no dudó en apoderarse de ella, con una de sus manos aun en el miembro de Adrién, dando lentos tirones y con la otra enredada en los cabellos castaños de su chico.

Su propia erección presionando contra la cremayera de sus pantalones cortos. Las manos de Adrién pasaron de sosterner sus caderas a apretujar su trasero y mantener la fricción, era una absoluta locura y la temperatura en la habitación estaba por los cielos. Pero todo ese toqueteo no era suficiente, necesitaba más...mucho más.

—Adry...— le tomó todo de si el poder despegar su boca de la del francés. —Quiero hacerte mio ¿me dejarías?— no tenía sentido irse por las ramas y tampoco era como si su cerebro tuviera la capacidad necesaria de pensar en palabras más dulces, con suerte si seguía siendo capaz de pensar un poco.

—Si, por favor— Adrién tenía los ojos cerrados y la cabeza ligeramente hechada hacia atrás. Las caricias que su erección estaba recibiendo, lo tenían demasiado afectado. —Hazme lo que quieras, todo lo que quieras...soy tuyo.

Oscar gimió y se apresuró a incorporarse para terminar de sacar toda la ropa fuera del camino. Adrién le sonrio desde la cama de una manera que lo invitaba a hacer todo tipo de cosas indecentes. Maldijó mentalmente y tiró de los pantalones del mayor hasta sacárselo de encima. Le dio una mirada apreciativa antes antes de estirarse hacia su comoda en donde había guardado su ropa y por supuesto el lubricante y preservativos. No es como que hubiera planeado eso...bueno no del todo, pero desde que Adrién era su novio otra vez...

Amour Inattendu (Suerte #6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora