Amour Inattendu (Suerte #6)

30| Como debió haber sido Pt. 2

—Eres de lo que no hay— susurró Adrién antes de besar la frente de Oscar. Su adorado chico siempre era capaz de dicipar los pensamientos agobiantes de su cabeza.

Siempre que veía esos castaños ojos como de cachorro, sentía que todo tenía sentido, más de lo que nunca lo tuvo. El amor florecia en su pecho como una oleada de calidez y lo único en lo que podía pensar era en abrazar a Oscar y no soltarlo nunca.

Pero esa calma se rompió cuando un carraspeo a sus espaldas los sacó de su burbuja. Ambos se giraron y Adrién apretó la mandibula cuando vio a sus padres parados trás ellos. Sin embargo la mano de Oscar apretando la suya ayudo para liberar un poco de tención.

—Lamentamos interrumpir— dijo su madre con una sonrisa tranquila. —Pero tu padre quiere decir algunas cosas.

—Creo que ya ha dicho lo suficiente. Y realmente no estoy de humor para escuchar, especialmente si lo que tiene que decir es para hacer de menos a Oscar.

—Entiendo que estes enojado, no maneje las cosas de la manera correcta, pero yo solo...— su padre parecía como si quisiera estar en cualquier otro lado, pero aun así cuadró los hombros y le sostuvó la mirada. —Lo siento.

—¿Qué?— inquirió Adrién con el aliento atorado en su garganta. Giró su rostro para ver a su novio, tratando de averiguar si Oscar había escuchado lo mismo que él. La cara sorprendida de su chico era toda la respuesta que necesitaba.

—Se que un lo siento no arregla nada— continuó su padre sonriendo de manera amarga. —Tal parece que un hombre tan obtuso como yo necesita estar al borde de la muerte para empezar a ver las cosas desde otra perspectiva. No fue fácil y aun no lo es...especialmente aceptar el hecho de que eres gay. Se que no esta mal, se que eso no cambía quien eres en realidad...o tal vez si porque ahora por fin estas siendo quien debiate ser desde un principio. Se que tu orientación sexual no cambía el hecho de que seas mi hijo, de que me sienta orgulloso de ti.

«Pero...Dieu, me cuesta tanto afrontarlo y se que no es una excusa, pero crecí bajo la creencia de que la hosexualidad esta mal. Fue lo que mi padre, mi abuelo e incluso mi bisabuelo me enseñaron y estoy seguro de que más de mis antepasados apoyaban esa creencia. Por lo que aun me cuesta trabajo pensar en que nunca te casarás con una mujer. »

Su padre clavó la vista en sus zapatos mientras parecía seguir buscando las palabras para expresar todo lo que quería decir. Así que Adrién no se atrevió a interrumpie, temiendo hacerlo salir corrienso y tal vez también estaba un poco paralizado porque definitivamente no se esperaba aquel brote de sinceridad. Era un poco alucinante escuchar a un hombre tan estoico y duro como au padre disculpándose; no creyó que eso fuera posible.

—He tenido el tiempo de pensar en cada una de las cosas que he hecho desde que tú y tus hermanos llegaron a mi vida— Antoine alzó la vista de nuevo y sus ojos lucían sospechosamente brillantes— y me di cuenta de que no he sido un buen padre.

—Eso no es...— trato de interrumpir pero el mayor negó pidiéndole silenciosamente continuar y lo dejó. En su lugar se aferró un poco más fuerte a la mano de Oscar.

—Les he dado cosas materiales, les he dado una buena educación, en la mejores escuelas, me he aseguré de que la mayoría de las veces tuvieran lo que necesitaban...¿pero de que sirve todo eso si en la parte emocional he sido un fracaso? Y se que es así porque de lo contrario tú no hubieras estado tan aterrorizado de venir a mi y contarme que eras gay desde el principio —Las lágrimas empezaron a fluir por el rostro del mayor sin que pudiera evitarlo  —Se supone que un padre debe inspirar confianza, debe ser la roca firme a la cual sus hijos puedan aferrarse en momentos de debilidad, debe ser quien los guie por el camino y los ayude a levantarse cada vez que tropiecen...Y yo he fallado miserablemente en ese papel.