Cincuenta Y Uno

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Mi alma está fuera de mi cuerpo,
me miro y me acaricio con dulzura y melancolía.
Adiós.
Me digo yo misma.
No quiero despertar.
¿Por qué las sirenas son tan ruidosas?
Paz, utopía, calma.
Hace frío y me gusta.
Entonces me voy.
Mas también la veo a ella,
a mi lado y no se mueve.
¿Qué le pasa?
Pero su mano toca la mía
y está como yo.
Más viva, más sonriente, más calmada.
¿Recuerdas nuestras últimas palabras, amor mío?

"Quizá en otra vida, como si fuera cierto, pueda alcanzarte".

Empecemos de nuevo, ¿te parece?

¿No crees que es un hermoso día para enamorarse?

West, B.

...

Seguían las personas en su ridículo círculo de amistades sobrevaloradas, Jonathan estaba con su familia y parecía ser que todos tienen un acompañante al que prestarle atención. Me sentía la Bela que salió disparada de la fiesta de graduación tratando de beber todo el alcohol posible antes de que pasara lo que pasó. Ahora, las cosas no son tan distintas, estoy sentada en una mesa arreglada con demasiada cautela y el trago es uno con mejor presupuesto. Estaba aturdida, tantas noticias en poco días manteniendo todavía la espinilla de mi compañero en el trasero sobre la misión.

Esperaba al menos la noticia de mi madre informando sobre su presencia esta noche, esperaba verla al menos una noche, pero al parecer no pudo. Luego hablaría con ella.

Llevé la copa de champán a mi boca, para oler el contenido primero y luego saborearlo en silencio, la música que se había puesto era una especialmente instrumental. Estaba aburrida al máximo y solo quería que la media hora que faltaba pasara en suma rapidez porque no soportaba más.

—¡Atención todos los agentes del distrito quince! —llamó el coronel por el micrófono haciendo que todos voltearan a verlo—. Este viernes habrá práctica deportiva y el sábado se realizará la guardia matutina y nocturna. Se les enviará un correo anunciando su horario. Muchas gracias, continúen con la noche.

Abrí el correo que me llegó con la esperanza de que la práctica deportiva sea para cabos y no oficiales, y que la guardia que me toque sea en la mañana. Mas mi nombre estaba en las dos listas y por mi apellido soy una de las últimas como siempre. ¡Joder!

Viernes, 7 p.m. / 9 p.m.
Agt. West Bela: Práctica deportiva.
(Dos horas activas, no recuperables)

Sábado, 10 p.m. / 6 a.m.
Agt. West Bela: Guardia nocturna, sector norte.
(Ocho horas laborando).

Suspiré, no tenía otra que aceptarlo. Trabajo es trabajo y este exige mucha actividad física. Terminé la copa en un solo trago y dejé el lugar con la conciencia limpia al saber que no le fallé a mi madre.

Llegué a mi casa regresando con el trabajo que había dejado pendiente, era demasiado y mis ojos se cerraban, estaba perdiendo fuerzas por el agotamiento que esta misión se me ha llevado. No dormía bien ni comía bien, no tenía un horario fijo ni alguien con quien conversar de mis planes. Todo era el puto caos que debía arreglármelas.

Prendí la laptop y abrí todos los documentos que me envió el inspector para seguir con el proceso de investigación, moví un poco mis músculos antes de quedarme prendida observando esas cámaras. Analicé un poco más sobre la vida de Fernando, y el día de hoy no estuvo completamente solo.

Alguien Tenía Que Aprender.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora