JESS:
¿Cuánto tiempo vas a seguir fingiendo que no pasa nada?
Abrí los ojos de nuevo, tomé una bocanada de aire y me incorporé en la cama. Pasé una mano por mi frente y después, me froté los ojos cansada y miré la hora en mi móvil. No había dormido nada en toda la noche y estaba harta de despertarme cada diez minutos en busca del problema que no me dejaba dormir.
Pero ahí estaba, aquella era la pregunta que había logrado despertarme todas y cada una de las veces. Aparecía en mis cortos sueños y me despertaba con escalofríos que no sabía cómo detener.
¿Realmente sucedía algo? No entendía lo que Marco había dicho y no era capaz de dejar de darle vueltas al asunto, todo esto resultaba bastante confuso y cada vez mis sentimientos me dejaban más claro que debía olvidarme de todo lo relacionado con el amor, por lo menos si se trataba de él. En primer lugar, porque no quería que me lastimasen de nuevo, y en segundo puesto, porque estábamos hablando del mismísimo Marco Collins.
Cansada de dar vueltas en la cama y de levantarme cada media hora, me incorporé pasando una mano por mi flequillo totalmente despeinado y me dirigí hacia el escritorio de mi habitación. Encendí la pequeña lámpara que había en él, me senté en la silla, abrí mi portátil y lo encendí dejando escapar un suspiro. Mientras encendía, saqué unas libretas llenas de apuntes y las coloqué en el escritorio. Tras eso resoplé. Introduje mi contraseña del portátil y empecé a revisar la primera libreta donde tenía apuntados todos los trabajos que tenía pendientes en la universidad. Estaban todos —incluso los que ya había hecho, marcados con un tic verde—, junto con todo lo necesario que estos debían contener.
Mientras pasaba las páginas, me detuve en uno que tendría que entregar en unas semanas. El trabajo consistía en elaborar un relato por nuestra cuenta y sin ningún tipo de ayuda, de unas treinta páginas de Word en inglés, ya que era un trabajo de desarrollo escrito y creativo para la carrera que estaba estudiando.
Abrí otra libreta donde tenía apuntados los nombres de los proyectos juntos con mis respectivas ideas sobre ellos y, cuando llegué al que tenía pensado hacer, vi el título y la hoja de ideas en blanco. Alcancé un boli de mi estuche y comencé a anotar todo lo que pasaba por mi mente. El relato podía ser real, y había oído que escribir sobre un problema era la mejor manera de exteriorizarlo y de encontrar una solución sobre cómo actuar al respecto, así que, una vez anoté todas mis ideas, comencé mi relato.
A eso de las cinco de la mañana, decidí bajar a por un té caliente pues estaba helada en mi habitación. Abrí la puerta lo más cuidadosamente que pude. Miré hacia ambos lados y todo pareció estar en orden. Escuché los ronquidos de Nick procedentes de su habitación, los balbuceos nocturnos de Vero y el silencio procedente de la habitación cerrada de Marco.
Me preocupaba más por este último ya que parecía saberlo y oírlo todo y, además, se daba cuenta de cada uno de mis movimientos, así que cuando me decidí a bajar, lo hice de puntillas y siendo lo más silenciosa posible. Cuando llegué a la planta baja, me aplaudí mentalmente y continué hasta la cocina. Diez minutos después, ya estaba en mi habitación con mi té caliente y con medio relato escrito.
A eso de las ocho y media de la mañana, había terminado todo el trabajo y había editado una parte de este. Era cierto que cuando se tiene inspiración, todo sucedía más rápido.
Mis ojos se empezaron a cerrarse y decidí que era hora de descansar un rato, así que guardé todo en lo que había estado trabajando durante la noche y en cuanto mi espalda tocó el colchón, quedé sumida en un sueño profundo.
Creía que habían pasado horas y horas cuando una sombra entró en la habitación y empezó a llamarme. Real que me di la vuelta cuando llegó hacia el lugar donde yo tenía posada la cabeza, y ante mi reacción, una carcajada se abrió pasó entre el silencio de la habitación. Reconocía esa risa, esa que nunca se apagaba y que era capaz de alegrarme el día por muy malo que este hubiese sido. No podía provenir de otra persona salvo de Nick.
ESTÁS LEYENDO
MARCO© ✔
RomanceÉl era feliz y débil. Ahora no siente el dolor. Su pasado está marcado por un arma que amenaza con quitarle la vida en cualquier momento. Fue ahogado en las llamas que le hicieron resurgir como el infierno personificado y vive consumido por la ira...