cap. 26 Debes Operarte

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Un mes después...

Mi Karla estoy tan cansada de todo, del megáfono que intenta que ingrese a mis clases, como si no tuviera algo mejor que hacer, de la Modelito de cuarta, que no deja de observarme, como queriéndome decir algo pero no se anima, de sus padres aunque amables, no se percatan que lo que quiero, es estar en mi soledad y por último mi querida amiga no se resigna, que aun sabiendo mi meta llama a Brooke, para advertirme de las consecuencias de no operarme, lo único que deseo es descansar en tus brazos eternamente, no es mucho lo que pido...

"Taylor entra sin permiso al almacén, como ya tiene costumbre estas semanas y de lejos ve a Lauren llorando desconsoladamente; era algo que no lo entiende, se supone que es fría e indiferente, pero esta persona, es muy distinta a lo que muestra esta devastada; no queriendo importunar se queda en el rincón, hasta que se calmase..."

Señorita Lauren, vengo a preguntarle si comió! (Desde ayer no la había visto comer, ella como su asistente se daba cuenta que ya no tenía provisiones, tanto es así que me ordeno, que me encargara de la alimentación de su mascota)

-Vete pingüinito, solo retírate, lleva a León con la nueva cocinera y dile que lo cuide por mi unos días, ella sabrá la razón. (Después de todo Dinah se quedara con León, esa fue mi última petición, él va tener una grandiosa dueña)

"Taylor no entendía lo que pasaba, pero no quería verla de esa manera, la prefiere toda descortés a verla sufriendo, que parecía alguien dejándose morir, con ese semblante tan frágil, hasta sus mejillas han perdido su leve tono rojizo; no lo soporto y le propuso algo descabellado, para aliviarla un poco"

-¿Oye pingüino, no tendrás problemas por mi culpa?

-¡Pues me lo agradeces después! (Claro que los tendría, si la llegasen a descubrir, está prohibido hacer esta locura, pero le gano el sentimiento y lo hizo sin medir las consecuencias)

Quien iba pensar que la niña, me sacaría de la mansión para dar un paseo sin tenerme custodiada, me dio un respiro momentáneo, me llevo al centro comercial, porque con su vestimenta llamaba mucho la atención, igual que la mía pero a mí me valía, así que no me cambie.

Ya en el centro de la ciudad, me llevo a comer a un restaurant, donde preparan la comida tradicional de Miami, según ella que era demasiado  inglesa y que necesitaba, habituarme a este nuevo sazón, que era muy probable que por eso casi no consumía mis alimentos, me decía la plebe muy seria para su edad, solo guarde silencio escuchando sus teorías por mi posible comportamiento, todas muy alejadas de la verdad.

Al terminar me llevo al parque, para ver un espectáculo de cantantes que deseaban llegar a la fama, luchando arduamente desde abajo, mientras la niña se le iluminaba el semblante, parece que la que se divertía era otra, al terminar ese show, solo camine sin rumbo fijo, el pingüino me estaba dando mi espacio, ella estaba atrás de mí.

Dure horas de ese modo, hasta que nos perdimos, parece que la tal Taylor, nunca andaba en estos lugares, que por la fachada resaltaba, que nos metimos en una zona donde se reúnen las pandillas, la sujeto del brazo rápido y la hago que nos escondamos atrás de unas escaleras de hierro, ella saca su celular y le habla a Hamilton, diciéndole que nos ubique con el GPS de su dispositivo, entretanto un grupo demasiado grande, parece que se está disputando el poder con dos chicos, que de manera ágil destroza a los líderes de los rivales, que al hacerlo estos quedan como los manda más, parece que aquí domina la ley de la selva, el más fuerte se hace de la pandilla.

LA REBELDE DE MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora