cap. 35 Una cita

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Conversación entre las chicas...

Lauren no me contesto nada, sobre si aún me ama, es algo doloroso, pero debo ser fuerte, que no pienso rendirme.

-¡Quiero invitarte una cita Lauren! ¿La aceptarías? (De algún modo tengo que empezar)

-¿Una cita? (Eso me saco de mi sitio, estoy casada con ella, ¿eso se valdrá?)

Mi salvaje se queda pensando, sin embargo siempre me he aprovechado, de ese estado que le da por considerar de más, la propuesto.

-Aja, aja, bien entonces ve a vestirte, que saldremos en un momento, no quiero que con esa atrevida lencería me vayas a provocar. (Me burlo, es que se ve tierna con eso, su mirada matadora hacen un contraste único, con el tono rosado)

-¡Tonta, aunque lo niegues, esta fresita la quieres de postre! (Esos ojos lujuriosos, no han dejado de verme, desde que se abrieron)

-Es una propuesta indecorosa, porque si quieres, ahora mismo la saboreo. (Relamo mis labios muy cerca de su boca)

Se sonrojo mi adorada Lauren, sus mejillas parecen carmesí, nunca ha soportado, cuando le digo esas cosas, se va y yo me dispongo a vestirme, con mi plan regresar al cachorro a mi manada.

Unas horas después...

-¿Esto es? (Pensé que me llevaría a un hotel o esa soy yo, que ando en otro planeta; debo controlar mi lado pervertido y andar con mi mente muy fría, después de todo, aun siento algo de enojo, por lo que me hizo)

-Te acuerdas, es donde me dijiste, que fuera tu polola. (Detallo a mi salvaje, que regreso a su vestimenta elegante pero sexy, dejando atrás nuevamente a mi matadora vándala)

-¡Si algo! (lo diga con desinterés)

Me trajo al parque de diversiones, esto es algo sin sinigual, veo a niños correr por todos lados.

-Cuando crezca nuestro hijo, quiero traerlo aquí, es muy bello el lugar, ¿qué te parece Camila? (Vislumbro un futuro, que yo quiero forjar)

-¡Sería maravilloso!

-¿A dónde me vas a llevar, primero?

-Hubiera querido tener el mismo recorrido, que tuve aquí la última vez, pero es irresponsable querer entrar, en el juego de autos chocones.

-Vamos al tiro al blanco, ahí soy buena.

Al dirigirme a ese sitio, noto que todo el recorrido, llamamos la atención y más esos mirones, que escaneaban a Camila sin descanso, paralizados por la belleza que es, hay que admitirle que no hay, nadie comparada a esta mujer, sus movimientos demasiado delicados, su risa desprende gracia, ahora aunque use ropa, de maternidad se nota lo sofisticada que es, su cabello es golpeado por los rayos del sol, la contemplo toda de pies a cabeza, haciéndome perder por un instante y se me suelta un comentario, que me hubiera gustado, morderme la lengua antes de que surgiera.

-¡Te ves hermosa de embarazada! (Casi me falto la maldita arpa, para que me saliera el maldito suspiro).

-¿Creí, que pensabas que estaba gorda? (Eso jamás, se me va olvidar)

LA REBELDE DE MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora