Candy solo alcanzó a guardar la carta que le habían entregado, de repente en el pasillo rumbo a la sala de pediatría Candy no pudo más y se desvaneció callendo en el suelo, de inmediato corrieron a su atención llevándola a una de las habitaciones del hospital, su esposo quiso revísala pero no sé lo permitieron, Le dijo el doctor Leonard que si acaso no sabía que un médico jamás puede atender a su propio familiar, menos ahora que era su esposa, así que tuvo que esperar a que el médico de guardia, le diera noticias sobre su estado de salud, Miles de ideas pasaron por su mente entre ellas, las palabras más repetidas por Albert " cuida a mi hija o te la verás con la familia" pero ¿Porque preocuparse? Tal vez porque se había portado como un bruto todo este tiempo, pero los celos que lo invadía al pensar que aunque su cuerpo fuera de el, su corazón era de otro. ¿Y si le había hecho daño? No....no nunca le ha pegado no sería capáz de eso.
Algo que Jack nunca compartió con Candy fue que años atrás el se había enamorado de una doctora de origen alemana, cuando estalló la guerra él apenas iniciaba a ejercer la medicina, tenía el anhelo de que tarde o temprano esa doctora a quien había conocido le correspondiera en su amor, sin embargo cuando por fin ella le había dado la oportunidad, al poco tiempo se había entregado en sus brazos, ella había sido su mujer. Al poco tiempo de su felicidad buscándola en un espeso bosque a las atrás del hospital, su corazón se rompió en mil pedazos, ella se entregaba a otro hombre. Se quedó paralizado, estático, no podía emitir ni una palabra solo densas lágrimas brotaban de sus ojos. Al regresar al hospital el se enlistó en la guerra como médico y fue ahí donde conoció a Michael y se hicieron buenos amigos. Jack necesitaba cambiar de lugar, de país por ello fue enviado a Inglaterra pues su madre era de Inglaterra. Fue entonces cuando conoció a Candy pero su corazón y su mente habían cambiado. El camino que llevaba se quebró al momento de ese engaño, en realidad no sabía si amaba a Candy o solo fue el miedo a otro fracaso, tal vez por eso al casarse su conducta se volvió hostil e incipiente con ella.
El doctor Joseph encargado en ese turno lo sacó de sus cavilaciones, para informarle que su esposa ya había reaccionado y que sólo le practicarían unos estudios de rutina pero que estaba bien, podía pasar a verla pero necesitaba alimentarse mejor fue la recomendación del médico.Y en mucho tenía razón, los últimos días tenían problemas porque él le exigía temprano el desayuno y no se fijaba si ella también consumía sus alimentos, últimamente la veía triste, deprimida. Por fin entró a la habitación. ¡Hola mi amor! ¿Como te sientes? - Bien no te preocupes creo que se me bajo un poco la presión y hoy no desayuné bien. - Candy te he descuidado en lugar de cuidarte pero ya no será así, soy tu esposo y también médico y debo asegurarme que estés bien, Candy solo asintió, sin imaginarse que en su corazón y sus pensamientos había un mar turbulento de emociones que la estaban consumiendo , solo ella sabía lo que estaba viviendo. Más tarde su amiga se acercó a visitarla y Candy le pidió que si llegaban más cartas por favor por ningún motivo llegara a manos equivocadas, solo ella podía recibir las cartas, le suplicó que nadie se enterara.
Albert preocupado por las desiciones de Candy, puso gente que lo mantuvieran informado ante cualquier eventualidad, por ello en cuanto estuvieron los resultados de inmediato el dr Leonard llamo a Albert para informar - De Leonard buenas tardes ¿a qué debo su llamada? - buenas tardes señor William verá Candy hoy tuvo un desmayo, no se alarme está bien, siguió hablando, se confirma el lunar que usted nos pidió revisabamos y si es, pero hay algo más..... su hija está embarazada. Albert al escuchar ambas noticias se quedó sin habla, sabía lo que eso significaba, perdería a Candy su hija, además de que ese bebé no lo dejarían estar a lado de su madre. ¡Dios era un dilema! Por ahora no diría nada - Gracias doctor sigan cuidándola y manténgame informado seguiremos de la misma forma.
En la casa Leagan Niel preparaba sus maletas y discutía con su hermana, El no quería ni podía permanecer más a lado de su familia. Ya había hablado con su padre y el había aceptado que su fuera a vivir a Chicago donde le ayudaría con la administración de los hoteles. Eliza no paraba de bufar - Neal seguro te vaz para estar cerca de esa huérfana ¿Verdad? - No Eliza me voy porque quiero ser un hombre, quiero ser útil y ganarme la confianza de mi padre, ¿a caso es difícil entenderlo? - No lo sé Neal algo no me cuadra, tú no eres así. ¿Quién te está cambiando? - ¡Piensa lo que quieras Eliza! La verdad es que sí, Neal estaba cambiando había entendido que la vida que estaba llevando no le traía nada bueno, ninguna mujer que fuera buena se fijaría en él, así que tomó la desición de vivir como siempre debió vivir, esforzándose por lo que valía la pena. Su vida misma, además conociendo a Eliza si lo mejor era estar en Chicago un poco más cerca de Candy por si ella pensaba en hacerle algo poderla cuidar en pago a su buen corazón que siempre tuvo ella con él. Albert se sentía orgulloso de ese cambio y lo apoyaría en todo lo que pudiera.
Más tarde llegó el médico con los resultados de los estudios los miró y les dijo - Dr Jack, señora Candy no encontramos nada malo en sus estudios, quizá un poco de anemia pero con una buena dieta todo estará bien y ¡¡muchas felicidades van a ser padres!! Jack no cabía de la emoción se sentía orgulloso de que fuera a ser padre, mientras a Candy la noticia le heló el cuerpo, UN BEBE no lo tenía planeado ni siquiera sabía si lograría amar a Jack y ahora un bebé esto significaría una cadena a sus pies. Entonces comenzó a llorar Jack la abrazó y le dijo que sabía que las lágrimas eran de felicidad y que le prometía que la iba a cuidar. Candy al salir de ahí lloró amargamente.
Tenían tanto para amar en qué momento se quebró su camino y dejó libre en manos de otra mujer a su vida, a su amor ¿Y ahora un bebé? ¿No se suponía que sería el día más feliz de mi vida? Pensó en silencio.
A nadie más que Albert le dolía esa situación sabía que Candy iba a sufrir por no detener su camino y tomar unas desición bien pensada, Terry cuando se enterara ¿que se supone que haría? Podría desatarse una guerra conociéndolo como era de carácter. En fin Albert tendría que estar preparado para llevarse lejos a Candy de ser necesario.
Terry contaba las horas, los minutos y los días para pronto terminar con el dichoso compromiso, los días se le hacían eternos. La obra sin embargo era todo un éxito, pero como todas las historias nunca faltó una Susana. En este caso una de las actrices más cotizadas y petulantes de Europa quien ahora era la actriz que hacía Julieta no perdía el tiempo en darle a conocer a Terry que él sería para ella, a fin de cuentas la tradición decía " quien haga Julieta siempre se casa con Romeo" así que no perdería el tiempo; con lo que no contaba era que Terry era hijo de el Duque de Grandchester y que jamás permitiría que una mujer como ella anduviera poniendo en entredicho la reputación de su hijo, el heredero al ducado.
Richard Grandchester recibió la llamada de Albert donde le comunicaba la actual situación de Candy. Richard pensó que llegado el momento eso no sería un impedimento, cuando hay amor verdadero, todas las barreras se rompen y se puede reconstruir un nuevo camino, pero todo depende de lo que tengan que decidir. Dicho esto terminó la llamada con Albert y recostado en su sillón de cuero se sumergió en sus pensamientos.
Si tan solo cuando él estaba con Eleonor hubiese valorado más el amor que un título, solo tal vez el camino de su hijo fuera diferente, no solo para él si no para los tres.
Terruce cuando haz equivocado tu camino hijo mío, todo por mi culpa, pero aún hay tiempo. Mientras haya vida ........Continuará.........
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Gracias 😘
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Candy Candy CAMINO QUEBRADO
FanfictionCandy y Terry creyeron alcanzar la felicidad al momento de que Terry pone en escena Romeo y Julieta,escena las cosas no salen como pensaban pues mediante la intervención de Susana Marlowe al perder la pierna y el dilema de Terry entre el honor y el...