Candy Candy CAMINO QUEBRADO

CAPITULO 30 MIEDO

Terry al escuchar por palabras del médico que Candy estaba embarazada sintió desvanecer, solo vio que estaba dando vueltas todo a su alrededor, caía en un vacío, todo estaba oscuro y no supo más. Candy gritó muy asustada y Albert corrió hacia el, al igual que el médico se acercó para verlo mientras una risita se dejó oír, Candy volteó a ver a Eleonor Beaker y le dijo a Candy que la disculpara pero eso era una característica de los Grandchester, lo mismo le sucedió a Richard musitó Eleonor, Candy no lo podía creer, miró al Duque y éste sólo se encogió de hombros.

Cinco minutos más tarde Terry despertaba, - ¿Qué pasó? ¿Candy dónde estás? - Candy se asomó como aquellas niñas que intentan descubrir algo interesante. ¡Aquí estoy amor! Dijo Candy quien llevaba un dedo a su  mano, la verdad es que en todos los años que trabajó como enfermera jamás había visto que eso le sucediera. Era algo nuevo para ella ver a alguien tener síntomas de embarazo cuando ella era la embarazada.

Terry se fue levantando poco a poco, el médico esbozó una sonrisa y le dijo que ya no había necesidad de practicarle estudios a él, la respuesta estaba dicha  por su propia madre.
Por otra parte Jorge V y su esposa estaban consternados, los ojos de él se llenaron de lágrimas y abrazando a su esposa le dijo amor mío Dios nos ha dado un regalo doble, nuestra hija regresó casada con uno de los mejores hombres y ahora la dicha de ser abuelos.

Candy al ver como se levantaba su esposo, Candy comenzaba a llorar, - Pecas ¿Que te pasa? ¿Porque lloras? Por respuesta fué ¡No lo sé¡ Te caiste ¿Terry estás bien? Si pecas dijo ¿oí bien?  ¡Vamos a ser padres! Candy lo abrazó y hundiendo la cabeza en el pecho le dijo ¡Si amor seremos padres!  - ¡Dios es el regalo más hermoso! Y con ello la llenó de besos en sus mejillas, su frente y su boca. Al verlos todos comenzaron a reír. Pecas ¿te haz dado cuenta?  - No ¿Que Terry?  - Que nuestro hijo será el primero en el mundo que tenga tres abuelos y dos abuelas.  - ¿Cómo eso?
- Si Candy mi madre y su excelen.. la madre de Candy lo interrumpió - Oh hijo dime solo María o la madre de Candy si ella lo quiere. Candy asintió sonriente, está bien dijo él, tu madre y la mía serás abuelas pero su excelencia tu padre, mi padre y Albert serán abuelos.  Albert dijo  - ¡ Ha no! Soy muy joven para decirme abuelo, entonces Candy lo corrigió no Albert, tu eres el tío abuelo Wiliam Albert Andry y mi padre adoptivo, ¿Oh no? ¡Rayos es verdad! Y todos volvieron a reír.

Ahora iniciaba una nueva face de felicidad. Su padre de Candy solicitó que toda la familia Andry se presentaran para la boda así como todos los amigos y familia Grandchester para que la boda fuera de gran regocijo. Aquella persona había esperado el momento perfecto, Desgraciadamente para esta persona  no había sido posible volver a ver a Terry o a Candy, aún así no desistiría, seguiría con su plan el tiempo que fuera necesario.

La familia Andry llegaría en quince días, así como esperaba que sus madres del hogar de Pony se presentaran. Por supuesto una de las personas que no faltaría sería Karen kleis y Robert Hathaway.

Las cosas marchaban a pedir de boca, banquete decoración así como el ajuar completo digno de su alcurnia y el gran vestido de novia y otro más que usaría para recibir el reconocimiento nobiliario.

Terry tenía una serie de síntomas que a Candy le hacían reír, sus náuseas se incrementó así como los antojos un cuanto tanto raros, en lo único que coincidía era en el apetito sexual que ambos tenían. El sabía cómo tocarla, era tan solo pasar su mano por su espalda para que una descarga eléctrica llenara su cuerpo, su cuello de ella estaba dispuesto para ser besado, se mordía un labio lo que hacía que Terry al verla hacer eso le provocaba una punzada en su virilidad, la acariciaba posando sus manos acariciando todo su cuerpo, ella degustaba de ese cuerpo bronceado, acariciaba con sus manos esa cabellera sedosa, tan solo con pasar sus manos en sus cabellos erizaba el cuerpo de Terry, el la besó y ella abrió su boca para que el la invadiera su boca y jugara con ella satisfaciendo y degustando de esas caricias que eran la gloria para ambos su cintura exquisita para él la abrazó y al acariciar ella, su espalda el no podía contenerse sus manos acariciaban sus muslos, él levantaba su ropa desnudándola y disfrutándola  comenzaba a gozar un ardor que les quemaba, ella se curveaba demandante de él, él lengüeteaba sus senos y esos botones de rosas que adornadaban su pecho, eran chupados y mordisqueados suavemente, Candy gemía y era el momento justo para que Terry la embistiera con frenesí, candente, erótico todo un deleite para ambos, así era, ella moviéndose en Vaivén mientras el entraba y salía de ella, los movimientos eran cada vez más rápido hasta llegar al momento justo y pleno de terminar en una lluvia candente en su interior, una serie de  contracciones aceleradas salían del vientre de Candy lo que fueron con tanto frenesí que ambos llegaron al clímax, siempre juntos, siempre al mismo tiempo hasta terminar extasiados. Ese era el hombre que ella amaba, el padre de su hijo que crecía en su vientre. Terry siempre acariciaba y besaba su vientre, la bañaba y la volvía a recostar para que descansara, posaba su cabeza de Candy en su pecho ella acariciaba su bronceado pecho mientras él acariciaba sus cabellera dorada hasta quedarse dormidos.