Los días pasaban y cada vez Candy se sentía mejor el médico estaba por darla de alta, solo faltaría practicar los últimos estudios y podrá salir a su casa para descansar un poco más.
En otra habitación del hospital los gritos de Eliza Leagan inundaban los pasillos. - ¡Quiero un espejo! Por favor ¡Mamá! Traigan un maldito espejo, lo dijo llorando. Los demás pacientes gritaban improperios a esa mujer que escandalizaba los demás cubículos de los pacientes.
En la habitación siguiente se encontraba Adele quien no satisfecha de estar en el hospital con quemaduras no dejaba de ser una dama descarada e incomprensible pues en lugar de horrorizarse por sus quemaduras decía que eso le daría más fama y podría cotizarse más aún.El Duque de Grandchester enviaba una misiva a su majestad el Rey Jorge V. Había llegado el momento de develar la existencia de su hija, ahora Candice White Andry por Candice Marlborough de Teck. Albert sentía tristeza era su pequeña pero ¿no estaría mejor con su padre? Analizando las cosas desde otro punto de vista las cosas no estaban tan seguras. ¿Cómo explicar que Candy había estado embarazada? ¿Cómo explicarle al rey que estando bajo su cuidado permitió un enlace tan absurdo y fingido así que lo mejor sería hablar claro con Terry y apresurar un poco las cosas para evitar que la felicidad de ambos se viera interrumpida.
Albert habló con el Duque y le explicó las razones por las que se debería apresurar la unión de los dos tórtolos que ahora más que nunca estaban muy enamorados. El Duque le dió la razón a Albert, él entendió que no por mantener el linaje claro si no porque en realidad ellos se amaban, y a fin de cuentas Terry era el sucesor al ducado así que también sería la oportunidad de rehacer su vida a lado de Eleonor Beaker, el amor se su vida.
Por fin estaba lista la alta del hospital de Candy, obviamente Terry está listo para sacar a su pecosa y llevarla a su casa, a la residencia Andry pero antes daría un pequeño paseo. Terry con ayuda de su madre había mandado a hacer un anillo de compromiso en oro rosa formando un corazón y un diamante azul en forma de corazón rodeada de brillantes, exclusiva pieza que Terry había mandado a hacer solo para Candy con ella le pediría que se casaran lo más pronto posible
Terry llevó con mucho cuidado a Candy por el pasillo del hospital, su brazo gallardo y fuerte rodeaba la diminuta cintura de Candy, con la otra mano se encargaba de llevar su equipaje. Al salir y bajar los peldaños del hospital Terry subió primero su equipaje y con ambos brazos cargo en vilo a Candy y la subió con mucho cuidado. A bordo el conductor sabía a donde debería de llevarlos, en el camino Terry se gozaba besándola, tierna y dulcemente, sus piernas de Candy temblaban. Desde hace mucho tiempo no se sentía en paz y tranquilidad cómo esta vez, se sentía tan protegida en brazos de Terry, su amor por él era tan grande, de qué manera había podido dejarlo, el era todo para ella, solo ella conocía su interior y el su corazón de ella, tal para cual dos corazones entrelazados para formar uno solo.
Sus besos eran algo que le daba vida, inundaba su cuerpo de un calor que le hacía desear estar en él, que él la tocara, la hiciera suya, cada beso le provocaba una descarga eléctrica que recorría su cuerpo, Miles de mariposas revoloteaban en su estómago. El subía delicadamente la mano por su derrier hasta llegar a ese punto naciente de sus senos, lo hacía con delicadeza, tierno aún así el calor de la sensualidad subía de tono el cuerpo de Terry provocando una punzada ahí en su entrepierna, sabía que estaba listo para fundirse con ella, se detuvo y el con la mirada más tierna que pudo dar, le dijo que aún no era tiempo, tenían que detenerse no por él, por ella quien apenas salía del hospital y no era el momento no el lugar, con toda la ternura le dijo - Pecas pronto muy pronto seré para tí como tú para mí, solo espérame aún no es el momento. Candy lo entendió y solo se recargó sobre su pecho acurrucándose sintiéndose protegida por el hombre que tanto amaba. Fue el momento en el que él levantando una manta sacó un enorme ramo flores rosas, rojas y blancas.
Le dijo - Pecas son tus favoritas, rojas porque significa el amor más grande proveniente de mi corazón y blancas porque eso eres para mí, la mujer más pura y virtuosa en mi vida, el le volvió a llenar de besos recorriendo el cuello, su rostro hasta volver a llegar a los labios. - Pecas te amo, te amo no tienes idea cuánto es el amor por tí, mi amor llegaría hasta otra vida si está se nos fuera concedida.Candy sentía que caminaba entre nubes, ya nada le importaba estaba en los brazos de su amado, el único amor en su vida y ahora lo entendía, no podía negarse a ella misma que aún así existieran mil hombres ella solo podía amar a él a su mocoso engreído, que ahora el hombre más apuesto, gallardo y viril. El Terry rebelde e impulsivo había madurado, tal vez a fuerza de errores de dolor, su vida y la de ella había quebrado su camino pero el destino los volvía a reunir. Por fin era paz y tranquilidad o por lo menos eso creían ambos.
Llegaron a un parque donde había un pequeño lago con patos nadando, se oía el trinar de las aves como si cantarán para ellos. El se bajó del carruaje y la cargó, observó que había un árbol enorme cuya copa estaba frondosa de hojas verdes frescas, el césped cuidado y cortado como si fuera una alfombra. Terry la llevó hasta el árbol los dos caminaban de la mano. Llegando al pie del árbol en la más bella vista de ese paisaje el se arrodilló y le dijo - pecas aquí en este lugar y delante de Dios como mi testigo quiero pedirte que te cases conmigo, entonces sacó la cajita de terciopelo azul y la abrió, los ojos de Candy se llenaron de lágrimas que fueron rodando en un hilo por sus mejillas, ella lo miró a los ojos, él también lloraba. Esmeraldas y zafiros se fundían en una sola mirada uno suplicante y la otra llena de emoción. - Si Terry, si acepto mi mocoso engreído. El le colocó el anillo que le quedó a la perfección y ambos sellaron esa promesa de amor entre besos castos pero llenos de amor, de una nueva esperanza, reconstruyendo un camino que se había quebrado años atrás.
La tarde avanzaba y el frío de la tarde se dejaba sentir, Terry no quería exponerla a que se volviera a enfermar por lo que decidió llevarla a su casa, ahora ya sería con la promesa de pronto hacerla su esposa ante el hombre y ante Dios. No importaba lo que había pasado el tampoco era un santo y lo único que le importaba era su amor, su corazón que aún era el mismo con él. Nunca nunca cambiaría su amor.
Cuando Terry regresó a casa de su madre lo esperaban su padre y Albert para platicar con él. Lo vieron e instuyeron que le había ido muy bien. Eleonor fue la primera en preguntar si le había gustado el anillo y si le había pedido matrimonio. - ¡Terry amor! Le propusiste matrimonio a Candy ¿Verdad? - Si madre soy el hombre más feliz del mundo porque por fin me ha dicho que si. Volteo y miró a Albert, perdón por no haberlo hecho primero pero ¿Me puedes conceder la mano de Candy en matrimonio? - Por supuesto si me prometes que la vaz a cuidar siempre. - Te lo prometo seré el mejor hombre para ella, me esforzaré cada día para que ella sea feliz. Suegro amigo jajaja.
- Terry con que me digas Albert es más que suficiente. Diciendo esto le dió una palmada en la espalda. - ¡Hey! ¿porque esa cara? ¿No les da gusto?Ahora era el momento de hablar del Duque. Su cara era sería y con su mirada parecía comunicarse directamente con Albert. - Terruce hijo hay algo muy importante que tenemos que hablar contigo. - ¿ Es malo ? ¿Hay problemas para el divorcio de Candy? Albert primero habló. Verás Terry Candy nunca se casó, en realidad se contrataron actores para fingir la supuesta boda de Candy, así que por ese lado no hay problema alguno. ¿Queremos saber tu padre y yo si ya han fijado la fecha de boda? - Bueno a decir verdad no, solo aceptó ser mi esposa pero como hoy salió del hospital no quise agotarla y dejar por lo menos que hoy descansara más y primero pedirte su mano, antes de poder fijar la fecha de la boda. ¿Acaso hay algún problema? ¿Algo que yo deba saber y no me lo han dicho?
Albert y el Duque se miraban como en plan de cómplices o a caso trataban de comunicarse lo mismo con la sola mirada. La verdad es que urgía que Terry tomará la determinación de apresurar su boda lo más pronto posible para bien de los dos. Bastante ya habían sufrido para dejar que una grieta por diminuta que fuera echara los planes de ambos por la basura. Tanto sufrir, tanto dolor estaba siendo compensado pero no podían titubear ni un solo segundo. Esto sería el principio del fin.
Continuará...........
Vienen las sorpresas y pronto veremos las cosas como marchan. No olviden votar y regalarme sus comentarios
Gracias 😘
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Candy Candy CAMINO QUEBRADO
FanfictionCandy y Terry creyeron alcanzar la felicidad al momento de que Terry pone en escena Romeo y Julieta,escena las cosas no salen como pensaban pues mediante la intervención de Susana Marlowe al perder la pierna y el dilema de Terry entre el honor y el...