Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.

Capítulo 16

Capítulo 16

—Hola —saludó.

No pareció extrañado al verme con Jessica y me imaginé que ella misma ya le habría dicho que comenzábamos a ser amigas, o algo así.

—Hola, Ryan. ¿Conoces a Anne?

Tuve ganas de llevarme las manos a la cabeza. ¡Por el amor de Dios, Jessica!

Ryan trató de ocultar una sonrisa y yo miré al suelo, avergonzada.

—Sí, claro. Hola, Anne.

—Hola, Ryan —susurré.

Cuando lo miré a los ojos me quedé como hechizada. Era la segunda vez en mi vida que hablaba con Ryan, y sí, tenía intención de contar todas y cada una de las interacciones que tuviéramos porque, definitivamente, no me creía que todo eso fuera a durar mucho. Pronto la gente se olvidaría de mí, dejarían de interesarse por mis estúpidas citas y yo regresaría a mi estado de permanente invisibilidad. Nos graduaríamos y ese sería el último año de mi vida en el que vería a Ryan. Me aterraba pensarlo.

—Iré a por más bebidas —comunicó Jessica, desapareciendo en ese momento.

No me extrañó, imaginaba que haría algo así.

—¿Cómo estás? —pregunté, aún avergonzada.

—Bien, muy bien —contestó Ryan con una sonrisa—. ¿Cómo ha ido tu cita? ¿Ha acabado ya?

Traté de controlar la mueca que se reflejó en mi rostro al escuchar la palabra «cita». Si tenía que ser sincera, no había pensado mucho en lo que Ryan pudiera opinar acerca del tema, pero al fin y al cabo era algo que le tocaba de cerca, Malcolm era su mejor amigo.

—No ha estado mal —respondí.

Esperaba que en ese momento él terminara la conversación. Que fuera educado, pero se marchara y siguiera saludando a sus amigos y se fuera a disfrutar de la fiesta. Al fin y al cabo, ¿qué me unía con él? Nada. Pero, una vez más, Ryan Fiennes hizo algo que yo no me esperaba cuando se agachó unos centímetros para acercarse a mi oído.

—¿Te apetece ir arriba?

Y yo no dudé, porque si no le hubiera seguido me habría arrepentido toda la vida. Asentí con la cabeza y Ryan se dirigió a las escaleras de la casa de Malcolm en dirección a su habitación. Yo tomé aire y cuando me quise dar cuenta, él había estirado su mano hacia mí. La agarré y me dejé llevar sin saber qué me esperaría.

***

Estaba tan nerviosa que me sentía incluso algo mareada. Mis mejillas estaban sonrojadas y tenía la sensación de ser muy ligera, algo que nunca antes había experimentado. Me pregunté si eso era estar borracha, no lo tenía muy claro.

Normalmente tenía una imagen de los borrachos muy estereotipada: gente hablando raro, sin poder mantener el equilibrio y vomitando por todas partes. Yo solamente... me sentía mucho más optimista y feliz que de costumbre. Aunque probablemente el hecho de encontrarme en la habitación de Malcolm, a solas con Ryan tenía mucho que ver.

—¿Estás bien? —me preguntó.

—Mucho —respondí.

—¿Has bebido alcohol?

—Un poco —admití.

Ryan pareció sonreír ligeramente divertido.

—¿Qué pasa? —pregunté frunciendo el ceño.

—Nada. Creía que no bebías.

Me senté sobre la cama y lo observé desde allí.

—Bueno, es una fiesta. ¿No?