Capítulo 46

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En este capítulo, Anne irá a mi bar favorito en Edimburgo <3.


Capítulo 46

Chris casi no hablaba. Imagino que esa fue una de las cosas que más me llamó la atención cuando me tendió un casco sencillo de motocicleta y él se abrochó el suyo.

—¿A dónde vamos?

Él no me miró.

—A dar una vuelta, no sé. —Su voz era grave.

—Pues si no lo sabes tú...

Se rio entre dientes al escucharme decir eso. Tenía el cabello negro y la piel muy blanca, creando un contraste que parecía casi irreal. Su mandíbula cuadrada le daba aspecto de tipo duro. Yo me subí a la moto negra, tratando de aparentar que no estaba asustada y que no me parecía una idea terrible. Solo deseé que ninguno de mis padres estuviera mirando por la ventana en ese momento o probablemente pasaría meses castigada sin salir. Chris arrancó la moto y yo tuve que agarrarme con fuerza a su cintura para no caerme hacia atrás.

—¿Primera vez en moto?

—No.

Técnicamente era cierto. Hacía por lo menos siete años que no me había subido en una moto y jamás lo había hecho en la ciudad, sino junto a mi padre en el pequeño pueblo de Canadá del que procedía mi familia.

Las calles estaban casi vacías y las recorrimos en un santiamén, rompiendo el silencio con el rugiente motor. Yo sentía el viento fresco en mis mejillas y durante unos minutos me sentí eufórica. Como si esa noche pudiera ser cualquier cosa que yo quisiera.

Callejeamos por la old town, la parte más antigua de la ciudad de Edimburgo, y vimos decenas de pubs repletos de gente hasta los topes. Chris frenó poco a poco cuando llegamos a Cowgate, una calle muy popular por sus bares alternativos: bares de heavy metal, música en vivo, karaokes... El único problema era que siempre pedían una tarjeta que identificara nuestra mayoría de edad en la entrada. Y recordemos que yo tenía solo diecisiete años.

Siendo clara, todo el mundo tenía una identificación falsa a esas alturas. Incluso Alia. Pero yo no, jamás había sentido la necesidad.

Cuando paramos frente a Opium, miré a Chris, espantada.

—No tengo identificación —susurré.

Él se encogió de hombros.

—Da igual.

Y después procedió a saludar al portero de Opium, que parecía ser casi su mejor amigo. El hombre tenía el cabello largo y pelirrojo, con varios piercings y un traje negro impoluto. Me dejó sorprendida cuando me dejó entrar al bar sin siquiera mirarme dos veces.

Y ahí estaba Opium, uno de los bares más populares de Edimburgo. El interior estaba oscuro, pero era enorme. Sonaba a todo volumen algo que yo identifiqué como Iron Maiden, Metallica o Black Sabbath, es decir, que no tenía ni idea de qué demonios era. Nos topamos de golpe con la barra, tras la que tres camareros con aspectos muy llamativos servían las bebidas. Todos en ese bar parecían diseñadores de moda o famosos de Instagram.

Yo seguía a Chris como un perrillo en busca de comida y se giró hacia mí cuando una de las camareras, con la cabeza rapada, (cómo no), nos hizo una seña.

—¿Quieres beber algo? —Me preguntó Chris.

—Yo no... suelo beber alcohol. —Me acordé de la fiesta de Malcolm y mi estómago rugió con disgusto—. No me sienta bien.

Para mi sorpresa, Chris asintió con la cabeza.

—Sin alcohol entonces.

Y le pidió a la camarera solo dos botellas de agua.

Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora