Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.

Capítulo 50

Este capítulo es super importante, ya sé que estabais esperándolo desde hace un montón de tiempo <3 Espero que os guste y que al menos os sorprenda un poco ;)

Capítulo 50

16 de septiembre. 11:28.

La puerta del aula se abrió y dos figuras entraron en la habitación unidas en un cercano abrazo. Ninguno de los dos veía lo que sucedía a su alrededor, inmersos como estaban en ese profundo beso.

Damien alzó la vista para asegurarse de que no había nadie en el aula reservada a la revista del Hollirood High School y acto seguido siguió besando a Jessica como si no hubiera mañana. La muchacha rubia gemía y suspiraba rítmicamente mientras el joven apretaba sus labios contra su boca, su mejilla o su cuello.

—Si viene alguien, nos matan —susurró Damien—, solo los reporteros de la revista pueden estar aquí.

Jessica asintió con la cabeza, sin hacerle mucho caso.

—Quítate la chaqueta, Damien.

El joven se separó de ella un segundo y la miró con semblante serio.

—Jessica...

—Solo un poquito —pidió ella, entornando sus ojos azules en un puchero adorable—, no vamos a hacer ruido, te lo prometo.

Él acabó cediendo, como siempre hacía. Joder, es que se había enamorado de Jessica como loco durante ese verano. ¡No podía no acceder a sus caprichos!

Ella se dejó caer sobre uno de los escritorios, precisamente el que siempre usaba Damien. Al sentarse sobre la mesilla de madera, Jessica empujó el ratón del PC con el muslo y la pantalla de este se encendió. Al instante, un documento apareció en la brillante pantalla.

Jessica se distrajo del beso un segundo, observando el documento.

—¿Qué es eso? ¿Tu próximo artículo?

Damien pegó un bote de sorpresa y corrió a cerrar el documento tan rápido como pudo.

—Sí —mintió—, no está terminado.

La voz de Jessica se volvió juguetona de pronto y Damien supo que la había cagado y que no habría marcha atrás.

—¿Puedo leerlo?

El chico negó con la cabeza y se lanzó para besarla de nuevo. Pero ya era demasiado tarde, pues Jessica se apartó de él ágilmente y se sentó en la silla frente al ordenador, buscando el documento con manos rápidas.

—No, de verdad, Jess —trató de disuadirla Damien—, es un artículo malísimo. Lo voy a borrar, de hecho, hablo sobre temas aburridísimos y... no merece la pena. Bórralo, por favor.

—No seas tonto —dijo ella—, escribes fenomenal, Damien. Estoy segura de que es un artículo genial.

Damien se llevó las manos a la cabeza mientras su novia violaba su privacidad frente a él y encontraba el dichoso documento que él acababa de cerrar. Jessica tardó casi dos minutos en leerlo y el desconcierto y la sorpresa se dibujó en su rostro de mil maneras distintas antes de apartar la vista de la pantalla del ordenador y quedarse mirándole fijamente.

—Pero... ¿esto qué es?

Damien se alejó de ella un par de metros y se rascó la nuca con nerviosismo.

—Verás...

—Si no fuera porque no es posible... juraría que te has enamorado de mi mejor amigo, Damien.