Capítulo 14

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Capítulo 14

Quizás no lo hayáis notado, porque no lo he mencionado aún... pero yo era virgen. Mucho, de hecho.

Nunca había besado a alguien, ni siquiera, y eso me convertía casi en una extraterrestre en un país en el que los adolescentes solían perder la virginidad a los 14 años.

Para mí el sexo era un tema que prefería dejar a un lado constantemente. ¡Aunque no podía negar que me interesaba! A veces, cuando me imaginaba cómo sería besar a Ryan, mi imaginación iba un poquito más allá: manos acariciando otras partes del cuerpo, dedos recorriendo piel, labios besando y humedeciendo...

—¿Nunca te has imaginado cómo sería? —preguntó Jessica.

Enrojecí violentamente.

—¿Qué? ¡NO! ¡Claro que no! Yo... no... pienso en Ryan de esa forma.

Mi (ya prácticamente) amiga compuso una mueca divertida.

—Sí, claro —respondió con sorna—. No te muevas, necesito que esto quede bien.

Suspiré tratando de no moverme ni un solo pelo. Sentía la punta del eyeliner acariciando mi párpado móvil. Frente a mí, Jessica se mordía el labio para lograr concentrarse al tiempo que utilizaba todas sus artes de maquilladora en mí.

Jessica me había ofrecido prepararnos juntas para la fiesta de Malcolm. Fiesta en la que, también, tendría lugar mi cita con él. La segunda cita, aunque yo ni siquiera contaba la que había tenido con Richard como válida.

La habitación de Jessica era cálida y ordenada, con muebles rosas y posters de Taylor Swift, Ariana Grande y algunas modelos por todas partes. Definitivamente era una chica extrañísima... o quizás la rara era yo.

—A ver, abre los ojos.

Le hice caso.

—¡Me encanta! ¡Estás preciosa!

Me miré al espejo y me sorprendí de verdad cuando vi mi reflejo. Yo solía maquillarme de vez en cuando, me delineaba los ojos con un lápiz marrón que mi madre me había dado cuatro años antes y me aplicaba bálsamo en los labios. Pero, la verdad, mis dotes de maquillaje eran las de un orangután si las comparaba con cómo me había maquillado Jessica.

—¡Parece que tengo los ojos enormes! —exclamé—. Deberías ser maquilladora profesional, Jessica, ¡lo haces muy bien!

Ella se sonrojó.

—Gracias.

Tomó un pintalabios marrón oscuro y me pintó los labios en unos segundos, dando por finalizado el maquillaje. Yo nunca me había pintado así los labios y la verdad es que parecía cambiarme por completo.

—Ya estamos listas —dijo Jessica, soltándose el pelo, que cayó sobre su espalda en inmensos tirabuzones rubios.

Yo me miré en el espejo una última vez. Llevaba un vestido negro y sencillo con unas zapatillas deportivas, nada fuera de lo habitual. Me encontraba cómoda, pero no dejaba de estar nerviosa. ¿Cómo iba a ser esa noche? Era toda una incógnita.

—Jessica... —dije casi en un susurro—, ¿Ryan y tú llegasteis a...?

Ella negó con la cabeza.

—Lo nuestro no fue como piensas. Somos amigos, muy amigos... y hubo un tiempo que confundimos esos sentimientos, pero no fue más allá. No ha pasado nada más entre nosotros, nos dimos algunos besos... y fue muy raro, ahora que lo pienso. Agh, como besar a un primo.

Sus palabras deberían tranquilizarme, pero me provocaron un poco de ansiedad. Cada vez me daba más cuenta de que yo, en realidad, no conocía de nada a Ryan Fiennes. No sabía cómo era.

Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora