Capítulo 48
Si algo no esperaba en absoluto era que Chris Zachary me buscara por los pasillos el lunes siguiente. Había quedado como un auténtico idiota conmigo y lo sabía, pero daba por hecho que le daba completamente igual. Como todo.
Se sentó frente a mí en el comedor y yo, que me encontraba esperando a Charles, puse los ojos en blanco. Traté de ignorarlo: tomé mi móvil en mis manos y, durante los siguientes minutos, me dediqué a darles «me gusta» a todas las fotos nuevas que Charles había subido de su excursión a Oban, una ciudad más al norte de Escocia. La mirada de Zachary casi me penetraba en el cráneo, pero yo seguía ignorándolo, poniendo la máxima atención posible en las fotografías que mi amigo había tomado: eran bonitas, bien enfocadas y con unos colores y una nitidez increíbles. Se trataba de fotografías profesionales, aunque Charles no lo supiera.
Chasqueé la lengua, molesta. Ya había visto, prácticamente, todas las fotos de la cuenta de Instagram de Charles. Y Chris Zachary permanecía ahí, mirándome, paciente. Decidí decir algo:
—Ese asiento está ocupado —anuncié, cortante.
—Dame dos minutos, Anne.
Bufé. Sabía que, a esas alturas, todo el mundo nos estaba mirando, como siempre. Me sentía observada la mayoría del tiempo y había una parte de mí que no podía esperar a que el instituto acabara por fin para poder ir a la universidad. No me arrepentía de los amigos nuevos que había hecho y las cosas interesantes que había experimentado, pero, demonios... ser una chica estrella era agotador.
—Dos minutos. Solo eso —cedí, al cabo de varios segundos—. Estamos atrayendo demasiada atención.
Dejé mi teléfono sobre la mesa, ignorándolo. Después alcé los ojos y los centré en la mirada oscura de Chris Zachary. Era tan guapo que podía desconcentrar a cualquiera, menos a mí, que estaba enfadada con él.
—No quería ofenderte el otro día, te lo prometo. Y tienes todo el derecho de estar molesta conmigo, pero, Anne, no quiero empezar con el pie izquierdo contigo. Eres una chica genial.
—Gracias —murmuré y después volví a mirarlo a los ojos, parecía sincero. Tenía que reconocer que, por muy chico malo que fuera Chris Zachary, disculparse era un paso en la buena dirección—. Agradezco tus disculpas.
Se acercó un poco más a mí, apoyándose sobre la mesa para hablarme casi al oído.
—No sabía que serías así, te juro que no tenía ni idea de que eras tan divertida y agradable. Por eso quiero advertirte, Anne, hay alguien en el instituto que quiere verte hundida.
Sus palabras me pillaron desprevenida. Abrí mucho los ojos porque, al fin y al cabo, Zachary no me estaba diciendo algo que yo no supiera, pero lo que me resultaba una sorpresa era que otras personas aparte de mí y de Ryan fueran conscientes de esta realidad.
—¿A qué te refieres? —pregunté, con un hilo de voz.
Chris me tendió un papel doblado y me pidió que lo guardara sin abrirlo.
—Alguien me pagó por ir a la cita contigo. Se supone que debía intentar desmoralizarte de algún modo, pero tú te enfadaste, me mandaste a la mierda y te fuiste a casa.
Ahora sí que me encontraba sin habla por completo. Entorné los ojos, sin saber si estaba comprendiendo lo que me acababa de decir.
—¿Quieres decir que... alguien te pagó por seducirme?
—Por seducirte y después hundirte un poco. Fueron cuarenta libras y se supone que debería pedirte otra cita para seguir haciéndote sentir mal. Pero me he negado a seguir con esto.
Yo permanecía boquiabierta frente a Zachary. Cuarenta libras por llevarme a una cita y manipularme. Cuarenta libras por hacerle daño a Anne Luntz. Me sonaba de algo esa historia y enseguida recordé a Archie, que ahora había sido reclutado como miembro de la revista del instituto y era uno de los «nuestros». Realmente había alguien terriblemente loco en ese instituto como para querer hundir mi vida.
—¿Por qué me lo has dicho?
Zachary se alejó de nuevo de mí, recuperando una distancia conveniente y observándome con algo que parecía ternura en su rostro.
—Porque ahora que te he conocido sé que no te lo mereces, Anne —me explicó—. Ahí, en ese papelito, está el número de teléfono de la persona que me contrató. No sé quién es, tan solo hemos hablado una vez, pero es alguien que no está muy bien de la cabeza.
—Gracias, Chris —susurré.
Él sonrió.
—Y bueno, ahora que he sido sincero y que no hay dinero de por medio, puedes llamarme si algún día te apetece tomar una copa. O bueno, una botella de agua. Lo que prefieras —dijo con tono amigable—, ya sé que no soy Fiennes... pero bueno, ya sabes dónde encontrarme.
Chris Zachary alzó su mano y me revolvió el pelo cariñosamente antes de levantarse y marcharse de allí con sus característicos andares de chico malo. Me acababa de dar cuenta de que, a pesar de todos los prejuicios que había tenido sobre Zachary, él era legal. Casi me dio un poco de pena al pensar que, por desgracia, a mí no me gustaba de ese modo. No era como si yo necesitara aún más dolores de cabeza, pero al menos podría deshacerme de la horrible sensación que tenía siempre con Ryan respecto a saber si le gustaba o no.
Tomé el número de teléfono que él me había dado, apuntado en ese papelito, entre mis dedos y lo guardé en mi bolsillo, apretándolo fuerte en mi mano. Una última vez, eché un vistazo a mi alrededor, nadie parecía mirarme ni prestarme ningún tipo de atención en esos momentos. Pero aun así, sabía que no me podía confiar.
Ya no quedaba ninguna duda: cada vez estaba un poco más cerca de desenmascarar a la persona que estaba contra mí.
¿Vosotras perdonaríais a Chris Zachary? Y, además de esto... ¿dónde demonios se ha metido Ryan?
Wattpad sigue sin avisarme de los comentarios nuevos que me llegan T_T ¿Alguien sabe cómo arreglar eso? <3
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Las 10 citas de Anne. #1 La chica invisible/#2 La chica estrella ☆.
Novela Juvenil♡~Nunca supe la suerte que tenía de ser invisible... hasta que dejé de serlo. El instituto no estaba resultando fácil, pero créeme, todo se puso mucho peor cuando todo, repito, TODO el mundo descubrió mis sentimientos por Ryan Fiennes. A partir de e...